¡Maduro y su régimen desgastado!
Es irrefutable, la amenaza política que se establece a través del poder. Foucault dice que “todo poder es un modo de acción de unos sobre otros. Se ejerce el poder cuando unos individuos son capaces de gobernar y dirigir conductas. Conducir conductas implica gobernar, y gobernar constituye la forma más acabada del poder”.
El poder desgasta a quien lo tiene. Esta frase es muy utilizada en política, y aunque a veces suena hasta trillada, es una verdad que muchos viven en carne propia luego de estar al frente de algún cargo público. A muchos lideres políticos además de agotarlos, los vuelve locos y terminan en desgracia
El desgaste del poder es un suceso que vale la pena examinar para extraer el secreto del porque los gobernantes padecen una inexplicable bajada en apoyo popular al principio de la mitad de su mandato. Sin embargo, no es una regla concreta pero que los ciudadanos asumen con acuciosidad ante los excesos del poder y los desaciertos de quienes se encargan de la toma de decisiones en los tres contextos: nacional, regional y municipal. También, señalan los estudiosos del fenómeno político que el poder desgasta, y cuando se ejerce mal el desgaste es mayor y muchas veces no hay vuelta atrás para recuperar la credibilidad perdida.
El desgaste del poder político se refiere al proceso mediante el cual las instituciones, líderes o estructuras de poder pierden legitimidad, apoyo popular y eficacia a lo largo del tiempo. Este fenómeno puede ocurrir por diversas razones y tiene implicaciones significativas en la gobernanza y la estabilidad de un país.
En el contexto venezolano, el Socialismo siglo XXI lleva 25 años en el poder podemos visualizar su desgaste, los errores se pagaron el pasado 28 de julio en Venezuela, ese día se marcó un nuevo rumbo político para el país. El desgaste del movimiento chavista-madurista junto al cambio de estrategia de la oposición política al gobierno, que concurre en esta ocasión desde una plataforma de unidad y consenso de cambio a través de la vía electoral, sin grandes fracturas entre sus actores son los factores fundamentales que inauguran un nuevo escenario político.
El desgaste del régimen de Maduro se revela en los números que reflejan 85% de los ciudadanos desean un cambio de gobierno nacional. No obstante, Nicolas teniendo como su gran desafío el de tomar una nueva postura ante la miseria del populismo como estrategia pragmática de captar votos o respaldos estratégicos, tal es el caso del carnet de la patria y los diversos bonos, instrumentos de control social. A lo largo de estos 25 años, este movimiento revolucionario ha enfrentado una serie de desafíos y críticas que han contribuido a su desgaste.
Entre los factores fundamentales que demuestran un total desgaste del poder del chavismo – madurismo podemos señalar: Crisis económica: Después de un período de bonanza gracias a los altos precios del petróleo, Venezuela ha experimentado una severa crisis económica, caracterizada por la hiperinflación, la escasez de productos básicos y el colapso de servicios públicos. Esto ha generado descontento entre la población. Corrupción: A lo largo de los años, se han señalado múltiples casos de corrupción dentro de las estructuras gubernamentales vinculadas al chavismo. Esto ha erosionado la confianza de la ciudadanía en sus líderes. Descontento social: La pobreza y la falta de oportunidades han aumentado, lo que ha llevado a numerosas protestas y manifestaciones en contra del gobierno. La represión de estas protestas ha sido una constante, lo que ha generado más descontento. Fugas de talento y migración: Miles de venezolanos han abandonado el país debido a la crisis, lo que ha provocado la pérdida de profesionales y trabajadores capacitados, debilitando la economía y los servicios. División interna: Dentro del propio chavismo ha habido divisiones y luchas de poder. La muerte de Chávez dejó un vacío de liderazgo que ha sido difícil de llenar, y la figura de Nicolás Maduro ha generado polarización tanto dentro como fuera del movimiento. Relaciones internacionales: Las sanciones impuestas por varios países, especialmente Estados Unidos, han afectado la economía venezolana y han complicado aún más la situación política y social. Estos diversos factores, entre otros, han contribuido al desgaste del chavismo en Venezuela, generando un panorama complejo donde los desafíos económicos y sociales continúan influyendo en la vida de los ciudadanos.
En síntesis, es sabido que el poder tiene un grado de desgaste proporcional al tiempo que transcurre. Sin embargo, en el caso de la administración actual de Nicolás Maduro, estamos ante un desgaste de poder tan importante que no se logra generar un factor fundamental: esperanza.
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