Turismo en Cuba se desploma casi en 50 % entre apagones, corrupción y éxodo de trabajadores
La industria turística de Cuba enfrenta su peor momento postpandemia con una caída del 48 % en visitantes comparado con 2019 y muy por debajo de las proyecciones oficiales. Tras 63 años de dictadura, el régimen no solo ha dejado a los cubanos en la miseria, sino que ha hecho que la isla pierda atractivo incluso como destino turístico
“Un verdadero desastre”, así califica el laboratorio de ideas Cuba Siglo 21 la etapa postpandemia de la industria turística cubana, la cual en lugar de recuperarse, solo se vino a pique durante todo el 2024. Y es que entre enero y octubre de este año, la isla apenas recibió 1.718.636 visitantes, muy por debajo de la cifra de 3,5 millones proyectados por el régimen y 48,23 % menos respecto al mismo periodo de 2019. En otras palabras, el país caribeño dejó de recibir casi la mitad de los viajeros proyectados para este año.
Si bien el dato es lamentable, tampoco es inesperado. La dictadura castrista, hoy dirigida por Miguel Díaz-Canel controla bajo el Grupo de Administración Empresarial S.A. (GAESA) la actividad comercial de la isla, un organismo plagado de corrupción, relacionado con las crisis que azotan Cuba y que vienen empeorando con el pasar de los meses: apagones, un deplorable sistema de salud, acumulación de basura, pobreza extrema y consumo de drogas, entre otros.
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No es más que la crónica de una muerte anunciada alrededor del sector turístico tras 65 años de la dictadura comunista fundada por Fidel Castro, fallecido justamente un 25 de noviembre de 2016 y cuyo único legado fue dejar sumido al país en la pobreza. De prometer “convertir a Cuba en el país más próspero de América“, el difunto autócrata dejó la economía a manos de la cúpula política mientras sus familias disfrutan lujos que los cubanos de a pie solo pueden imaginar. El resultado es que años más tarde ni siquiera los posibles turistas consideran a la isla como destino.
Una isla sumergida en basura
Hoy el turismo en Cuba presenta un bajo índice de ocupación hotelera del 25 %, de acuerdo con el informe titulado “GAESA también apaga la industria turística”, del laboratorio Cuba Siglo 21. Por otro lado, de aportar 3185 millones de dólares en el 2019, el turismo en 2023 solo sumó 1216 millones de dólares a la economía de la isla, eso representa un declive de 61,82 %, según este estudio.
El turismo en Cuba sufre la consecuencia de varias crisis provocadas por el régimen comunista. En el caso de GAESA, este conglomerado controlado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), “ha priorizado inversiones desmedidas en el turismo en detrimento de sectores estratégicos como energía, transporte y agricultura”. Por ejemplo, se han invertido más de 24000 millones de dólares en los últimos 15 años dejando de lado otras necesidades importantes de la isla. Por ende, no es difícil imaginar el resultado.
Los desaciertos en cuanto a inversión se ven reflejados en insalubridad, constantes apagones y escasez de agua. Es tan grave que hasta abril de este año en La Habana se acumulaba el equivalente a tres piscinas olímpicas de basura por día, según el Observatorio Cubano de Auditoría Ciudadana. Solo se recoge el 68 %, mientras “el resto permanece en las calles creando focos de infección”. Este 25 de noviembre, el 44 % del país padecerá apagones durante la tarde-noche, indicó la empresa estatal Unión Eléctrica (UNE).
Trabajadores turísticos prefieren el exilio
No es un secreto que Cuba se queda vacía. El éxodo masivo, las bajas tasas de natalidad y los abortos adoptados como política de Estado —legalizado desde 1965 tras heredarlo de la extinta Unión Soviética— influyen en la situación. Precisamente, el informe de Cuba Siglo 21 identifica que más de 10000 trabajadores calificados del sector turístico emigraron en los últimos tres años, afectando la calidad de los servicios. Detrás, aparecen los operadores y aerolíneas, los cuales abandonan el país haciendo que desaparezca de los mapas turísticos.
Si a este complicado cóctel se suma el contrabando de drogas y el aumento del consumo con nuevos tipos de estupefacientes causando estragos entre los cubanos, el turismo en Cuba enfrenta un panorama cada vez más incierto.
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