Pese a las amenazas y presiones, la oposición arriba a las primarias
Las elecciones primarias de la oposición se realizan este domingo con 10 candidatos tras la renuncia de tres de los aspirantes. En medio de un camino de obstáculos y de presiones, el politólogo John Magdaleno destaca el regreso a la ruta electoral y que la movilización opositora se pondrá a prueba. El también politólogo Piero Trepiccione y el sociólogo Francisco Coello reconocen la participación ciudadana y los escenarios que se abrieron en medio de un ambiente hostil. El gran dilema son las inhabilitaciones
Este domingo 22 de octubre se realizan las elecciones primarias para escoger al candidato unitario que la oposición espera llevar a las presidenciales del segundo semestre de 2024.
Los electores podrán votar por 10 candidatos: Andrés Caleca (Independiente), Andrés Velásquez (La Causa R), Carlos Prosperi (AD), César Almeida (UPP89), César Pérez Vivas (Concertación Ciudadana y Partido Centro Democrático), Delsa Solórzano (Encuentro Ciudadano), Gloria Pinho (Por ti Venezuela), Luis Baló Farías (Partido Merideños Independientes), María Corina Machado (Vente Venezuela), y Tamara Adrián (Unidos por la Dignidad).
Entre el 8 y el 13 de octubre, renunciaron Henrique Capriles (Primero Justicia), Freddy Superlano (Voluntad Popular) y Roberto Enríquez. En el caso de Superlano, declinó a favor de María Corina Machado.
El proceso ha estado signado por las presiones hacia la Comisión Nacional de Primaria y las Juntas Regionales, los enfrentamientos sobrevenidos entre algunos de los contendientes y las denuncias del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) sobre la censura desde Conatel para la cobertura del proceso, así como la suspensión del suministro de gasolina en algunas estados y el control sobre el transporte público.
El viernes 20 de octubre, AD solicitó la postergación de las elecciones bajo el argumento de inconsistencias técnicas y de presuntas irregularidades en la designación de testigos y miembros de mesa. Estos señalamientos fueron precedidos por las denuncias del candidato Carlos Properi sobre la dificultad para acceder a información sobre su centro de votación.
El abandero adeco es el único de los aspirantes del llamado G4 que llega a la jornada electoral: los candidatos de Primero Justicia y VP abandonaron la contienda y Un Nuevo Tiempo (UNT) no postuló a nadie. Sin embargo, Prosperi fijó una condición: reconocerá los resultados siempre y cuando no se detecten irregularidades durante la jornada.
Desde el 15 de noviembre del año pasado, cuando se instaló la Comisión Nacional de Primaria que preside el abogado Jesús María Casal, y tal como él mismo lo advirtió entonces, el camino no ha estado exento de obstáculos y amenazas, entre ellos la renuncia de dos de los miembros organizadores: Rafael Arráiz Luca y María Carolina Uzcátegui, quien fungía como vicepresidenta de la instancia. Tras su salida, Uzcátegui ha sido recurrente en advertir sobre la incapacidad técnica de esta elección autogestionada.
En todas las etapas de este trayecto ha sido constante la participación ciudadana, que adquirió más fuerza en junio pasado, cuando la anterior directiva del Consejo Nacional Electoral (CNE) no respondió a la solicitud de apoyo técnico y logístico. La respuesta llegó de la directiva designada en agosto, por la Asamblea Nacional (AN) oficialista, y que preside el excontralor general Elvis Amoroso.
Con la disposición para la asistencia comicial, el organismo planteó postergar las primarias para el 19 de noviembre, en tanto la Comisión Nacional tras consulta con las organizaciones políticas optó por seguir el rumbo independiente.
El sociólogo Francisco Coello subraya que «del lado de la sociedad civil, ya las primarias son un triunfo. Hay que reconocer el valor cívico de este proceso y el esfuerzo titánico no solo de la Comisión, también del equipo técnico. Además, los ataques del régimen le dan un carácter heróico».
En ese sentido, el politólogo Piero Trepiccione expresa que las primarias representan un faro de participación para encausar el deseo de cambio de la sociedad venezolana.
«Entonces, creo que ha sido un proceso que fue ganando espacios a pulso y se ha realizado en un clima absolutamente hostil, en lo comunicacional y en lo territorial, porque para los los diferentes candidatos también representó un enorme desafío poder recorrer el país y realizar sus actividades proselitistas sin que hubiese dificultades», subraya Trepiccione.
La vuelta a la ruta electoral
Con estas elecciones, la llamada oposición democrática retoma la senda electoral, destaca el politólogo John Magdaleno, director de la consultora Polity. Expresa que el abandono del terreno electoral fue un error muy grave.
Agrega que la no participación en las elecciones de alcaldes de 2017, las presidenciales de 2018 y las parlamentarias de 2020, «desconsolidó las capacidades organizativas, de articulación y de coordinación estratégica».
«Esperemos si este domingo se rescatan las capacidades organizativas de la oposición, su capacidad de convocatoria, su capacidad de movilización. Para mí, ese es el saldo más importante que nos va a comunicar la primaria, si eso ocurrió o no, si se recuperan capacidades organizativas de la oposición o no, si se recuperan capacidades de organización o no», enfatiza Magdaleno.
El politólogo destaca que las primarias 2023 tienen lugar en un contexto bastante diferenciado de las de 2012 en las que ganó Henrique Capriles.
En ese sentido, Magdaleno se refiere a dos contextos históricos: En 2012, el país no había entrado en la recesión económica que se prolonga durante ocho años, a partir de 2014. «El país no había entrado mucho menos en la hiperinflación que se da a finales de 2017; el país no había experimentado una precarización tan abierta, tan grave de las capacidades estatales para atender demandas sociales», indica.
Añade que, para 2023, las primarias llegan en medio de un mayor deterioro en lo socioeconómico, en lo institucional, en las capacidades estatales y en las finanzas del Estado.
«Eso plantea, efectivamente, más complicaciones, por un lado para la oposición porque articular esfuerzos es mucho más difícil en contextos de precariedad económica. Pero, también plantea dilemas al gobierno porque no puede atender demandas sociales con la misma celeridad porque su eficacia ha estado bastante limitada», acota.
El dilema de la inhabilitación
Sobre los dilemas con los que llega la oposición a las primarias, la ruta a seguir si gana un candidato inhabilitado no está clara porque no se ha definido. Tras los acuerdos de la negociación firmados el 17 de octubre en Barbados entre las delegaciones del gobierno de Nicolás Maduro y de la Plataforma Unitaria, el propio jefe de la representación revolucionaria, Jorge Rodríguez, insistió en que no podrán postularse para las presidenciales quienes estén inhabilitados por la Contraloría General de la República (CGR).
Luego del retiro de las candidaturas de Henrique Capriles (Primero Justicia) y Freddy Superlano (Voluntad Popular), solo queda una aspirante inhabilitada: María Corina Machado (Vente Venezuela). Machado es justamente quien lidera los estudios de opinión para los comicios opositores de este domingo.
«No está resuelto el mecanismo de sustitución de la candidatura. Y aquí hay básicamente dos tesis: la tesis de que si la candidata electa es María Corina Machado y se inicia un ciclo de movilización política en el que se pelee por el levantamiento de la inhabilitación. Y está la tesis contraria, en la cual dado que la inhabilitación tiene baja probabilidad de ser levantada, habría que construir con rapidez un mecanismo que procure el mayor número de consenso alrededor de esa nueva candidatura», puntualiza John Magdaleno.
El politólogo señala que, en el medio, está el debate sobre si ambas situaciones se combinan: una lucha por el levantamiento de las inhabilitaciones en general y por la restitución de garantías constitucionales que están siendo violentadas en general.
Magdaleno destaca que una de las particularidades del Acuerdo Parcial para Promover Derechos Políticos y Garantías Electorales es que el gobierno admite que no ha cumplido con las disposiciones constitucionales, «pero se eleva el costo de su incumplimiento porque lo reconoce».
Por otra parte, el investigador señala que la legitimación de la candidatura que surja de las primarias será más o menos robusta dependiendo de la participación electoral y del caudal de votos que se obtenga.
«Supongamos que la participación es de un millón de electores y que Machado obtiene 600 mil o 700 mil votos, habría dificultades para defender la legitimidad de esa candidatura, esos números no son suficientes para construir una opción política de cambio. Supongamos, en otro escenario, en el que la participación llegue a dos millones y María Corina obtenga entre un millón 300 y un millón 400 mil votos, no es una legitimación precaria, pero todavía no estaría comunicándonos la existencia de un clima favorable para la presidencial; si la participación es de tres millones y la candidata obtiene más de dos millones de votos, estaríamos hablando de otra cosa», explica.
En este punto, asevera, que la resolución del dilema de la oposición depende del desempeño y resultado de las primarias.
El sociólogo Francisco Coello destaca que las inhabilitaciones son situaciones creadas por el régimen de Maduro y en tal sentido, señala, que la Comisión de Primaria hizo lo correcto «al no ratificar un acto ilegal». A su juicio, la opción de contar con un bateador designado es débil por el riesgo de que desde la administración de Maduro también se le bloqueé el camino electoral.
«Es legítimo el candidato o la candidata que gane este domingo y la legitimidad no se transfiere como si fuera una transferencia bancaria, entonces ahí hay un problema», enfatiza Coello.
Agrega que la nueva etapa de la negociación ofrece garantías de que «el gobierno se siente parcialmente maniatado de sabotear las primarias de este domingo».
Los retos
Dentro de los retos que esperan a la oposición, Francisco Coello señala que lo primero es que el proceso electoral funcione lo mejor posible en medio de las limitaciones y que todos los candidatos reconozcan los resultados. Sin embargo, esto es parte del compromiso que se selló entre todos los aspirantes.
De su lado, Piero Trepiccone destaca que las diferencias persisten en la oposición y «que hay todo un trabajo de ingeniería política promovido desde el gobierno para justamente crear esa sensación». Agrega que, probablemente, con el apoyo del gobierno va a haber diferentes candidatos de cara a la elección presidencial de 2024.
«Lo importante es quién logra legítimamente captar el sentimiento mayoritario de la población en relación con el deseo de cambio. Lo importante es el candidato que surja a partir de un proceso de esta naturaleza y que se convierta en la referencia de esa amplia mayoría social que quiere un cambio en el país», subraya.
Trepiccione añade que el mayor desafío es focalizar las fuerzas legítimas para darle una direccionalidad política estratégica y que efectivamente esa avance se convierta «en un efecto avalancha que puede transformar las estructuras políticas del país en una elección presidencial».
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