La “vuelta” de los sobrinos
La campaña electoral comenzó con la detención de dos presuntos sobrinos de la primera dama. Digo presuntos, porque todavía no hay reconocimiento oficial venezolano de ello.
Demasiadas interrogantes han surgido desde que la noticia se divulgó en las redes sociales, porque la censura –o autocensura– en este caso se ha notado al máximo. La primera impresión fue ratificar que esta gente es de lo último, pero también constaté que están solos: confían en nadie. ¿Cómo puede ser posible que personalmente los “mismísimos” sobrinitos “hicieran la vuelta”? Cualquier romántico pudiera preguntarse: ¿será que su tía estaba al tanto de tales “tremenduras” de sus sobrinos? Dos chamos que hasta no hace mucho eran pobres de solemnidad, sin tener oficio conocido, poseen hoy mansiones, aviones, yates, carros de lujos y, en fin, se dan la vida que solo los jeques, hijos de corruptos o narcotraficantes pueden darse.
Aquí no vale la excusa de que los Maduro-Flores no conocían sus andanzas, pues todo el aparataje de investigación del Estado está a la disposición de la pareja presidencial. Y quién se va a tragar el cuento de que nunca fueron informados de nada.
Votar y algo más
Así las cosas, hay personas que siguen empecinadas en pensar que esta gente tendrá un comportamiento cívico durante el 6-D. O, peor aún, creen que el pueblo democrático se echará a las calles ante cualquier intento de fraude, bajo la mirada pasiva de los radicales civiles, paramilitares y militares ligados al oficialismo. Mosca: si no hay puentes pudiéramos presenciar una verdadera “carnicería”.
No entiendo qué debemos hacer para convencerlos de que si no hay puentes con el oficialismo para “condicionar” la transición será imposible que estos gobernantes, embarrados hasta la coronilla de hechos delictivos, entreguen pacíficamente.
Si es cierto todo lo que presumimos, preguntamos: ¿qué cartel va a permitir entregar por decisión popular la “lavadora” de dólares más grande del mundo? Hay quienes han dicho que esa millonada de dólares que ha ingresado a Venezuela en los últimos años por renta del crudo y sus derivados ha venido acompañada por otros tantos miles de millones que se han lavado a través de la industria petrolera.
¿Guerra de carteles?
De la lectura de las noticias internacionales podemos inferir que estamos presenciando una auténtica guerra de carteles. El de los “soles” y el de las “Flores”. Mientras esto ocurre, otro sector oficialista, que se dedica a un rubro distinto, pero siempre dentro de la corrupción, sigue raspando la olla. Los carteles y los corruptos temen al futuro porque saben que no les queda mucho tiempo más.
Por lo pronto, es menester entender que Venezuela no se acabará el 6-D, sea cual sea el anuncio de doña Tibisay.
Escape de la fiera
La fiera está acorralada y buscará una vía de escape. La de siempre: la violencia.
No es descabellado que provoquen un suceso para responsabilizar a la oposición. Estos individuos son perversos. Son capaces de hacer “lo que sea”. Su propósito no será suspender las elecciones, sino ganarlas “como sea”. Apelarán al terror para evitar que la gente salga a defender los verdaderos resultados electorales. Hay un ruido subterráneo que presagia el desenlace ¡Dios nos agarre confesados! Más temprano que tarde presenciaremos un nuevo amanecer.
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