El escenario global actual, marcado por conflictos y tensiones, evidencia un cambio significativo en la geopolítica. La reactivación de rivalidades entre grandes potencias ha cobrado protagonismo en las relaciones internacionales, agravando las divisiones globales con los conflictos en Gaza y Ucrania. Estos eventos podrían estar anticipando una reconfiguración geopolítica considerable, quizás hacia un nuevo orden mundial.

Los conflictos en Gaza y Ucrania no son meramente regionales, sino posibles antecedentes de una confrontación más amplia, especialmente en torno a Taiwán. La intensa ayuda militar de Estados Unidos a Ucrania e Israel no ha pasado inadvertida para el presidente de China. Para Xi Jinping, la disminución de los arsenales estadounidenses podría ofrecer una oportunidad estratégica para anexar Taiwán a la República Popular, considerada una “misión histórica” por parte del Partido Comunista.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, consciente de la situación, busca aliviar tensiones con China. Su reciente cumbre con Xi Jinping en el foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico en San Francisco representó un esfuerzo estratégico para gestionar el equilibrio de poder. La Casa Blanca y el G7 apuntan a «reducir riesgos» con China, más que a un «desacoplamiento», indicando una gestión cuidadosa de la relación con la segunda economía mundial.

Este enfoque reconfigurará los patrones financieros, de inversión y comerciales globales. Se vislumbra un realineamiento en los flujos comerciales e inversiones, sugiriendo una posible división de la economía global en dos bloques. China fortalece sus lazos comerciales con el Sur Global, diversificando sus relaciones respecto al Occidente. A pesar de los costes, China busca reducir su dependencia económica de Occidente, alejándose discretamente.

Estados Unidos, tras impulsar el ascenso económico de China durante décadas, enfrenta ahora un fuerte rival. China desafía el dominio de Occidente no solo con su poder naval, sino en el sistema financiero global y en instituciones internacionales, buscando liderar un orden mundial alternativo.

El actual orden global, centrado en Estados Unidos, enfrenta retos. La aplicación selectiva de normas internacionales por parte de Washington, especialmente en no intervenir en asuntos internos de otros países, cuestiona la efectividad y equidad del sistema. La ley internacional parece fuerte contra los débiles, pero débil contra los poderosos.

China podría beneficiarse del entorno global conflictivo para establecer un orden alternativo. El orden liderado por Estados Unidos surgió de la Segunda Guerra Mundial, originando instituciones como el FMI, el Banco Mundial y la ONU. Sin embargo, reformar estas instituciones en tiempos de paz ha sido complicado, y la ONU muestra signos de declive y marginalización.

La influencia estadounidense se debilita, incluso entre aliados clave como Israel y Ucrania, que han ignorado consejos de la Casa Blanca. Estos cambios, junto con la reorganización geopolítica en el Medio Oriente, donde actores como Qatar ganan relevancia, evidencian una transformación regional y global.

El conflicto en Gaza, de intensificarse, podría tener consecuencias geopolíticas significativas, redefiniendo el Medio Oriente. Ucrania, concentrada en su conflicto con Rusia, podría quedar marginada en la arena global.

Factores como la economía militar de Rusia, el estancamiento del producto interno bruto de China y la relevancia creciente del Sur Global, junto con desafíos como la desigualdad, el autoritarismo, avances tecnológicos, degradación ambiental y cambio climático, están redibujando el mapa geopolítico.

El mundo se encuentra entonces en una encrucijada, con el orden establecido siendo desafiado y un nuevo equilibrio de poder emergiendo. Aunque los detalles son inciertos, un reequilibrio geopolítico global fundamental parece inevitable. La perspectiva de tensiones continuas entre Occidente y sus rivales, especialmente China, Rusia y el mundo islámico, anticipa una nueva era en las relaciones internacionales, donde viejas alianzas se ponen a prueba y surgen nuevas.