Buenos días, pitaceros. La represión contra los periodistas en Venezuela es un escándalo que no puede ignorarse. Con 11 trabajadores de la prensa detenidos y acusaciones de "terrorismo", el gobierno de Nicolás Maduro demuestra su desesperación por silenciar la verdad. Las medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos son parches insuficientes ante un sistema que criminaliza la información. La prohibición de defensa privada y el uso de leyes abusivas son tácticas de un sistema que teme a la libertad de expresión. Y llegará el día en que esas voces apagadas vuelvan a resonar, para exponer las atrocidades cometidas y exigir la rendición de cuentas. Ese será el momento en que el gobierno de Maduro finalmente enfrente las consecuencias de sus crímenes.
Así las cosas. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario