¡Resucitado! Jesús nos salvó a todos, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
Ya sea que se llame Domingo de Pascua o de Resurrección no es tan importante como el evento y el propósito de la resurrección, sin embargo, el momento de la crucifixión y la resurrección son significativamente importantes, la Resurrección de Jesús es la culminación de todas las cosas significativas, la fe y los hechos al establecer una relación con Dios.
Dios usó el momento que ocurrió justo después de la Pascua y durante la Fiesta de los Panes sin Levadura para ilustrar el último sacrificio que él hizo por los pecadores. Sin este sacrificio el cristianismo sería una religión vacía, cada propósito de Jesucristo, su expiación por el pecado, no s hubieran cumplido y los cimientos del cristianismo se derrumbarían.
La Pascua es la celebración de la resurrección de Jesús de la tumba al tercer día después de su crucifixión, la Pascua es la profecía cumplida del Mesías que sería perseguido, que moriría por nuestros pecados, pero que resucitaría al tercer día como lo había profetizado Isaías en el capítulo 53.
Recordar la Resurrección de Jesús es una manera de renovar cada día la esperanza de que tenemos victoria sobre el pecado, la crucifixión y resurrección de Jesús son el sacrificio perfecto y final por los pecados del hombre; Dios no requiere otro pago por los pecados, así a la humanidad se le da la oportunidad de una nueva vida mediante el perdón de los pecados y el escape de su esclavitud.
Después de la muerte de Jesús en la cruz, celebramos el evento que sacudió al mundo entero, que nuestro Señor venció a la muerte. Ya el antiguo testamento había profetizado de este evento cientos de veces, miles de años antes de la resurrección. Este no es solo un gran evento, este es el mayor evento en todo el cristianismo, es el evento clave en el Nuevo Testamento, donde se proclamen todas partes.
Los cuatro evangelios relatan el evento milagroso. En Mateo, capítulo 28 versículo 6 dice: «El ángel declaro: él no está aquí ha resucitado», en el capítulo 16 de San Marcos informa «No se alarmen, dijo el ángel, están buscando a Jesús el Nazareno, el que fue crucificado, pues ha resucitado no está aquí, miren el lugar donde lo pusieron».
En Lucas capítulo 24 dice: «Jesús resucitado le dio a sus discípulos una mayor comprensión de la Resurrección cuando les dijo: ‘esto es lo que está escrito, Cristo sufrirá y resucitará de entre los muertos al tercer día y el arrepentimiento y el perdón de los pecados será predicado en su nombre en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén, ustedes son testigo de esas cosas.
Jesús predice en el capítulo 16 de San Juan su resurrección y luego a uno de los testigos que dudan, que era el apóstol Tomás le dijo lo siguiente en el capítulo 20 de San Juan: «Porque me has visto, has creído, bienaventurados los que no han visto y han creído».
Si bien Jesús fue admirado y alabado como maestro, sanador y por realizar milagros, fue condenado a muerte en la cruz pero Dios lo resucitó de entre los muertos, si los testigos no hubieran creído lo que vieron el cristianismo no se habría extendido por todo el mundo y no sería una creencia que da tanta esperanza e ilusión a todos los creyentes, porque se trata de la vuelta a la vida de Jesús para no morir jamás y él es Dios y con Dios ¡siempre ganamos!
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