Incertidumbre económica sumerge a la clase media china en ansiedad y depresión
La frenética cultura de trabajo, el adoctrinamiento, el difícil acceso a viviendas y la presión generacional se incluyen en esta problemática que afecta a 54 millones de personas. Pero acceder a terapia no es barato
Encajar en una sociedad cada vez más exigente está haciendo mella en la salud mental de la clase media china, la cual parece estarse volcando cada vez con más frecuencia a la ayuda psicológica. Solamente el año pasado, la ansiedad, la sensación “de falta de sentido” y la depresión fueron los problemas psicológicos más comunes, según una encuesta citada por el portal SCMP.
Mucho se ha reportado sobre la situación de los jóvenes en China: el creciente descontento por el adoctrinamiento del Partido Comunista y la explotación laboral en empresas, la imposibilidad de comprar viviendas dando paso a enormes ciudades fantasmas, así como la presión de tener hijos para contrarrestar el envejecimiento de la población. De manera que si en Occidente se viene hablando de trastornos mentales, en el gigante asiático la tendencia parece ser peor.
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La salud mental no es barata, ni siquiera en China. Una hora puede llegar a costar 600 yuanes (casi 85 dólares). Es el mismo precio de estacionamiento que pagan mensualmente muchos jóvenes para guardar sus camionetas acondicionadas para vivir, como mostró la agencia AFP el año pasado. Han recurrido a este tipo de vivienda ante lo difícil que se volvió acceder a otras más “formales” por los altos precios.
Expectativas inalcanzables
Es un escenario nada alentador considerando que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 54 millones de chinos están afectados por depresión y 41 millones por ansiedad patológica. El régimen chino es consciente de la problemática, pero la cultura de trabajo es tan frenética que los problemas mentales son a menudo percibidos “como una señal de debilidad”, dicho por Chen Mengyuan, comisario en Shanghái, quien asistía a una exposición de 80 artistas enfocada en problemas de salud mental.
También hay presiones por temas generacionales. Estas son palabras de Huang Jing, una consejera psicológica que abrió su centro de atención en el año 2022:
“Los padres de muchos adolescentes se criaron después de que China iniciara la reforma y la apertura en la década de 1980, atravesaran la cima del auge económico y tenían grandes esperanzas de que sus hijos replicarían su éxito”. “[Son] profundamente reacios a la idea de que [sus hijos] no logren alcanzar su máximo potencial en la escuela o no consigan un trabajo ideal”.
Entonces, se mezclan varias cuestiones que parecen problemas sociales aislados, pero vistos en conjunto, se convierten en un gran dragón de varias cabezas que la clase media en China deben enfrentar.
Una enfermedad que se expande
La depresión no es un problema exclusivo de China. La pandemia por coronavirus provocó un aumento del 25 % en la prevalencia de la ansiedad y la depresión en todo el mundo, de acuerdo con un informe científico publicado por la OMS. En América Latina, casi 16 millones de niños y jóvenes entre 10 y 19 años vivía con algún trastorno mental hasta el año pasado. Eso es 15% del total de la población de ese rango de edad, indicó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
El tema cobró tanta notoriedad que en redes sociales abunda el contenido al respecto. TikTok incluso ha llegado a convertirse en fuente informativa —muchas veces insana— para los jóvenes. Sin embargo, esa es otra historia. Por ahora, en China además de presiones sociales por su imagen o ciertas expectativas de vida como ocurre en Occidente, padecen la presión de un régimen que quiere ser cada vez más poderoso con base en las personas en edad laboral.
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