¡Hay historias que pueden salvar tu vida!
Todos los pensamientos que corren por nuestra mente y la pasión que bombea en nuestro corazón están enraizados en relatos. Pasan tan rápido en nuestra mente, que a veces sólo nos quedamos con la emoción… y tenemos la certeza de que son totalmente acertados y actuamos acorde. Por ello la reflexión y la humildad de reconocer que “sólo sé que no sé nada” nos salvan de más de un obstáculo y a veces hasta la vida misma.
“El propósito de pensar
Alfred North Whitehead
es dejar morir nuestras ideas
en lugar de que muramos nosotros.»
Pensar es la facultad más diferenciadora y crucial que posee todo ser humano; sin embargo, no es algo de lo que podamos vanagloriarnos, ya que lo hemos recibido sin ningún mérito; pero, “saber pensar” o “pensar bien” eso si es el fruto de un esfuerzo sostenido en el tiempo.
Es un dicho norteamericano que me encanta, porque creer que “lo que piensas es cierto” es uno de los primeros errores con el que cada ser humano tropezamos cuando somos niños… los padres somos responsables de ayudar a que los pequeños descubran ese error innato y natural, pero si los padres tampoco lo han desarrollado, entonces el problema es inconmensurable.
Esa vocecita en mi mente refleja cuál es mi identidad… no quién soy.
Hoy me propuse compartir uno de los apoyos que más me ayudado a pensar y reflexionar, está íntimamente relacionado con reconocer los patrones que vivo, también cómo no soy yo el primero en haberlos vivido o sufrido… ha sido la Biblia donde he encontrado el principal apoyo en aprender a pensar.
Los relatos más arcaicos de la humanidad
Hace miles de años, cuando salimos de nuestra inconsciencia natural, cuando comenzamos a ser conscientes de que podíamos actuar sobre la realidad e influir en ella, lo comenzamos a hacer escenificando los relatos más significativos y que nos anclaban a la sobrevivencia. Hace decenas de miles de años representábamos una escena de caza triunfal alrededor del fuego; ese “escenificar” daba vida a los patrones que “reconocíamos” necesarios para el éxito en la caza. Cuando luego la caza era exitosa, creímos que había sido el proceso de lo representado y fuimos paulatinamente creando ritos o formulas para “actuar esos relatos” de manera de “controlar” el futuro… no nos dábamos cuenta de que era visionar e interiorizar los patrones que actuábamos lo que nos “armaban” para la aventura.
Un paréntesis, cuando oigo que creer que los ritos influyen en el futuro y que es tonto y supersticioso, suspiro reconociendo una inmensa ignorancia. Primero, entonces era un gatear inicial para entendernos, identificar el afuera y mi lugar en la complejidad de la vida… era discernir nuestra identidad; segundo, aún hoy en día ¿quién dice que no afecta el resultado o es que sabemos todo lo que está en juego?
Un buen relato es más “verdadero” que la vida misma
Espero que el lector tenga claro que hay historias que son más verdad que si enunciáramos o describiéramos lo que una persona ha hecho. Hamlet es una inspiradora historia de un joven tratando de discernir su identidad y cómo actuar en un mundo complejo que le pide lo que “siente” no está dispuesto a dar; si describiéramos como el príncipe de Dinamarca se levanta en la mañana y las cosas que hace, no veremos ninguna verdad: las historias pueden ser un portal para avanzar y descubrir quienes somos, dónde estamos o hacia dónde ir.
Por ello los mitos griegos o las grandes novelas o inclusive las obras de arte, como la novena sinfonía de Beethoven, el David de Michelangelo o La Noche Estrellada de van Gogh, abren ventanas a una realidad que la mayoría no tenemos acceso.
Qué podríamos decir de unos escritos con más de 3500 años de historia y que se ha preservado a través de todo ese tiempo, influyendo en los últimos 1600 años el arte, el conocimiento, la política, la cultura y hasta la ley.
La Biblia es el único libro que ha logrado ese prodigio, nada más por eso, podríamos tener curiosidad y plantearnos, ¿Por qué los relatos de la Biblia cautivaron la imaginación de tantas personas relevantes por tanto tiempo?
Concedo, no es fácil acceder a ella. Es necesario reconocer que accedes a cómo los seres humanos de hace milenios entendíamos el mundo, con sus valores y creencias, con su identidad. Igual que si hoy fueras a visitar a los Bushman de Australia, no podrías juzgarles con tus criterios y valores occidentales, porque te estas adentrando en un mundo al que medirlo con tus criterios, te desconcierta y pierdes algo inmensamente enriquecedor.
Antes de que te embarques en una crítica simplista, es bueno que sepas que los Derechos Humanos, Libertad de expresión, las teorías de la división de nuestra psique en consciente y subconsciente, la justicia social y hasta el fundamento de la ciencia son frutos directos de la Biblia o de un largo proceso de destilación de los valores de ella.
… o podríamos decir El profeta es un artista…
¿Qué es la Biblia?
Viene tan atrás como la trasmisión del conocimiento de manera oral, hundiendo sus raíces en lo más profundo de nuestra pre-consciencia, mostrando los caminos que nos permitían discernir los pasos para vivir en armonía entre nosotros y con todo nuestro entorno. Nos muestra una visión de qué es real y qué es ilusorio, nos clarifica la ruptura interior nuestra y cómo la voz interior en un momento nos evacuó de un Jardín de cohesión y armonía a un mundo hostil y adverso.
1Al principio creó Dios el cielo y la tierra.
Genesis 1
2La tierra estaba informe y vacía; la tiniebla cubría la superficie del abismo, mientras el espíritu de Dios se cernía sobre la faz de las aguas.
3Dijo Dios: «Exista la luz». Y la luz existió.
4Vio Dios que la luz era BUENA. Y separó Dios la luz de la tiniebla.
El Dios de la Biblia es Creador y Señor de todo lo que existe, el separó las “tinieblas” de la “luz” refleja quizás una dimensión no aparente a los sentidos, algo evidente e inmediato y algo escondido y soterrado. De las “tinieblas” es de donde aparece la encarnación de una fuerza adversa al Creador y dispuesta a destruir sus mejores intenciones, para descarrilar esa armonía de la Humanidad (en hebreo Adam) con todo y con Dios. Esa encarnación del mal en una serpiente que habla, tenta a la Humanidad a vivir fuera de la armonía con Dios, de decidir por si misma qué es bueno o malo y erigirse como un dios de su mundo.
Los relatos de la Biblia son patrones de un mapa que me muestra el camino de vuelta a casa y un “espejo” que me refleja mi verdadera identidad.
Ese arcaico libro, es un cohesionado relato que nos devela el plan de un Dios creador para que volvamos a la visión con la que nos creó. Dónde, luego de “la caída” escoge a un hombre, Abraham, para hacerlo la cabeza de una familia y traer al mundo su visión. Esa familia va creciendo y llega un momento que hace un acuerdo un “contrato conyugal” con ella y le entrega unas reglas, los Diez Mandamientos, para guiarles y así se conviertan en una nación próspera y traigan la salvación al mundo.
“…y vosotros seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa.”
Éxodo 19:6-7
Cómo Israel fue duro de corazón y testarudo, Dios termina dándole muchas otras reglas para guiarles; aun así, no son fieles al compromiso y Dios profetiza a través de varios profetas que enviará una salvación y hará un nuevo “contrato” con su pueblo:
19Yo les daré un solo corazón y pondré un espíritu nuevo dentro de ellos. Y quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, 20 para que anden en mis estatutos, guarden mis ordenanzas y los cumplan. Entonces serán Mi pueblo y Yo seré su Dios.
Ezequiel 11:19-20
Enviará un mensajero que será el primero de una la nación, él será el “camino y la vida” para todos. Ese mensajero es Jesus el Cristo, el cual comienza con un mensaje avisando que “el Reino de Dios está cerca”, es decir, el acceso al mundo al que Dios intentó hacer desde un comienzo está al alcance de la mano.
No negarás que es bastante inusual esta historia, la Biblia alega ser un testimonio de cómo Dios, a pesar de la infidelidad de Israel, una y otra vez busca su bienestar y “santidad”. Lo realmente sorprendente es que las historias que relatan el periplo del pueblo con su Creador son arquetipalmente un relato sobre nuestra liberación personal, un mapa que nos ubica y nos guía… no son una leyenda, más bien reflejan verdades y realidades que vivimos cuando tratamos de ser auténticos y descubrir nuestro camino. Entre todos los géneros literarios que contiene: sapiencial, lirico, poético, profético, apocalíptico, histórico y epistolar: narrativa, poesía, proverbios, a lo mínimo es una herencia de la humanidad… pero para mí, la Biblia es una historia épica del Amor de ese Algo Fundamental que nos selló con la chispa de la consciencia desde nuestro comienzo, un Ser que busca el bien del ser humano, mostrándole el camino que le completa y libera de todo cuanto puede subyugarle.
En 40 años desde que comencé a leer la Biblia he pasado por altas y bajas, pero al igual que el libro La Historia Sin Fin (Michael Ende), cuando humildemente quiero entenderla y dejarme guiar, reconozco que se escribe mientras leo, para mostrarme los monstruos que estoy batallando y el camino de vuelta a mi Hogar.
Próximo martes…
Complemento sobre el artículo introductorio a la Biblia
La realidad es un lienzo de múltiples dimensiones
Si nuestra consciencia nos hace sintonizar con ideas y vamos captándolas como una televisión o un radio, como una caja que emite imágenes y ruido, y las seguimos sin discriminar, nunca llegamos a percibir lo extraordinario de la realidad. Ya la ciencia ha probado matemáticamente la existencia de al menos 11 dimensiones.
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