¿Hasta cuándo vamos a permitir que nos manipulen?
Los comunistas han demostrado una destreza excepcional en la manipulación de la opinión pública. Por eso, una de las primeras medidas adoptada por Chávez fue imponer la hegemonía comunicacional. Su estrategia consistió en prácticamente eliminar la prensa escrita, ejercer un férreo control sobre la radio y la televisión a través de CONATEL, y luego utilizar estos medios para difundir una narrativa política que dista mucho de la realidad del país. Esta narrativa tenía como objetivo principal convencernos de que no teníamos otra opción más que someternos a sus decisiones desde Miraflores.
La última maniobra para acallar a la expresión cada vez más sonora de la voluntad popular que se expresaría en las elecciones primarias de la oposición, es la grotesca decisión de convocar a un referéndum sobre la reclamación territorial del Esequibo. Esta decisión no sólo viola la constitución y el Acuerdo de Ginebra de 1966, sino que también carece de utilidad, ya que no tendrá ningún impacto en la decisión de la CIJ y no generará ningún entusiasmo en la población. Esta última está preocupada por problemas mucho más urgentes que afectan directamente a su supervivencia personal.
Por otro lado, es obvio el intento de manipulación efectuado por el CNE, el cual decide dar apoyo a las primarias, con base en una petición hecha un par de meses atrás. Amoroso intenta hacer creer que esta solicitud fue realizada por la Comisión Nacional de Primarias en este momento, lo cual es claramente falso.
La respuesta apropiada de una oposición comprometida con el cambio en el país debería ser rechazar de manera categórica el referéndum ilegítimo e ilegal y desestimar la oferta del CNE por ser extemporánea. En su lugar, debería continuar respaldando la fecha del 22 de octubre para la realización de las primarias.
Cualquier argumento en contra de esta postura solo nos haría, una vez más, caer en la trampa de la manipulación constante.
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