Oraciones y recreaciones piadosas | Recibe la luz de Jesús misericordioso | | | Puesta en situación | Teresa llevaba esta nota en el corazón el día de su profesión, el 8 de septiembre de 1890. La copista, Sor Magdalena de Jésus, explica: «Aquel día, la Sierva de Dios llevaba en el corazón la siguiente notita, que se encontró unida a sus votos después de su muerte (insertada por nosotros en el manuscrito). Era costumbre que la novicia llevara una nota expresando una gracia para sí misma y para sus amigas. Era costumbre asegurarse de que cualquier oración formulada en el momento de la postración, con los brazos extendidos sobre la alfombra, fuera atendida. | | | Teresa me escribe | «¡Oh Jesús, divino esposo mío!, que nunca pierda yo la segunda vestidura de mi bautismo. Llévame antes de que cometa la más leve falta voluntaria. Que nunca busque yo, y que nunca encuentre, cosa alguna fuera de ti; que las criaturas no sean nada para mí y que yo no sea nada para ellas, sino que tú, Jesús ¡lo seas todo...! Que las cosas de la tierra no lleguen nunca a turbar mi alma, y que nada turbe mi paz. Jesús, no te pido más que la paz, y también el amor, un amor infinito y sin más límites que tú mismo, un amor cuyo centro no sea yo sino tú, Jesús mío. Jesús, que yo muera mártir por ti, con el martirio del corazón o con el del cuerpo, o mejor con los dos... Concédeme cumplir mis votos con toda perfección, y hazme comprender cómo debe ser una esposa tuya (...) Que se cumpla en mí perfectamente tu voluntad, y que yo llegue al lugar que tú has ido por delante a prepararme...» | RP 4 (Oración) | | | Comprendo | En esta primera semana de Cuaresma, la nota de la profesión de Teresa resuena fuertemente con las lecturas del día: por ejemplo, el Salmo 129: «Si retienes las iniquidades, Señor, ¿quién quedará?». Teresa veía su vestidura como una segunda túnica bautismal, poniéndose de nuevo la vestidura blanca de Cristo Luz, una vestidura de luz, inmaculada: «tomadme antes de que cometa la menor falta voluntaria». Un ritual permite a los niños que se preparan para la Primera Comunión dejarse revestir -como Teresa el día de su profesión- de una «segunda» túnica bautismal después de su primera confesión. Llevan también una vela que simboliza la Resurrección. ¡Qué alegría inefable en sus ojos! ¡Qué dignidad la del hombre revestido así de la luz de la Misericordia! Es a esta infancia, devuelta a su filiación divina, a la que estamos llamados a parecernos. Por una nueva respuesta de amor a un amor que nos precede y nos supera, digamos un nuevo sí. | | | Rezo y actúo | Ven Señor, al comienzo mismo de la Cuaresma, revive en mí las promesas de mi bautismo y condúceme al sacramento de tu Misericordia. Te ruego que, con Teresa, pueda decir: «Tómame antes de que cometa el menor error voluntario». |
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