8 chucherías de Venezuela para el mundo [y que comiste de niño]
Pepito, Toronto, Pirulín, Nucita, Flips, Sorbeticos, Cocosette y Susy son golosinas que han crecido con los venezolanos. Te contamos cómo las crearon
Existen sabores que compartimos todos los venezolanos y que están en nuestra memoria gustativa porque crecimos con ellos. Las chucherías son también parte de esos registros que tejen la venezolanidad. Algunas golosinas nos han acompañado durante generaciones, desde principios del siglo pasado, y algunas de ellas ahora se venden, incluso, fuera del país.
A continuación contamos la historia de 8 chucherías totalmente venezolanas: Toronto, Susy, Pirulín, Nucita, Flips, Cocosette, Sorbeticos y Pepito que, aunque no lo creamos, también se lo debemos a la marca Savoy.
Historia en clave de chucherías
1. Toronto
Esa historia la contamos en Bienmesabe y entrevistamos a su creador, el confitero polaco Ernst Weitz, quien llegó a Venezuela huyendo de los nazis y se quedó para siempre.
El Toronto se creó en 1949, en la incipiente fábrica Savoy, que habían fundado los hermanos austríacos Robert, Rolf y Ferdinand Beer.
“Creamos el proceso para darle a la avellana, una cubierta de chocolate blando con pasta de avellana. Esta primera cobertura era muy dificultosa para trabajar y debíamos enfriar muy artesanalmente. Luego va una segunda capa de chocolate y, por último, una de brillo pulido con un jarabe delgado. Una vez que estuvo desarrollado el proceso y la maquinaria, fue muy fácil, pero llegar hasta allí no fue tan sencillo”, contó el señor Weitz, quien murió en 2014, después de la entrevista.
2. Sorbeticos
Esta galleta tipo waffle con relleno de crema, de capas delgadísimas, nació en Venezuela hace 52 años. Actualmente pertenece al portafolio en Venezuela del grupo Mondelēz.
Cuando se lanzó, en el año 1972 e inicialmente con sabor a vainilla, Sorbeticos fue creada por la filial venezolana de la compañía estadounidense National Biscuit Company, luego rebautizada como Nabisco.
Algo que lo hace aún más venezolano es el sufijo «icos», pues pocos países sustituyen la t por la c en los diminutivos. Es decir, si no fuera venezolano, muy probablemente se llamaría «Sorbetitos».
Asociada a la imagen de Sorbeticos están unas simpáticas hormigas que, en todas las piezas comerciales, tratan de llevarse la galleta. Se llaman Betty, Beto y Tico y siempre nos llevan a recordar el jingle: «Sorbeticos, Sorbeticos, Sorbeticos qué sabor…«.
El icónico sabor de Sorbeticos Vainilla se mantiene pero con el tiempo, Sorbeticos ha sumado sabores y ha cambiado de presentación pero siempre mantiene su esencia. Recientemente presentaron un nuevo empaque, un nuevo relleno de limón y relanzaron la versión de chocolate.
3 y 4. Nucita y Pirulín
En Latinoamérica hay dos Nucita, una colombiana y otra venezolana. Esta última fue creada en 1960 por Nuciven (Nucita Venezolana C. A.) , una empresa fundada ese año en El Junquito, cerca de Caracas, que producía la crema untable bicolor de chocolate y de leche. Las comercializaba con el nombre de «La meriendita», según registra la página especializada Rootsalad.
En 1976, Empresas Sindoni (que desde 1951 fabricaba pastas de sémola y desde 1969, harina de trigo) adquiere Nuciven y le construye una planta más grande y moderna en la población de Magdaleno, en Aragua. Allí elabora Nucita y, posteriormente, crea Pirulín, la crujiente barquilla rellena de crema de chocolate oscuro.
En 2014, Empresas Sindoni inauguró una planta en República Dominicana e internacionalizó Pirulín. Lo comercializó en otros países tanto con su nombre original como con Pirucream.
Siempre con Sindoni, ambas chucherías han evolucionado y, aunque conservan su versión original, también ofrecen otros sabores y rellenos. Incluso, bajo la marca Nucita, se comercializa cacao en polvo y mezcla para panquecas.
5. Flips
Flips significa «voltear algo» y con este nombre tan pegajoso bautizó la centenaria empresa venezolana Alfonzo Rivas el segundo cereal que lanzó al mercado, en 1994.
Pronto se dieron cuenta que sus consumidores, niños y adolescentes en su mayoría, disfrutaban más Flips como un snack que como un cereal con leche, así que en 1999 refrescaron su imagen, desaparecieron el plato hondo y permitieron que Flips fuera lo que el consumidor quisiera, una merienda o un desayuno.
Aunque Flips le sigue gustando a los niños, creció con sus consumidores iniciales, ya adultos, que siguen disfrutando de Flips como una chuchería. Para acompañar esta evolución, la marca creó a Flipo, un irreverente personaje que simula uno de los cuadritos rellenos, y ha lanzado nuevos sabores y versiones, como los Flips Chocofudge, cubiertos de chocolate oscuro.
6 y 7. Cocosette y Susy
Savoy, esa marca fundada en 1941 y responsable de una buena parte de la memoria gustativa de los niños venezolanos, también creó las galletas Susy y Cocosette en 1956.
Ambas son tipo waffles, la Susy rellena de una crema de chocolate oscuro y el Cocosette de crema de coco. Y cada galleta tiene su «team» de fans.
Desde 1988, la marca Savoy pertenece a la transnacional Nestlé, que mantiene las recetas de ambas chucherías, pero ahora las fabrica en la planta de Santa Cruz de Aragua, inaugurada en 1997.
Actualmente, el Cocosette se vende en otros países, fabricado en Colombia. Hace unos meses se viralizó la foto de la colombiana Sofía Vergara comiendo Cocosette durante un programa de American Got Talent, esto es porque ahora se elabora también en su país, pero es venezolano.
La Susy fue más popular que Cocosette hasta los años 90, cuando un comercial que lo vinculaba a los besos (estrategia de mercadeo que aún permanece), impulsó el posicionamiento de la marca. «Te como a besos, Cocococosette».
8. Pepito
Así como no hay boda venezolana sin tequeños, no hay piñata venezolana sin Pepito.
Aunque no lo crean, la existencia de estos palitos amarillos con sabor a queso se los debemos también a Savoy que, a principios de los años 80, creó una empresa filial llamada Marlon Savoy Snacks, con la que elaboró meriendas saladas como Pepito y Frito Chic, entre otras.
En 1995, Marlon fue adquirida por Jack’s Snacks que, a su vez, luego fue adquirida por Pepsico, que aún fabrica el icónico Pepito con la fórmula tradicional que no lleva colorantes químicos.
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