La experiencia de Lourdes fascina y nos habla de la vida: lo demuestran, entre otras cosas, los testimonios de muchos jóvenes, explica Mons. Bruno Forte, arzobispo de Chieti-Vasto (Italia), quien dijo lo siguiente en una reflexión sobre Lourdes, en 2021:
«Lo pude comprobar una vez más guiando una peregrinación de un centenar de jóvenes de la diócesis que me fue confiada. Fueron “transportados” por Lourdes: ¿por qué? Me gustaría responder a esta pregunta destacando tres aspectos que llamaron especialmente la atención de los jóvenes. La primera es la extraordinaria experiencia de oración personal y comunitaria que se puede tener en Lourdes: el cuidado y la belleza de la liturgia y de los cantos; la segunda, el encanto de la procesión eucarística de la tarde y de la procesión de las antorchas de la noche; y la tercera, el número de personas de todas partes de todo el mundo, unidos en esta oración y en el silencio que rezan ante la gruta. Todo ello habla al corazón de los jóvenes con una intensidad conmovedora.
Durante la oración se da un encuentro con los enfermos que impresiona a los jóvenes y literalmente los transforma: en Lourdes se trastorna el orden común de nuestras sociedades. En primer lugar, están los débiles, los enfermos, todo gira en torno al amoroso servicio que se les presta. Es impresionante ver cómo los jóvenes captan este mensaje y se sienten atraídos por esta inversión de lógica que el consumismo y el hedonismo dominantes tienden a imponer.
Finalmente, en Lourdes, los jóvenes se reconocen hermanos de toda la humanidad, de todas las culturas y experiencias. Los colores de piel de muchos peregrinos representan verdaderamente a la familia humana en la diversidad de sus rostros, y en la dignidad común de ser todos personas, hijos del único Dios. En Lourdes, la locura de las ideologías racistas y xenófobas aparece en toda su pobreza cultural y espiritual, mientras sentimos la urgencia de estar y querer estar unidos en la aventura única y común de la vida, junto al Señor y en nuestra responsabilidad con los demás.
Escuela de fe y de servicio, Lourdes es también una gran escuela de humanidad realizada según el sueño de Dios, Padre de todos».
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