EL CUATRO LLEGÓ A PERÚ
-En
Barquisimeto –explicó- Luis tenía su fábrica de instrumentos musicales, pero la
situación socioeconómica complicó el acceso a los materiales y a las
herramientas, incluso fue víctima de la delincuencia y le robaron el vehículo
con el que trasladaba la mercancía. Además sus problemas con el corazón lo
obligaron a migrar junto a su esposa a Lima, ciudad en la que ya estaban
viviendo sus dos hijos.
Luis contó que cuando llegó a Lima,
en octubre de 2018, visitó y recorrió varias tiendas de venta de instrumentos
musicales preguntando si tenían cuatro venezolano y cuál era su costo, pero fue
en vano su búsqueda. En las tiendas más populares los encargados le respondían
que no conocían el instrumento de cuerda llamado cuatro y al explicarle de qué
se trataba tampoco sabían. Entonces se dio cuenta de que era un mercado que no
existía en Perú.
Luego especificó:
- Como todo migrante,
al llegar a Lima le fue difícil encontrar un empleo similar al que tenía en
Venezuela y pese a estar dispuesto a realizar cualquier oficio que estuviese
legalmente permitido, las puertas se le cerraron en más de una ocasión.
Su edad y problemas del corazón, que
le provocaron hasta un infarto, parecían ser los principales obstáculos para
obtener ingresos estables en la capital peruana. Nadie lo quiso contratar, no creían que era luthier (persona
que se dedica profesionalmente a fabricar y reparar instrumentos musicales de
cuerda), ni que tuviera experiencia y mucho menos el talento que desarrolló por
más de 40 años en su natal: Barquisimeto. Tampoco le dieron la oportunidad de
demostrarlo.
Además, pagó las consecuencias de un
grupo de personas que actúo mal y mancharon negativamente la nacionalidad
venezolana en tierras incas, pues el empleador peruano prefería no arriesgarse
a contratar a venezolanos y aseguraban que era mejor prevenir una mala
experiencia que le hiciera perder tiempo y dinero.
Entonces junto a su esposa se vio
obligado a recoger envases y materiales de plástico en las calles, para
cambiarlos por unas cuantas monedas. Luis confiesa que la situación lo llevó a
caer en una profunda tristeza e incluso llegó a sentirse arrepentido de haber
dejado el país en el que nació. Además, no lo hacía sentir bien que su familia
que quedó en Venezuela se enterara de lo que hacía para mantenerse.
-Mientras cumplía con la cuarentena
decretada por la pandemia de covid-19 y demás medidas restrictivas anunciadas
por el gobierno peruano y que lo obligaban a estar en su casa, decidió
convertir sus días en tiempo productivo y empezó a fabricar un cuatro
venezolano con las herramientas y materiales que tenía en su hogar.
Fue así como en septiembre de 2020
junto a sus hijos, comenzó a diseñar un modelo utilizando una caja de cartón,
la cual le sirvió para realizar los primeros patrones del instrumento. Con
trozos de madera, que había estado recogiendo en las calles, pudo fabricar su
primer cuatro venezolano en Lima.
Sus años de experiencia en la
fabricación de instrumentos musicales le dieron la facilidad de crear moldes,
reglas y patrones pese a la precariedad y escasez de materiales, pues no tenía
ni siquiera las herramientas básicas, sin embargo, las ganas, el talento y una
gran imaginación fueron suficiente para iniciar este proyecto con el que
promueve la cultura venezolana en el extranjero.
Seguidamente señaló:
-Con la ayuda de sus hijos compartieron las fotos del primer cuatro
venezolano en las redes sociales, publicación con la que dio a conocer su
emprendimiento en el mundo musical y con la que iniciaron las primeras ventas.
Con el tiempo su trabajo se empezó a popularizar en especial entre la comunidad
venezolana que vive en Perú, no solo los que están en Lima, si no en otras
ciudades como Trujillo, Ayacucho, Puerto Maldonado y Arequipa a las que ha enviado
el instrumento musical.
Esto es como si le estuviese dando una vida a otra
persona a través del cuatro. Con mi trabajo siento que he ayudado a músicos
talentosos, tanto venezolanos como peruanos. Esto se trata de un apoyo mutuo,
ellos compran el instrumento y yo formo
parte de su conexión con el arte y de su vocación en la música. Además, con
esto quiero demostrar que nosotros somos gente emprendedora y luchadora”, expresó
Luis.
La periodista igualmente destacó que
en ocho días puede fabricar seis piezas de cuatro del modelo básico, pero
también elabora otros más sofisticados y con mejores acabados, según las
demanda de sus clientes. Cada semana tiene pedidos y en los próximos meses
espera fabricar cuatros eléctricos y maracas, instrumentos que los interesados
podrán solicitar en su cuenta de Instagram @instrumentosjlmujica.
-Luis siente –puntualizó- que su
trabajo también contribuye al desarrollo de otras culturas, y en este caso por
vivir en Perú siente que la receptividad con su emprendimiento musical ha sido
buena. Según su experiencia a los peruanos le gusta mucho la música de cuerda,
entre los instrumentos que son parte de su música típica está el charango y el
ukulele; el cuatro sería familia del ukulele.
En otro segmento del reportaje su
autora puntualizó:
-Hace ocho meses con cartones y
madera que recogía en las calles, empezó fabricando en plena pandemia los
instrumentos musicales en el piso de la casa que alquila. Hoy gracias a su
esfuerzo y el apoyo de su esposa e hijos ya realiza alianza con destacados
artistas plásticos para crear cuatros personalizados y también coordina envíos
internacionales para los venezolanos que desde Bolivia, Ecuador, Chile, México,
Estados Unidos y España le han hecho pedidos.
Su proyecto es terminar de enseñar a
la perfección a sus hijos para que ellos sean quienes estén al frente del
negocio y sigan adelante con la tradición familiar en Venezuela o fuera del
país, ya que en su natal Barquisimeto su familia ya no fabrica instrumentos
musicales por el alto costo del material y de las herramientas, incluso algunas
no se consiguen y, según señaló, el gobierno ha limitado el acceso a la madera.
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