PEDERASTIA EN SOTANAS
El caso del jesuita Alfonso Pedrajas
conmocionó a Bolivia. Nunca antes un sacerdote pederasta había dejado
testimonios tan reveladores que muestran hasta el encubrimiento del que fue
objeto. La pederastia en sotanas, presente en toda América Latina, no parece
ceder.
Así comenzó Susana López en Connectas su reportaje sobre la
pederastia en América Latina, de mayo de 2023, y continuó:
-En la homilía del domingo 7 de
mayo, el arzobispo de Cochabamba, monseñor Óscar Aparicio, pidió rezar por la
Compañía de Jesús que, según él, estaba siendo “vapuleada, señalada y
estigmatizada”. Esas palabras impresionaron aún más a una opinión pública que
no dejaba de conocer nuevas revelaciones de nombres de jesuitas implicados en
casos de pederastia y, sobre todo, en cuanto defendía más a los responsables
que a las víctimas.
Detrás de todo estaba el escándalo
desatado por la revelación del diario del sacerdote Alfonso Pedrajas, fallecido
en 2009, que muestra detalles nunca antes conocidos acerca de las prácticas
utilizadas por los pederastas de la Iglesia para cometer sus execrables
delitos. Nombres de altos jerarcas, fechas, lugares, cómplices y datos acerca
de la forma como la institución encubría a sus miembros, causaron escalofríos
ante una realidad intuida, pero jamás vista en su verdadera y concreta
dimensión.
Luego destacó:
-Ante la tormenta desatada el
gobierno boliviano, en voz del procurador general del Estado, Wilfredo Chávez,
informó que hasta el momento 23 sacerdotes están implicados en pederastia,
mientras el fiscal departamental de La Paz, William Alave, explicó que a pesar
del tiempo transcurrido los casos deben seguir en investigación. “Si bien
muchas personas han fallecido, el artículo 27 del Código de Procedimiento Penal
establece la extinción por fallecimiento; es decir, la extinción penal, pero el
hecho sigue investigándose (…) hay gente que encubría, hay gente que ha
protegido. Entendemos que nuestra fiscal que está a cargo, la doctora Verónica
Miranda, imputó a otras dos personas (…) que están relacionadas con el clero
por el delito de encubrimiento”, dijo Alave.
Después se preguntó: ¿Pero quiénes
son estas personas bajo investigación por encubrir estos casos?
-Uno de ellos .explicó- es Ramón
Alaix, que fue provincial jesuita encargado de Bolivia, y durante algunos años
dirigió el colegio San Ignacio, en La Paz. Según declaró el exjesuita Pedro
Lima, fue ante él que llevó la queja de los comportamientos de varios
sacerdotes, pero sin éxito. “Los trapitos sucios se lavan al interior”,
respondió Alaix. Curiosamente, algún tiempo después Lima salió expulsado de la
Compañía de Jesús.
Asimismo recordó:
-El asunto, sin embargo, no era nada
nuevo. Desde hace varias décadas el jesuita Marcos Recolons, que ejerció cargos
de alto nivel tales como superior para Bolivia y Latinoamérica, asistente
general para América Latina septentrional y segundo hombre a nivel mundial al lado del general jesuita (cabeza máxima)
Adolfo Nicolás, sabía, en particular, de los abusos de Pedrajas, (el ‘ padre
Pica’) y otros más. “Desde su cargo no solamente protegió a Pica, sino que le
dio un cargo de viceprovincial, es decir el segundo hombre de los jesuitas en
Bolivia, este cargo le permitió acceder a los archivos de denuncias e
investigaciones internas”, aseveró Lima.
Entre los sacerdotes en el ojo de la
tormenta se encuentra Luis Tó, conocido en España como ‘TocaTó’, a quien en su
país condenaron a prisión en 1992 por abusar sexualmente de una niña de ocho
años. Un año después se encontraba en suelo boliviano como docente de la
materia de ética y moral sexual en el internado Juan XXIII de Cochabamba. Pero
además, asumió una parroquia en El Alto donde daba catequesis a niñas y niños,
antes de pasar por el colegio Sagrado Corazón en Sucre, del Movimiento de
Educación Popular Integral Fe y Alegría. Falleció en 2017.
Seguidamente precisó:
-Francesc ‘Chesco’ Peris llegó a
Bolivia en 1982 y trabajó como docente en el Juan XXIII durante un año. A su
regreso a España continuó con su tarea formativa en el colegio jesuita Casp de
Barcelona hasta 2005, cuando lo suspendieron por ejercer conductas inapropiadas
contra una alumna de 14 años. Peris hasta el momento tiene 10 denuncias, nueve
en España y una en Bolivia. También Luis María Roma Pedrosa, ya fallecido,
enfrentó en 2019 denuncias ante la Compañía de Jesús de Bolivia por grabar y
fotografiar las agresiones sexuales contra niños y niñas en la localidad de
Charagua.
Antonio ‘Tuco’ Gausset Capdevila,
era capellán de la Corte Suprema de Justicia en la capital, Sucre. Desde esa
posición, este sacerdote mantenía contactos importantes con jueces y fiscales
de todo el país. Pese a que una enfermedad le impedía caminar, siempre se lo
veía rodeado de niños que lo ayudaban a movilizarse durante el día. Pero en las
noches abusaba de ellos.
Carlos ‘Vicu’ Villamil, director del
Juan XXIII entre 1975 y 1980, tiene denuncias en la Compañía de Jesús por
agredir a niñas y niños del hogar para huérfanos de Tacata en Cochabamba. Pero
eso no impidió que recibiera solemnes homenajes póstumos a su muerte en enero
pasado. Eduardo Cabanac, que fue director del hogar mencionado en Tacata, según las denuncias se disputaba los niños
con otros sacerdotes. “Se los llevaba en la noche para violarlos (…) fue un
infierno para los 100 huérfanos”, dice Pedro Lima. Francisco Pifarré, el ‘padre
Pifa’, amigo íntimo de Alfonso Pedrajas, también tiene denuncias de abuso y
acoso sexual con víctimas que oscilaban entre los 7 y los 12 años de edad. Fue
director general de Fe y Alegría en
Bolivia.
Posteriormente apuntó:
-En 2019, el reportaje publicado por
CONNECTAS, en alianza con Opinión, ‘Las cuentas pendientes de la pederastia
católica en Bolivia’, informó que de 13 denuncias formalizadas ante la
justicia, solo 3 llegaron a sentencia. Uno de ellos, el sacerdote boliviano
Eduardo Revich, fue condenado a 12 años de cárcel por el abuso de 18 menores en
un colegio internado en Chuquisaca. Pero antes de terminar de cumplir su pena,
huyó y se suicidó en una parroquia en Zudáñez el año 2001. Otro, José Mamani,
párroco del municipio de San Benito en Cochabamba, fue sentenciado a 22 años
tras las rejas por haber abusado de 18 niños en un hogar creado ilegalmente por
él. Y el tercero es Javier Temo, que debe cumplir 25 años por el abuso a un
menor, y se encuentra recluido en el
penal El Abra, en Cochabamba.
Y a continuación aclaró:
-El de Bolivia no es un problema
aislado en la región. En Perú, en 2018, surgieron dos denuncias: la primera
señalaba el encubrimiento del alto clero ante casos de abuso sexual en
Huamachuco, en la sierra del departamento de La Libertad. Y la segunda, que los
denunciantes de esos casos terminaron sancionados. Esteban Despostorio
Fernández, párroco de la Prelatura de Huamachuco, contó en el reportaje
‘Pederastia en Perú, batalla al interior de la Iglesia’, publicado por
CONNECTAS y La República, que tenía en su poder las constancias del envío de
cartas a las autoridades eclesiásticas sobre 12 sacerdotes implicados, además
de pruebas de encubrimiento de obispos y
vicarios. Se trata de 15 misivas
enviadas a los líderes de la Iglesia peruana, a funcionarios públicos e instituciones
estatales. Pero lejos de prosperar los señalamientos, los religiosos denunciantes terminaron
apartados de sus cargos, sancionados, perseguidos y castigados.
Sin embargo, la Prelatura de
Huamachuco, abrumada por esta acumulación de casos, decidió conformar la
Comisión de Escucha de las Víctimas de Abusos Sexuales. Esta recogió más de 100
testimonios de jóvenes y adolescentes que señalaban los nombres de Manuel
Mendoza, Segundo Costa, David Castro, Emeterio Castañeda, Marco Tito, Tulio
Montenegro, Walter Reátegui, Rodrigo Vargas, Manolo Sánchiz y Ricardo Angulo
como agresores sexuales, y el último como testigo de la organización de fiestas
donde se prostituían a menores de edad.
Igualmente aseguró:
-Colombia no ha sido ajena al
problema. “Para mí es un acto de profunda ignorancia cuando un periodista o
cuando un juez o cuando alguien enmarcado en la ley condena a la Iglesia. ¡Por
Dios! ¡Eso es pura ignorancia, porque la Iglesia es divina! ¡Y lo que es divino
no puede ser juzgado por los hombres!”, decía monseñor Mauricio Vélez, obispo
auxiliar de Medellín, en una misa en diciembre de 2020. A pesar de tan sentidas palabras, la
Arquidiócesis de esa ciudad tuvo que
abrir a regañadientes sus archivos luego de una batalla judicial de 3 años para
develar los casos de pederastia que estaba “solucionando” por su cuenta. El
reportaje ‘La lista que escondía la Iglesia de Medellín: Los curas denunciados
por pederastia y abuso sexual’, publicado por CONNECTAS y Vorágine, revela la
existencia de 105 sacerdotes implicados directamente. La Fiscalía colombiana
tiene un expediente con estos nombres, de los cuales solo 3 terminaron
sentenciados por la justicia.
Según el reportaje, las maniobras
para tapar los problemas de pederastia en el clero de Medellín incluían comprar
el silencio de las víctimas, mientras enviaban a los implicados a otras
parroquias alejadas, o en el mejor de los casos, a otro país. Por ejemplo a
Mario de Jesús Restrepo, acusado de abuso sexual, el derecho canónigo lo
absolvió mientras que, por contradictorio que parezca, la justicia civil lo privó de la libertad por 100 meses. A su
salida de la cárcel, la Arquidiócesis de Medellín resolvió restituirle sus
funciones para trabajar en las comunidades con niñas y niños.
En el siguiente segmento del
reportaje, Susana López, se refirió a Chile y al efecto señaló:
-Chile tampoco se salva. Convocados
de emergencia en el Vaticano ante las denuncias de encubrimiento sobre las
acusaciones de abuso sexual del sacerdote Fernando Karadima, en mayo de 2018
los 31 obispos que conformaban la Conferencia Episcopal de ese país presentaron
su renuncia colectiva ante el papa
Francisco. Además, firmaron un
documento en el que pidieron perdón y se
comprometieron a reparar los daños a las víctimas. Karadima es considerado el
Marcial Maciel de Chile, en referencia al famoso pederasta mexicano fundador de
los Legionarios de Cristo. Los paralelismos entre ambos hombres fuertes de la
Iglesia de sus países son impresionantes en cuanto a un común denominador, la
impunidad.
Y adicionó:
… para Pedro Lima está claro que las
denuncias ante la Congregación para la Doctrina de la Fe, en el Vaticano, no
tienen éxito puesto que ningún acusado ha sido, hasta el momento, sentenciado
con un castigo ejemplar. En cuanto al caso boliviano, las denuncias de
encubrimiento de las altas esferas jesuitas llegaron a oídos del papa, que
envió a Jordi Bertomeu, agente de investigación del Vaticano, sin que sus
diligencias hubieran trascendido a la opinión pública. En cuanto a Bertomeu,
Lima recordó que también investigó los casos de pederastia en Chile en 2018.
Pero, como se ha dicho en ese país, “se limitan a tomar notas de los casos,
adjuntan las denuncias en carpetas y luego son enviadas a un estudio jurídico
europeo donde se desestiman los casos porque prescriben”.
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