Últimas palabras de Teresa y testimonios | «Nunca me pillan» | | | Puesta en situación | Así introduce la Madre Agnès las siguientes palabras de Teresa sobre las decepciones en las relaciones fraternas: «Sobre los sentimientos de los que a veces no podemos defendernos, cuando, después de haber prestado un servicio, no recibimos ningún testimonio de gratitud». | | |
| «Te aseguro que yo también siento lo que dices; pero nunca me pillan, porque no espero ninguna retribución en la tierra. Todo lo hago por el buen Dios, así que no puedo perder nada y siempre estoy muy bien pagada por las molestias que me tomo en servir al prójimo. Si, por alguna imposible casualidad, el buen Dios en persona no viera mis buenas obras, no me afligiría en absoluto. Le quiero tanto que desearía poder complacerle sin que él supiera siquiera que he sido yo. Sabiéndolo y viéndolo, es como si se viera obligado a 'devolverme algo', y yo no quisiera darle esa molestia...». | (CJ 9.5.2) | | | Comprendo | Teresa sigue siendo profundamente humana. Como su hermana Agnès (Paulina), puede sorprenderse de la falta de gratitud de las hermanas a las que ha prestado un servicio. Pero Teresa había aprendido a vivir ante todo bajo la mirada de Dios y a recibir su recompensa de Él, no de los demás. La santa fue aún más lejos: quiso actuar libremente, como Jesús, sin esperar nada, ni siquiera de Dios. Teresa se volvió exquisitamente delicada. Es la caridad derramada en su corazón por el Espíritu Santo la que domina ahora su vida interior; no se deja dominar por sentimientos fluctuantes. Vive del amor a través de todo. Así que nada la atrapa: ¡ella hace su propio camino! | | | Rezo y actúo | Hoy intento prestar un servicio gratuitamente, por amor, sin esperar ningún agradecimiento humano. Así que me alegro de actuar como Jesús, en el Espíritu Santo, ¡y doy gracias por ello! |
|
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario