Entre el bachaqueo y elracionamiento reaparece a cuentagotas el gas doméstico en Margarita
La adquisición de gas doméstico en Margarita se ha convertido en una lucha constante desde que su distribución fue puesta en manos de los llamados Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap).
lapatilla.com
Sin embargo, desde la explosión del complejo gasífero Muscar, en Punta de Mata, estado Monagas, la escasez de gas doméstico en Margarita se ha convertido en un problema recurrente, generando un mercado negro que complica aún más la vida de los habitantes.
A pesar de las promesas de soluciones realizadas el 11 de diciembre por la autoridad única de Zonas Económicas Especiales, Samir Al Atrach, la situación sigue siendo inestable, con el suministro fluctuando entre la escasez y un abastecimiento limitado.
Ese día, el funcionario gubernamental anunció la llegada de cien toneladas de gas doméstico, con lo que garantizaba el suministro hasta el mes de febrero.
No obstante, la distribución no ha mejorado y, por el contrario, ha generado actores que influyen en la escasez de ese gas a nivel nacional, afectando directamente la distribución en todo el país, incluyendo Margarita.
Anahís Marcano confirmó que a través de los jefes de calle en la población de San Antonio, municipio García, donde reside, realizaron una jornada, pero solamente le proporcionaron 10 kilos de gas, pese a que su cilindro tiene capacidad para 18 kilos.
“La distribución es deficiente, por lo que dificulta el acceso oportuno del gas a las comunidades”, expresó.
Jesús Hernández, residente en la población de Las Giles, municipio Tubores, rechazó el bachaqueo reinante en esa zona y otras de la isla de Margarita.
“La reventa de gas a precios exorbitantes por parte de bachaqueros, agrava la situación y limita el acceso para quienes más necesitamos el gas”, subrayó Hernández.
En contraposición con habitantes de otros municipios, ambos recibieron sus 10 kilos de gas y pudieron preparar sus cenas de Navidad y Año Nuevo, sin dificultades.
La falta de gas no solamente dificulta la preparación de alimentos, afectando la calidad de vida de las familias, sino que también impacta la economía local, ya que negocios como restaurantes y panaderías están siendo afectados, generando pérdidas económicas y desempleo.
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