TERESA HOY

 

Cartas Hacer de su vida un acto de amor Puesta en situación Se trata de la cuarta carta de Teresa al abate Bellière, fechada el 25 de abril de 1897, cuando la monja carmelita acababa de caer gravemente enferma. Era el final de la Cuaresma y Teresa acababa de sufrir su primera hemoptisis (tos con sangre, síntoma de tuberculosis). También era la primera vez que la pequeña santa abandonaba el uso formal del tradicional «Señor Abate» por el ahora menos codificado «Mi querido pequeño hermano». Así pues, se había dado un verdadero paso en la relación fraternal entre estas dos almas. Teresa se atrevió a confiarse y a hablar de sí misma, a animar a su «hermanito» en las luchas que eran las suyas. Teresa me escribe Por favor, hermano mío, créame: Dios no le ha dado por hermana a un alma grande, sino a una muy pequeñita e imperfecta. No crea que sea humildad lo que me impide reconocer los dones de Dios; yo sé que él ha hecho en mí grandes cosas, y así lo canto, feliz, todos los días. Recuerdo con frecuencia que aquel a quien más se le ha perdonado debe amar más; por eso procuro que mi vida sea un acto de amor, y no me preocupo en absoluto por ser un alma pequeña, al contrario, me alegro de serlo. Y ése es el motivo por el que me atrevo a esperar que «mi destierro será breve»4. Pero no es porque esté preparada, creo que nunca lo estaré si el Señor no se digna, él mismo, transformarme. Él puede hacerlo en un instante, y después de todas las gracias de que me ha colmado, espero también ésta de su misericordia infinita. LT 224 (Carta 224) Rezo y actúo Como Teresa, consciente de mi humildad, doy gracias al Señor por los dones que me ha concedido y le pido la gracia de hacer de mi vida un acto de amor.