Autobiografía | Los dos vasos de agua | | | Puesta en situación | Paulina fue como una segunda madre para Teresita. Le enseñó a superar sus miedos, le dio mucho amor sin malcriarla y la cuidó con ternura cuando estaba enferma. Había una gran confianza e intimidad entre las dos hermanas. | | | Teresa me escribe | «Fue Paulina quien recibió todas mis íntimas confidencias, quien aclaró todas mis dudas... Una vez me sorprendió que el Buen Dios no da igual gloria en el Cielo a todos los elegidos, y temí que no todos fueran felices; entonces Paulina me dijo que fuera a buscar el "vaso de papá" grande y lo pusiera al lado de mi dedal muy pequeño, luego los llenara con agua, luego me preguntó cuál estaba más lleno. Le dije que estaban tan llenos como los otros y que era imposible poner más agua de la que podían contener. Mi querida Madre me hizo comprender entonces que en el Cielo el Buen Dios daría a sus elegidos tanta gloria como pudieran llevar y que así los últimos nada tendrían que envidiar a los primeros». | Ms A 19 | | | Comprendo | Teresa, desde muy pequeña, como otros niños, tiene el talento de hacer preguntas que los adultos no siempre saben responder. Aquí vemos a Paulina estar a la altura del desafío. La analogía de los dos vasos, de tamaños diferentes y llenos de agua cada uno, funciona muy bien para transmitir la universalidad del amor de Dios por sus criaturas, un amor que está destinado a colmar a cada una de ellas. | | | Rezo y actúo | En nuestro testimonio de fe, no olvidemos nunca decir cuánto ama Dios a todas sus criaturas, por igual, que quiere colmarlas de su amor, salvarlas y darles la misma felicidad eterna, sin tener en cuenta las diferencias que existen en la humanidad. |
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