Más de 100 años de presencia, por María García de Fleury
Por María García de Fleury
Venezuela está de fiesta con la celebración de más de un siglo de presencia en nuestra sociedad de los Agustinos, quiénes cumplen 125 años con nosotros, al mismo tiempo son 100 años del Colegio San Ignacio, cien años del Colegio Santa Rosa de Lima, cien años de la congregación de los juristas y la de los claretianos, esto es motivo para celebrar y agradecer, fue y sigue siendo un cimiento histórico la llegada de todos estos religiosos que han sembrado a manos llenas el Espíritu de Cristo dándolo a conocer y haciéndolo amar entre los venezolanos. Hoy siguen dando frutos como educadores y evangelizadores, hombres y mujeres y visionarios dedicados a educar y educar es mirar hacia el futuro.
En estos más de 100 años son muchas las generaciones de sacerdotes, religiosas y laicos que han sabido hacer el bien sin ruidos a cientos de miles de personas, han sabido generar vida sobre todo en niños y jóvenes, contribuyendo a formar hombres y mujeres de bien, que buscan la verdad, con un alto sentido de la dignidad humana, que respetan las leyes y el orden.
Queremos agradecer profundamente a todos esos sacerdotes y religiosas que vinieron con una fe poderosa en Dios para llevar a Cristo a unas personas totalmente desconocidas para ellos, dejaron lo conocido por lo desconocido, dejaron su país, su familia y amistades para venir a un lugar desconocido, actuaron con valor y determinación ante situaciones arriesgadas y difíciles, ante retos complicados con acontecimientos a veces favorables y en otros adversos con la meta e ilusión de acercar a muchas almas a Dios y a su Madre Santísima la Virgen María a través de la formación religiosa, la formación académica, el deporte, la conciencia social.
Hoy contemplamos su hazaña y lo reconocemos con Gran admiración, gratitud y cariño porque llegaron con la certeza de trabajar por un mundo mejor sembrando la semilla de los valores humanos y cristianos, han sido más de 100 años de compromiso con Dios, con la sociedad a quién han servido con ánimo, perseverancia, con el rigor de una enseñanza integral, adecuada a la vida, han enseñado a pensar, a comprometerse con los necesitados, viviendo los valores fundamentales de la compasión, el respeto y el servicio desinteresado.
Han contribuido a formar hombres y mujeres de bien con un alto sentido de la dignidad humana que busca la verdad, respetan las leyes y el orden ,que saben asombrarse ante la belleza de la naturaleza ,que no se desalientan ante la adversidad, que siguen adelante perseverando, son punto de referencia para la juventud y para la formación en el mundo del trabajo.
En estos 100 años han sabido adaptar sus proyectos educativos a la realidad de los tiempos, se han abierto la vida de la ciudad compartiendo las angustias y esperanzas de la gente pobre y sencilla, por su compromiso se han ganado el aprecio y la admiración de muchos, gracias al testimonio de su vida ejemplar. es momento para agradecerle al Señor por su presencia y nuestra patria, por ser modelos de vida, testigos de fe, punto de referencia con autoridad moral y queridos por muchos, todos sin excepción, han dejado un sello de la educación que han venido a brindarnos, amor a Jesús, amor a la Virgen María , amor al trabajo, amor, al país y espíritu de familia, porque han sabido desde todos los tiempos que con Dios ¡siempre ganamos!
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