“Una derrota forzaría al chavismo a hacer ajustes”
Las posibilidades de triunfo de la oposición en las elecciones parlamentarias son claras, afirma el politólogo John Magdaleno. Respalda su pronóstico en las encuestas de Datánalisis y del Instituto Venezolano de Análisis de Datos (IVAD ), cuyos resultados juzga como los más precisos, incluso cuando la oposición no llevaba las de ganar en comicios nacionales, como las presidenciales de 2006 y 2012; y también cuando triunfó: reforma constitucional de 2007.
La base de apoyo del chavismo, agrega, ronda el 20 por ciento. Al menos hasta noviembre. Estas cifras pueden subir o bajar a medida que se acerca el evento electoral, pero lo destacable es que, por lo general, siete de cada 10 ciudadanos ya sabe por quién votará cuatro meses antes de acudir a las urnas.
Una victoria de la oposición abre las puertas al cambio político y económico, pero no será a corto plazo, advierte Magdaleno. “Eso tomará tiempo, el chavismo no será desalojado de inmediato”.
La identidad política del fallecido presidente Hugo Chávez va a perdurar, aunque su familia –el hermano, Adán; su hija, María Gabriela, presidenciables en el imaginario popular– tiene poca capacidad de influencia, a su juicio. En esta contienda electoral la oposición pudiera obtener 100 escaños en el Parlamento, de acuerdo al grueso de las encuestas, con lo cual podría crear y aprobar por mayoría simple leyes ordinarias.
—¿Qué efecto electoral puede tener la migración de 300 mil miembros de los Círculos Bolivarianos del Psuv a Redes?
—Depende de la visibilidad pública que tenga esa noticia. Pero sería un factor que contribuye al creciente desencanto que se va percibiendo, y al deterioro de las bases del chavismo que se registra en las encuestas. Este dato es revelador. Mientras que en octubre de 2012, 44 por ciento de los entrevistados se autodefinían en las encuestas de Datanálisis como chavistas, en julio de este año esa cifra se ubica en 21 por ciento. Estamos hablando de una reducción, al menos a la mitad, de la identidad chavista.
—Depende de la visibilidad pública que tenga esa noticia. Pero sería un factor que contribuye al creciente desencanto que se va percibiendo, y al deterioro de las bases del chavismo que se registra en las encuestas. Este dato es revelador. Mientras que en octubre de 2012, 44 por ciento de los entrevistados se autodefinían en las encuestas de Datanálisis como chavistas, en julio de este año esa cifra se ubica en 21 por ciento. Estamos hablando de una reducción, al menos a la mitad, de la identidad chavista.
—¿El regreso de Manuel Rosales a Venezuela realmente animará a más opositores a votar?
—Sin duda que los grandes factores motrices del clima de opinión, como el voto castigo, son el factor determinante a mi modo de ver las preferencias electorales. La llegada de Rosales quizás pueda contribuir a fortalecer la votación a favor de los candidatos de oposición en el Zulia y podría tener un impacto positivo a la hora de la traducción de votos en escaños. Pero ciertamente, la crisis económica y el deterioro de las condiciones de vida de los venezolanos son el gran factor que ha permitido un cambio en el clima de opinión del país.
—Sin duda que los grandes factores motrices del clima de opinión, como el voto castigo, son el factor determinante a mi modo de ver las preferencias electorales. La llegada de Rosales quizás pueda contribuir a fortalecer la votación a favor de los candidatos de oposición en el Zulia y podría tener un impacto positivo a la hora de la traducción de votos en escaños. Pero ciertamente, la crisis económica y el deterioro de las condiciones de vida de los venezolanos son el gran factor que ha permitido un cambio en el clima de opinión del país.
—¿La reforma económica depende estrictamente de los resultados electorales de las parlamentarias?
—Una derrota política del chavismo puede presionar aún más en la dirección de una reforma económica. La gravedad de la circunstancia económica ya presiona por sí sola en la dirección de un ajuste macroeconómico, pero el Gobierno se ha resistido a ello esencialmente en virtud de la proximidad de las parlamentarias. Así que una derrota puede ser un elemento adicional para que se vea forzado a implementar algunas medidas de ajuste.
—Una derrota política del chavismo puede presionar aún más en la dirección de una reforma económica. La gravedad de la circunstancia económica ya presiona por sí sola en la dirección de un ajuste macroeconómico, pero el Gobierno se ha resistido a ello esencialmente en virtud de la proximidad de las parlamentarias. Así que una derrota puede ser un elemento adicional para que se vea forzado a implementar algunas medidas de ajuste.
—¿Hay adhesión entre voto castigo y respaldo directo a la Mesa de la Unidad?
—En los estudios de julio de Datanálisis, 43 por ciento se autodefinió como de oposición. Desde esa fecha hasta septiembre la identidad de oposición ha ido creciendo a 46, 47 por ciento. A medida que se consolida el voto castigo, pareciera ir consolidándose la identidad de oposición. Lo que no está claro es a quién favorece en términos de identificación partidista esa nueva identidad de oposición. Pero eso está asociado a una demanda de cambio político.
—En los estudios de julio de Datanálisis, 43 por ciento se autodefinió como de oposición. Desde esa fecha hasta septiembre la identidad de oposición ha ido creciendo a 46, 47 por ciento. A medida que se consolida el voto castigo, pareciera ir consolidándose la identidad de oposición. Lo que no está claro es a quién favorece en términos de identificación partidista esa nueva identidad de oposición. Pero eso está asociado a una demanda de cambio político.
—¿La campaña opositora no debería ser más realista en cuanto al tiempo que le tomará –de obtener la mayoría– acabar con las colas en los mercados?
—La crisis económica está en marcha y no puede ser detenida en el corto plazo por una mayoría parlamentaria de oposición. Lo que sí puede ocurrir es que si la oposición obtiene la mayoría, se inicie una serie de cambios legislativos que apunten en dirección de una creciente flexibilización de los controles. Es claro que el país va vivir dos años de turbulencia económica, política y social; primero, en virtud de la gravedad de la crisis económica y de sus impactos; y segundo, en virtud de la acumulación de una frustración de expectativas entre la mayor parte de la población.
—La crisis económica está en marcha y no puede ser detenida en el corto plazo por una mayoría parlamentaria de oposición. Lo que sí puede ocurrir es que si la oposición obtiene la mayoría, se inicie una serie de cambios legislativos que apunten en dirección de una creciente flexibilización de los controles. Es claro que el país va vivir dos años de turbulencia económica, política y social; primero, en virtud de la gravedad de la crisis económica y de sus impactos; y segundo, en virtud de la acumulación de una frustración de expectativas entre la mayor parte de la población.
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