Los Primeros Viernes de mes, por María García de Fleury
María García de Fleury
Amigos, recibir la comunión los primeros viernes de mes tiene un encanto y una importancia especial. Una serie de santos hablaron y fueron devotos del corazón de Jesús, pero fue en 1673 cuando una monja visitandina francesa llamada Margarita María Alacoque tuvo visiones de Jesús en las que pidió a la Iglesia que honrara su sacratísimo corazón. En esas visiones Jesús le pidió propagar entre los fieles, recibir la comunión los primeros viernes durante nueve meses consecutivos en honor al sagrado corazón de Jesús.
Después de la muerte de Margarita María, la práctica del primer viernes se extendió constantemente en la Iglesia, respaldada por los papas y promovida por los santos, pero su popularidad aumentó considerablemente cuando Margarita María fue canonizada como santa en 1920 por el papa Benedicto XV.
Son nueve meses consecutivos porque el número nueve se asocia tradicionalmente con una novena y tiene su origen en los nueve días que los apóstoles pasaron en oración antes de Pentecostés. Una novena, además, proporciona una cantidad prolongada de tiempo para la preparación y la renovación interior.
Jesús le pidió a Margarita María de Alacoque que los primeros viernes se fuera a misa y se recibiera la sagrada comunión con la intención de honrar al sagrado corazón de Cristo. Ahora, si no estás en estado de gracia, tendrás que confesarte antes de comulgar.
Jesús le dijo a Santa Margarita María, por el exceso de misericordia de mi corazón, te prometo que mi amor todopoderoso concederá a todos los que comulguen los primeros viernes durante nueve meses consecutivos la gracia del arrepentimiento en el momento de la muerte. No morirán en mi desagrado sin recibir los sacramentos y mi corazón será su refugio seguro en esa última hora.
Esto significa que, si una persona recibe fielmente la comunión durante nueve meses consecutivos, los primeros viernes, Jesús le va a conceder las gracias adicionales en el momento de su muerte, lo que le permitirá arrepentirse de sus pecados y recibir los últimos sacramentos.
Jesús le pidió a Margarita María también que en cada hogar se entronizara una imagen del sagrado corazón de Jesús y que a quienes lo hicieran les darían las gracias necesarias en su estado de vida, establecería paz en sus hogares y los consolaría en todas sus aflicciones. Además Jesús le agregó, seré su refugio seguro durante la vida y sobre todo en la muerte, concederé abundantes bendiciones a todas sus empresas, los pecadores encontrarán en mi corazón la fuente y el océano infinito de la misericordia, las almas tibias se volverán fervientes, las almas fervientes alcanzarán rápidamente la gran perfección, bendeciré todo lugar en el que se exponga y honre la imagen de mi corazón, daré a los sacerdotes el don de tocar los corazones más endurecidos, quienes promuevan esta devoción tendrán sus nombres escritos en mi corazón sagrado. Eso dijo Jesús y le agregó, les concederé la gracia de la perseverancia final, no morirán en desgracia ni sin recibir su sacramento, mi divino corazón será su refugio seguro en ese último momento.
Al comulgar los nueve primeros viernes consecutivos llegaremos a conocer, amar y confiar en que podemos descansar en el sagrado corazón de Jesús, que es Dios y con Dios ¡siempre ganamos!
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