Tendencias y tensiones, mundiales y locales 2024
Por su alcance y en virtud de su índole la guerra Hamás-Israel ha embestido notoriamente al estado geopolítico por todo medio oriente, ahondando quizá, las brechas que la razia ruso-ucraniana generó. Las euroelecciones (primavera) – 6/2014- y las estadounidenses (hacia fines de año) -9/2024- protagonizarán, también, una escena global turbadora, pues se trata de un año duro y dinámico sobremanera ¡De expectativas! Hay dos aspectos clave de transformación: Inteligencia Artificial (IA) y sostenibilidad.
Obviemos la incertitud y quiebre que aún entrañan las tensiones ruso-ucranianas y ahora, Hamás-Israel, aunque los ataques huzíes se sitúan en la trama de la lucha liderada con la liga que Riad aúpa desde 2014; pero, que también acucian al interés de Irán por su lucha contra Israel, tenemos esas dos grandes palancas predichas de reajuste. Y, así será por el impacto que tendrán en la economía, así como por la transformación social a impulsarse. En efecto, el año estará influido por factores políticos y económicos de índoles inciertas; por efectos del clima geopolítico de 2024 que haya en el mundo.
Desde un ángulo económico, tenemos unos dos anuncios: la IA, según la consultora Mckinsey ha publicado un estudio en el cual estima que el uso de la novedosa IA supondrá anualmente, un incremento a escala mundial del rendimiento, equivalente a unos USD 2,6-4,4 billones; y sobre la sostenibilidad, la UE estima que para cumplir con el Acuerdo de París –Cop21- requiere cerca de unos 180 billones de euros por inversión adicional anual hasta el año 2030 y que un cuarto del presupuesto de la UE contribuya a mermar la crisis.
De un punto de vista social el impacto por ambas variaciones se revelará. La IA supondrá desafíos inusuales a la humanidad, desde el manejo de “la verdad” hasta la consideración propia del ser humano. Y, los desafíos de la sostenibilidad tampoco son muy pequeños porque exige la transformación casi radical, de los sectores industriales que, a diferencia de la digitalización, existía beneficios evidentes a corto plazo para todos, sin excepción. Caemos en el campo de las emociones, sobre las que se puede meditar, si son idóneas en un tenor más amplio. Investigar qué las causa; frenar las precipitaciones y discernir si es propio de mentes maduras. Pues, si no sabemos reflexionar, pensar, tomar distancia de aquello que más nos ocurra inmediatamente, o deseamos hacer, mal podríamos utilizar las cosas.
Vamos hacia gobiernos cada vez más emotivos y/o compulsivos, razón que obsta para encajar reflexiones; incluso, en la política, lo que conlleva un deterioro del debate democrático y obliga que al final se impongan las figuras -doctrinas extremas– socialismo/comunismo, de salidas muy simples y exageradas. Las redes sociales no aportan reflexión, propician respuestas inmediatas y viscerales; no son el medio idóneo para discernir.
Por otra parte, los operadores logísticos integrales se alistan para asumir una transformación tecnológica. Desde la digitalización hasta la automatización, exploran las claves para una cadena de suministro más efectiva. Asimismo, el mercado mundial de petróleo experimenta cambios notorios en la medida de aumento por negociaciones en monedas locales, y supone un alejamiento decisivo del USD tradicional, ahora en caída, pues poco más de un 20 por ciento de los negocios petroleros se efectúan ya, mediante monedas diferentes del USD; acción que impulsan principalmente, Rusia e Irán que han estado vendiendo su petróleo a China e India con descuentos y en sus respectivas monedas locales, lo que conlleva un deslastre evidente del hegemónico USD.
Y, en relación con Venezuela, parece que el encuentro Ali/Maduro sobre las pautas a seguir para abordar la problemática de la “Zona en Reclamación”, aún no cristaliza puesto que ambas naciones se amenazan mutuamente. Asimismo, la pugna interna gobierno/oposición, además de las garantías constitucionales y libertad de los presos políticos.
Económicamente, culminamos 2023 con un signo monetario en caída equivalente a poco más de un 50 por ciento frente al USD, en virtud de que la intervención bancaria ha bajado en casi un 25 por ciento, que se refleja en una inflación acumulada durante el lapso enero-noviembre cercana a un 182,9 por ciento obvia en una merma del poder adquisitivo, así como de capacidad para endeudamiento, todo lo cual agobia al grueso de empleados públicos, aparte de unos cuatro millones y medio de pensionados, con un ingreso por mes equivalente a unos 130.- bolívares fijados por el gobierno nacional desde el 1/3/2022, y en devaluación progresiva.
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