Frenar envío de 3500 bombas a Israel pone a Biden entre la espada y la pared
El presidente de la primera potencia mundial reculó en el envío de este cargamento, conformado por 1800 bombas de 907 kilos de peso y 1700 bombas de 226 kilos. No solo es una señal de debilidad hacia los enemigos de EEUU, sino que profundiza sus contradicciones frente a quienes le exigen que retire su apoyo al Estados judío
Oriana Rivas PANAM POST
Como si no fueran suficientes los problemas políticos internos que tiene el gobierno de Joe Biden por su apoyo a Israel en el medio de la guerra contra el grupo terrorista Hamás, ahora se suma la confirmación del Pentágono sobre un cargamento de 3500 bombas que frenó la Casa Blanca por el riesgo de que estas sean usadas en la ciudad de Rafah, ubicada en la Franja de Gaza.
Esto es visto como un gesto de debilidad, debido a que el presidente de la primera potencia mundial recula en el envío de este cargamento, conformado por 1800 bombas de 907 kilos de peso y 1700 bombas de 226 kilos. Por ejemplo, el senador republicano Lindsey Graham, declaró que “es la peor señal posible para enviar a todos los malos, de que Estados Unidos estaría reteniendo armas y municiones al Estado judío”.
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Pero más allá de la revelación, lo que agrava el escenario político y electoral para Biden es que su Administración hizo silencio al no querer negar o confirmar el informe. Un reporte de Breitbart señala que la intención de los funcionarios era darle largas “hasta comprender mejor el alcance de las operaciones militares intensificadas de Israel en Rafah y hasta que Biden pudiera pronunciar un discurso largamente planeado el martes para conmemorar el Holocausto. Día de la conmemoración”. Sin embargo, la jugada no salió bien.
Otro fracaso para Biden
Retener el envío de 3500 bombas a Israel, el aliado más cercano de EE. UU. en Medio Oriente, es visto como otro fracaso político del gobierno demócrata de Joe Biden, el cual se viene debatiendo entre apoyar completamente a Jerusalén o pedirle que detenga su ofensiva por la presión de grupos progresistas, los cuales decidieron tomar calles y universidades en EE. UU. para exigir el fin del conflicto en Gaza.
A su vez, estas protestan decantan en un descontento de jóvenes electores que llaman al mandatario “Joe el Genocida” y amenazan con no votar a su favor en las elecciones presidenciales de noviembre donde se enfrentará a Donald Trump. Como resultado, el actual inquilino de la Casa Blanca está en una posición comprometedora.
La confirmación de las bombas retenidas la hizo el jefe del Pentágono, el general Lloyd Austin, quien agregó que hay dudas sobre cómo proceder con el armamento. “El gobierno de Estados Unidos no ha tomado una determinación final sobre cómo proceder con ese envío”, dijo durante una comparecencia en un subcomité del Senado.
EEUU espera veredicto sobre Israel
Mientras negociaciones indirectas entre Israel y el grupo islamista Hamás se retoman este miércoles en El Cairo, funcionarios de la Administración Biden trabajan sobre un informe para determinar si hubo violaciones a las normas internacionales y a leyes estadounidenses en relación con los ataques aéreos contra Gaza y con las restricciones a la entrega de ayuda.
Fue un acuerdo al que llegó la Administración demócrata con congresistas de su partido, que le exigían rendición de cuentas. Esto está enmarcado en las profundas contradicciones que hay entre ellos por las consecuencias de la guerra y que parecen difíciles de remediar.
Ni hablar del escenario electoral, con una diferencia de apenas 1 % en intención de voto entre Trump y Biden, según encuestas. El nuevo fracaso político del demócrata por frenar el envío de bombas posiblemente no le ayude a sumar apoyos.
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