En todas partes se aprende algo
Hemos comprobado en España que hay gallegos que no están en la mitad de una escalera y en el Puente sobre el Lago de Maracaibo que es muy cierto aquello de patica pa’qué las quiero. Alberto Núñez Feijóo huye hacia adelante hablando del partido más votado y no de los escaños conseguidos, y Nicolás Maduro huye hacia adelante pero en camioneta blindada. Entre insultos y en derrota ambos, tómese nota.
Y en pleno calor.
Allá en España seguramente están comenzando o por comenzar las rebajas cuando los comerciantes, desde El Corte Inglés hasta el quincallero de la esquina, se deshacen a precio reducido de lo que les sobra del verano, y acá en las capitales venezolanas la oposición anticuada y el chavismo en decadencia lanzan palabras y frases a diestra y siniestra sin respaldo y sin que nadie les haga más caso que a una brisa del atardecer.
Allá en España, Núñez Feijóo atacó a mansalva a quien no debería haber atacado, a los de VOX, buscando el cariño de los izquierdistas que no ganó, y perdió, acá en Venezuela los partiditos y minicandidatos presidenciales hacen como si María Corina Machado no existiera y cada uno de ellos de verdad pudiera sumar votos suficientes para ser quien una a la oposición en el choque contra Nicolás Maduro.
Por aquellos predios el muy alto de tamaño físico Pedro Sánchez trampea y ríe señalando que seguirá gobernando a pesar de su desastrosa administración, en estos lados el muy alto y grandote Nicolás Maduro hace trampas señalando que todo marcha de maravillas y que si no lo hace mejor es por culpa de las sanciones, pero que todo cambia a favor de los venezolanos.
La izquierda se parece en todas partes, excepto en México donde López Obrador anuncia sus necedades después del desayuno, en Cuba donde hace tiempo ya no hay nada que hacer y en Argentina donde Alberto Fernández nada hace hasta que no se lo ordena Cristina Kirchner.
Diferente es en Nicaragua y Venezuela –y conste que creemos al señor Maduro mucha mejor persona que el carcelero nicaragüense-, donde los dictadores han perdido fe y popularidad armas en la mano, uno sin Sukhois otro al que se le caen, en Brasil donde el Presidente tiene artrosis en el cuerpo y en la mente, en Colombia donde el Presidente habla y enreda pero poco o nada hace.
La izquierda, desde que fue inventada, sólo genera retrocesos y desastres, con alguna que otra excepción por algún ser humano que se sobrepuso a la necedad ideológica, como Felipe González que dejó tirado en el camino a sus antecesores que en la primera mitad del siglo XX provocaron una feroz guerra civil en España. Claro, también permitió que se le colara un Rodríguez Zapatero y eso baja puntos.
Hay esperanza, sin embargo, mujeres de pensamiento joven y actualizado que buscan sostener caminos al poder para hacerlo mejor. Allá y acá.
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