Entró en vigencia el DNU de Milei y Argentina recupera libertades económicas
Desde las 12 de la noche está en vigencia el DNU que termina con la ley de alquileres, los controles de precios, flexibiliza el mercado laboral y varias cuestiones del Código Civil.
Argentina comienza a transitar nuevos rumbos. De repente y sin medias tintas, como lo prometió Javier Milei en campaña. Desde las 12 de la noche, ya está en vigente en todo el territorio nacional el Decreto de Necesidad y Urgencia del Poder Ejecutivo que desregula y libera todo lo que se puede hacer legalmente en esta instancia. La mega ley complementaria (Bases y Punto de Partida para la Libertad de los Argentinos), que tiene todas las reformas que constitucionalmente debe tratar el Congreso, ya fue ingresada a la Cámara de Diputados, presidida por Martín Menem.
Aunque es claro que todos los tópicos del DNU se encuentran dentro del ámbito de prerrogativas presidenciales en el marco de un decreto que revista necesidad y urgencia, el kirchnerismo y la izquierda cuestionaron la legalidad del mismo por el gran impacto que tiene: deroga y modifica 360 leyes y decretos previos, muchos de ellos de las dictaduras militares. Sin embargo, la cuestión de las formas no tiene otra explicación que las críticas al fondo: las reformas cortan con muchos privilegios, que varios sectores usufructuaron históricamente en Argentina.
Un ejemplo que ilustra esto es el de las críticas del titular del Colegio Público de Abogados, Ricardo Gil Lavedra, que arremetió contra los cambios al Código Civil. Claro que cuando uno se sumerge en el extenso DNU se da cuenta, entre otras cosas, que los divorcios no conflictivos, que puedan ser resueltos en paz entre las partes, ya no requerirán pasar por los servicios de un abogado matriculado. Lo mismo con las sucesiones que no revistan conflictos hereditarios. Hasta hoy, un único heredero debía pagar suculentos honorarios, solamente por la firma y el sello en un trámite administrativo. Detrás de las críticas está la pérdida de privilegios en todos los casos.
Aunque se cuestione la legalidad del decreto por su ambicioso alcance, lo cierto es que todas las modificaciones que tiene son compatibles (y a veces incluso redundantes) con la Constitución Nacional. Los gobiernos anteriores, que hicieron uso y abuso de la herramienta, sí la utilizaron para una delegación de facultades. Por ejemplo, el kirchnerismo reasignaba las partidas presupuestarias votadas por el Congreso a la jefatura de Gabinete, dependiente del Poder Ejecutivo. Aquí, la única “delegación de poder” es de la política a la ciudadanía.
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Entre los cambios que tendrán lugar rápidamente, que favorecerán a la ciudadanía, es la derogación de la nefasta Ley de Alquileres, que destruyó el mercado inmobiliario. Se vuelve al Código Civil, priorizando la libertad de contrato entre las partes. Incluso se pueden pactar acuerdos en moneda extranjera. Como sucedió en todas las oportunidades, cuando se derogaron estas fallidas leyes, el mercado proveerá de lo que antes escaseaba. ¿Habremos aprendido esta vez?
El mercado laboral también se flexibilizará, con indemnizaciones más razonables, que reduzcan el temor a nuevas contrataciones. Se extienden los períodos a prueba a ocho meses y se eliminan las multas por la falta de registro. También desaparecen la Ley de Góndolas, la Ley de Abastecimiento y el Observatorio de Precios del ministerio de Economía. Luego de estas novedades, las cadenas de supermercados comprendieron que es preferible caminar este sendero que el de la coerción de los controles de precios y colaboraron con un acuerdo para no incrementar los valores de varios productos de la canasta básica. Es la primera vez que se trata de una acción voluntaria en este sentido y no de una extorsión del gobierno, que era publicitada como un “acuerdo de precios”.
Se termina con el monopolio de las agencias de viaje, por lo que otras entidades comerciales podrán ingresar al negocio. Los clubes de fútbol que deseen cambiar su estatuto para convertirse en sociedades anónimas podrán hacerlo en libertad. Si lo desean, claro. El sector farmacéutico también experimentará desregulaciones, que terminarán mejorando la oferta y los precios al consumidor.
También comienza el proceso que permitirá la privatización de todas las empresas del Estado y comenzará el proceso de “cielos abiertos”, para la competencia en el sector aerocomercial. Finalmente, se reforma también el Código Aduanero, para terminar con la arbitrariedad y las limitaciones a las importaciones.
En poco tiempo, la sociedad percibirá los cambios en la vida cotidiana, lo que sin dudas generará presión en los legisladores que todavía manifiestan reparos en aprobar la “Ley Bases”. Igualmente, el oficialismo considera que tendrá los votos para aprobar la ley y poner en marcha el programa total de reformas de orientación liberal.
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