lunes, 25 de septiembre de 2023

Ronna Rísquez: "La toma de Tocorón es un hito en materia de seguridad ciudadana"

 

Ronna Rísquez: "La toma de Tocorón es un hito en materia de seguridad ciudadana"

Tras la toma de Tocorón, Ronna Rísquez confirmó todo lo que escribió en su libro “El Tren de Aragua”, publicado este 2023. En esta entrevista da sus impresiones sobre este episodio de la banda que transformó el crimen organizado y lo que significa para su investigación

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Antes de que la periodista Ronna Rísquez decidiera escribir sobre el Tren de Aragua, el nombre de la banda ya era conocido. «Son los que controlan Tocorón y sus alrededores», llegué a escuchar varias veces cuando estaba en mi época de bachillerato en 2014. Lo que no sabíamos en aquel momento era cuánto y qué cosas tenían en su poder los miembros de la banda.

Primero salieron algunas fotos, luego videos. Resultaba impresionante que personas privadas de libertad tuvieran acceso a espacios de ese tipo: discotecas, piscinas, o restaurantes. Pero era una realidad que ninguna autoridad supo o no quiso controlar hasta el pasado 22 de septiembre, cuando se realizó la Operación de Liberación Gran Cacique Guaicaipuro en el Centro Penintenciario de Aragua, mejor conocido como Tocorón.

11.000 agentes, entre militares y policías, tomaron la cárcel y dos días después reconocieron por primera vez a la megabanda y los delitos que cometieron (o siguen ejecutando) en el país.

Meses antes de que esto ocurriera, Ronna Rísquez publicó su libro El Tren de Aragua y su familia recibió amenazas. Ahora, tras los últimos hechos de Tocorón, confiesa que la confirmación de lo que narró en ocho capítulos aún la mantiene sorprendida: «Es increíble porque yo me preguntaba: ‘¿Será que todo esto es verdad, será que todo esto es así?'».

En esta entrevista con El Estímulo, hecha en el marco de su presentación en un conversatorio del Festival del Libro y la Lectura de Parque Cerro Verde, en Caracas, cuenta las razones.

—Ya todos hemos visto lo que pasó en Tocorón el miércoles. Tú que ya sabías y confirmaste lo que allí pasaba, ¿sientes que este hecho le podría agregar otro capítulo al libro o simplemente reafirma todo lo que ahí se dice?

—Las dos cosas. De lo que pasó en Tocorón lo mas importante es que confirma todo. No te voy a decir que todo letra por letra, palabra por palabra, pero todo lo que ha salido o lo que se ha dicho, está en el libro. Acabo de escuchar la declaración del ministro Ceballos. Es la primera declaración en la que nombra al Tren de Aragua. La acaba de hacer ahorita justamente desde la cárcel de Tocorón y cuando lo nombra, además se refiere a los delitos a los que yo me refiero en mi investigación: trata de personas, narcotráfico, secuestro, etc. Todo lo que se ha dicho oficialmente en este momento del Tren de Aragua, o desde el momento en que comenzó la toma de la prisión, está en el libro. No sé si hay más cosas, pero la mayoría están.

Tú dices que si hay algo que agregar o no. La verdad es que sí hay cosas que agregar. Hay que agregar el cierre de la prisión de Tocorón. Eso es un episodio que constituye un hito en materia de seguridad ciudadana en Venezuela y en materia de lo que puede ser un paso hacia un cambio en el sistema penitenciario venezolano. No significa que sea bueno o malo, simplemente es un paso. 

Pero especialmente, para mí tiene mucha importancia que el trabajo periodístico, la investigación periodística, haya sido confirmada por las autoridades. Eso amerita un capítulo allí por todo lo que se dijo en este libro.

—Cuándo tú empezaste a escribir esto, Ronna, ¿qué era lo que tú esperabas? Es decir, ¿qué era lo que tú buscabas con eso? Porque son muchos riesgos…

—Yo tuve un pensamiento muy periodístico. Todo eso que yo estaba consiguiendo mientras hacía los trabajos de campo, yo sentía que era una información que no tenía cabida, en algunos casos, en los reportajes periodísticos que estaba escribiendo, pero que sí tenía que ser conocida porque era una información de interés y eso es uno de los principios del periodismo. Sentía que si a mí me impresionaba, también era de interés para la sociedad, para la sociedad venezolana en principio. Pero antes tenía que verificarlo, llegar a ser lo más minuciosa posible porque eran temas primero, casi que inverosímiles, y luego pues eran cosas muy delicadas.

En la medida en que fui avanzando en el proceso de investigación, empezaron otros factores a aparecer, cosas que son irregulares. Cuando tú lees el libro encuentras todo un contexto de corrupción alrededor de toda esta situación. Eso es algo que debe ser sancionado e investigado.

También todo este tema que tiene que ver con los derechos humanos de todas las personas y esto incluye a las que están privadas de libertad y la situación de seguridad ciudadana de los últimos 20 años o 23 años. Lo que ellos viven en el sistema penitenciario venezolano, que ha sido abandonado, sumó otro componente más allí.  Siempre hemos visto las cárceles como la última prioridad. Ni siquiera prioridad, sino como el último punto en la escala de prioridades en una sociedad y en realidad esto ha terminado siendo contraproducente porque todas estas personas que están presas en algún momento salen de esa prisión y pues salen con mayor resentimiento.

En la medida en que ya estaba terminando el libro, pues comienza el escándalo en toda la región con la presencia del Tren de Aragua en países como Chile, Colombia, Perú y Ecuador. Era más sorprendente todavía. Y yo lo escribí suponiendo que si lo mostraba, en algún momento las autoridades asumirían o ejercerían acciones.

—¿Por qué tú crees que la gente confió en ti para contarte todo esto? ¿Por qué contigo sí y con otro no?

—Mira, hay varias razones. Una es mi trayectoria periodística y no está asociado al hecho de cuántos años tengo haciendo periodismo, sino a la forma en que vengo haciendo el periodismo. Para mí el tema del respeto a todas las personas es una de las prioridades. Es decir, yo desde que empecé a hacer periodismo de sucesos, una de mis maneras de trabajar era que yo entrevistaba a víctimas y a posibles o presuntos victimarios. Siempre desde una posición de respeto, ¿por qué? Bueno, porque yo no soy ni juez, ni policía ni fiscal, yo soy periodista. Yo estoy recogiendo un testimonio, la versión de las dos partes, y eso me hacía diferente.

Mi posición es: «Esta es una persona con la que yo tengo que conversar para preguntarle qué pasó, qué hizo”, y pues simplemente contar su versión y no juzgar su versión. Aunque pueda parecer desagradable para algunas personas, es la única manera. No deberías hacerlo de otra forma.

Además me he interesado por capacitarme en materia de derechos humanos. Yo hice un curso que da una organización que se llama Dark Center de la Universidad de Columbia en Estados Unidos, que es una capacitación sobre cobertura para periodismo y trauma en sitios de conflicto y eso fue para mí vital.

Vamos con un tercer factor, que es el apoyo que he conseguido de los periodistas regionales de Venezuela. Ellos han sido clave en mi trabajo. Te lo estoy diciendo y me emociona porque valoro muchísimo su trabajo, siento que todos, en general, los periodistas y la gente en Venezuela, tiene que respetar mucho el trabajo que hacen los periodistas en las regiones porque son fundamentales.

Ellos están viviendo situaciones que pocas veces salen a la luz, que no son reconocidas, su trabajo a veces es mal pagado y para mí fueron un apoyo fundamental contar con ellos en los lugares que visité.

Agregaría una cuarta cosa y es que yo no soy una periodista de teléfono, yo voy al sitio. Para mí el trabajo periodístico es con la gente, es en la calle, es en los lugares donde están pasando las cosas. Yo creo que las personas que son víctimas o que padecen el tema del crimen y todas estas experiencias terribles, valoran el hecho de que alguien vaya y se acerque y les pregunte. Eso para mí es una prioridad, ir al sitio, ir al lugar donde están pasando las cosas, hablar con la gente. Yo  creo que eso es algo que también ha contribuido a que las personas confíen en mí y cuando digo que confíen en mí, me refiero a lo profesional.

Sobre todo en un país como Venezuela, que en los últimos años muchas ciudades de las regiones, están prácticamente desiertas. Cuando yo estaba haciendo el libro, era muy difícil acceder a algunas de ellas. La gente valoraba el hecho de que yo fuera a averiguar, de contarlo desde su casa, porque ellos querían una ayuda para que otros pudieran ver lo que vivían.

Al final confirmaban el punto uno, ¿no? Y es que la gente consideraba que esto debía saberse, que esto era algo de interés para la sociedad, así como lo pensaba yo en mi posición de periodista.

—¿Qué cosas aún te sorprenden de esta investigación, de esas que tú dices: «De verdad que esto me descoloca»?

—Me impresionó la toma de Tocorón. No era algo que te hubieras imaginado que iba a pasar.

—¿Por qué?

—No sé cómo explicártelo. Después de que leían el libro, muchas veces me entrevistaban y cuando conversaba con gente, sentía como que todo estaba igual, normal, llegué a dudar de mí en algunos momentos. A dudar de lo que escribí porque yo entré y vi todo, entré con una persona que también vio todo, y muchas de las entrevistas que yo hice están grabadas, pero aun así a veces decía: «Dios mío, pero ¿será que de verdad todo esto es así?».

Hasta hoy. El hecho de que todo esto se confirmara, eso a mí me impresiona. Me impresiona porque yo lo vi, lo escribí y personas que estuvieron allí o que estuvieron en otros sitios donde El Tren de Aragua tenía presencia me lo dijeron dos o tres años antes de sacar el libro. Yo tenía tres fuentes o más por cada dato, personas que me contaban cosas descabelladas y algunas las vi, pero el sentimiento de duda seguía ahí porque todo era increíble. De verdad no sé cómo describirte esa sensación de pensar que algo es realidad, pero no es realidad y después sí era la realidad porque ahora lo confirman las autoridades.

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Ronna Rísquez ofreció esta entrevista a El Estímulo el 23 de septiembre de 2023, el mismo día en que Remigio Ceballos, ministro del Interior y Justicia, habló por primera vez de El Tren de Aragua.

Aunque Ceballos dijo que durante el operativo se desmanteló la banda, Rísquez considera que no es el fin de la organización criminal, sino la toma del penal donde creció una banda que se ha extendido por varios países.

El libro de Ronna Rísquez está a la venta a través de la página web de la Editorial Dahbar. Este es el enlace: https://editorialdahbar.com/libros/preventa-el-tren-de-aragua-la-megabanda-que-revoluciono-el-crimen-organizado-en-america-latina/

Nota del editor: foto cortesía de Ronna Rísquez.

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