Lula destruye años de amistad entre Israel y Brasil
Las acciones del líder del PT alegran a quienes encabezan una ola de antisemitismo global que busca atacar la visión judeo-cristiana de la existencia
Brasil ha desempeñado un papel significativo en la historia de Israel desde su creación en 1948. En aquel entonces, Brasil votó a favor del Plan de Partición de Palestina en la Asamblea General de las Naciones Unidas, lo que permitió la creación del Estado de Israel. Esta acción de Brasil fue fundamental para el reconocimiento internacional del Estado Judío y la base de una larga tradición diplomática de amistad entre los dos gobiernos y sus pueblos.
Pero a pesar de todo esto, el presidente Lula ha decidido acabar progresivamente con ello en favor del apoyo irrestricto a Hamás y su objetivo de crear un Estado Palestino. Ya Lula había emitido una declaración muy ofensiva contra los judíos diciendo que sus acciones en Gaza eran como el Holocausto, y en otra ocasión había dicho que los judíos habían matado ya millones de niños palestinos como consecuencia de la ofensiva israelí. Estas declaraciones fuera de la realidad y de cualquier marco lógico y diplomático, se suman a su actual decisión de retirar al embajador de Brasil en Israel.
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Las acciones del líder del PT alegran a quienes encabezan una ola de antisemitismo global que busca atacar la visión judeo-cristiana de la existencia, que contrasta con aquella visión esclavista del hombre que promueve el extremismo islámico. Es por ello que Hamás ha agradecido constantemente las acciones de Lula, así como las acciones del presidente colombiano, Gustavo Petro, y el de España, Pedro Sanchez. Lula, Petro y Sanchez son la vocería del extremismo izquierdista que se modera frente a las acciones cada vez más radicales y tiránicas de Nicolás Maduro en Venezuela, Díaz Canel en Cuba, y Daniel Ortega en Nicaragua.
Los protestantes en las universidades de EE. UU. y en las calles de Europa, tienen en estos voceros anti judíos y anti cristianos sus principales referentes. Quieren cambiar una existencia donde se valora la vida, la libertad y la propiedad de hombres y mujeres por igual, por una existencia regida por la sharía. En otras palabras, quieren sustituir la libertad por la esclavitud que significa la voluntad totalitaria de los tiranos.
La CPI emitió una orden de arresto contra el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, pero los líderes del Congreso de EE. UU. lo invitaron formalmente a participar de una sesión conjunta de la Cámara de Representantes y Senadores para escucharlo en el Capitolio.
Ni Lula, ni Petro, ni Sanchez invitarán a los líderes de Hamás a sus países para escucharlos en sus respectivos parlamentos. Pero si utilizarán todo el poder de sus cancillerías para avanzar en el reconocimiento de un Estado Palestino gobernado por Hamás. Asimismo, usarán todo el poder mediático que tienen para posicionar su verdad: Israel es opresor-fascista y Palestina es la víctima. Además de esto, las organizaciones políticas y sociales alrededor de ellos, están apoyadas por los gobiernos para difundir esa narrativa.
No estaría de más que los esfuerzos diplomáticos de Israel se apoyaran en sus aliados cristianos por todo el mundo, en especial, en Hispanoamérica. Los pueblos, sus organizaciones sociales y políticas han manifestado apoyo a las comunidades judías que han sido asediadas por la izquierda radical pro Hamás. Sin embargo, en esta época de guerras híbridas, es necesario que esa solidaridad se pueda transformar en una acumulación de victorias contra el mismo enemigo de judíos y cristianos.
Aún hay tiempo.
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