Es viernes, y aquí tienes nuestras mejores lecturas de la semana, con eñes y acentos, que no encontrarás en otro lugar. |
Por Patricia Nieto |
La vida empieza a los 40, dice un cliché. Pero encierra algo de verdad. |
La generación que comenzó a llegar a la cuarta década, conocida como milénial, arriba a la mediana edad en una situación muy distinta a la de sus padres y abuelos, que vivieron periodos de gran prosperidad. |
Los milénials, escribió Jessica Grose, columnista de Opinión, “estamos llegando a la mediana edad, y no se parece a lo que nos prometieron”. |
Para saber más de cómo viven algunos milénials la llegada al cuarto piso, esta semana entrevisté a Jessica. A continuación, sus respuestas, editadas por espacio. |
Patricia: ¿Cómo surgió la idea de dedicar un ensayo a los milénials? |
Jessica: Nací en 1982, así que soy una milénial vieja. Cuando cumplí 40 años empecé a pensar en cómo los mayores de mi generación estábamos llegando a la mitad de nuestras vidas (los 39,6 años marcan la mitad cronológica de una vida promedio en EE. UU.). Mientras investigaba, vi un dato del Centro de Investigaciones Pew que me llamó la atención: el 85 por ciento de los estadounidenses nacidos entre finales de la década de 1920 y mediados de la década de 1940 vivían con las familias que habían formado al llegar a los 40 años, pero en el caso de los milénials era solo el 55 por ciento. Me pareció un cambio social enorme en el que quería profundizar. |
P: ¿Cuándo empezaste a notar que la noción generalizada de la mediana edad en la cultura pop y la realidad no coincidían? |
J: Cuando comencé a ver los datos duros. Las estadísticas me mostraron que los milénials no han alcanzado muchos de los símbolos de éxito que históricamente se esperaba que tuvieran los adultos de mediana edad: ser dueño de una vivienda se ha vuelto más difícil, muchos lidian con préstamos estudiantiles y la estabilidad económica se ha vuelto más complicada debido a dos recesiones. También vi que los milénials, al menos en Estados Unidos, están teniendo hijos a una edad más avanzada. Y, sin embargo, muchas de las representaciones de la mediana edad en la cultura pop aún retratan la vida a esta edad con los estereotipos de una casa con cerca blanca, un matrimonio, dos hijos y una miniván. |
P: Mencionas a expertos que a principios de siglo parecían optimistas sobre nuestra generación. Pero también incluiste estudios más recientes que no pintan un panorama tan luminoso. ¿Qué fue lo que pasó? |
J: Ha habido un aluvión de crisis que han hecho que los mayores de los milénials sientan que sus vidas no son estables: la burbuja de las puntocom estalló cuando comenzábamos la universidad, luego llegó el 11 de septiembre y sus repercusiones, la guerra de Irak, la Gran Recesión de 2008, después comenzó el aumento de la polarización política y, finalmente, surgió la pandemia y la inflación masiva. No ha habido una sensación de que sea posible un buen balance y criar a nuestras familias de una manera sostenible. Seguimos esperando a que llegue la próxima crisis que nos derrumbe. |
P. D.: La llegada a la mediana edad también viene con algo más: una sinfonía de sonidos propios del envejecimiento. ¿Te agachas y exclamas un: “uuufff”? Este texto es para ti. |
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Planes para Pascua |
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Hemos leído con interés y entusiasmo sus respuestas a nuestro llamado sobre las celebraciones y planes para estas fechas. Hoy y el domingo estaremos compartiendo algunas de ellas, editadas y condensadas por claridad y espacio. |
En mi país las tradiciones son regionales y hay una que nos reúne: almorzar 12 platos el Jueves Santo en recuerdo de la Última Cena, costumbre cuzqueña de la familia de mi esposo. Ya no son 12 platos, sino que contamos los pancitos, los postres y ¡sí llegamos a 12! Seguimos reuniéndonos para deleite de nuestros hijos e hijas y los y las nietas. Esperamos no se pierda. Es lindo estar en familia. — Mercedes Viera Cerna, Lima, Perú. La celebración se centra en el descanso, como período de vacaciones y tiene poca relación con la religión. Ni la comida de estas festividades se mantiene. Lo único que se recuerda es la mona de chocolate, con huevos o no, y con adornos que pueden acompañar a un pequeño pastel. Lo demás ha desaparecido. —Ángel, Sant Feliu de Guíxols, España. Somos mexicanos pero también judíos. Celebramos Pésaj con una comida llamada Seder. Es una cena con familia y amigos leyendo un libro donde se recuenta el éxodo de los judíos de Egipto. Es una celebración muy especial y estructurada. Dura 10 días donde no comemos pan. El ambiente nos hace sentir que también salimos liberados de Egipto”. —Teresa Quiroz, Toronto, Canadá. Soy hermano de la cofradía del Ecce Homo, que procesiona el jueves Santo en Medina de Rioseco. La figura de Poncio Pilato la regaló mi bisabuelo, después de emigrar a Cuba y Florida. El escultor que la talló, Claudio Tordera, también emigró a Cuba. Es una visita inolvidable en Semana Santa en España. —Valentín J.Ruiz de Gauna Alonso, Valladolid, España. Empezamos a juntar las cáscaras de huevo un mes antes. Las limpiamos con alcohol y las pintamos de colores primaverales, pese a que aquí es otoño. Se rellenan con dulces y se esconden en el jardín. Digo: el conejito los rellena y los esconde, nosotros nos despertamos temprano el domingo de Resurrección y salimos a buscar. La tradición ha ido mutando desde que yo era niño, pero ni en los primeros años de la pandemia dejamos de hacerlo. La familia viene de Alemania y es una manera de recordar a los que ya no están… y de comer chocolate”. —Ignacio Waissbluth, Santiago, Chile. |
—Elda Cantú y Sabrina Duque produjeron y editaron este boletín. |
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