De Chorro a Coliseo la GN retrocedió en túnel popular
Los manifestantes de la MUD no tuvieron pantallas para ver lo que pasaba en la AN
En La Hoyada se reunieron los seguidores de la MUD ADOLFO ACOSTA
ELVIA GÓMEZ | EL UNIVERSAL
miércoles 6 de enero de 2016 12:00 AM
Son casi las 10:30 de la mañana y el enorme camión blanco, blindado, de la Guardia Nacional, avanza por la avenida Universidad, rumbo al Oeste. Detrás, ocho motos del mismo cuerpo con dos uniformados en cada una. La expresión de los rostros y la actitud corporal de los funcionarios es la habitual en estas circunstancias: adusta. Sin embargo, entre las esquinas de Chorro y Coliseo, la multitud se siente en mayoría y ya no hay más paso franco.
Por minutos, la situación se torna tensa. Algunos de los militares bajan la mirada, otros se quedan congelados viendo al frente. Poco a poco se ven rodeados por la masa simpatizante de la Mesa de la Unidad Democrática, que fagocita a los vehículos de la GN.
De entre la multitud algunos comentan que "es una provocación", pero en verdad luce como un error. Los uniformados parece que no estaban bien informados de la barrera inamovible puesta a lo ancho de la calle. Imposible seguir adelante.
Mientras deciden qué hacer, un par de personas agitan los brazos en señal de amonestación e increpan en voz alta a los militares sobre las motos. Les echan en cara agresiones pasadas y ajenas. Les gritan: "¡Fuera!". Desde la misma multitud, otros llaman la atención a los exaltados: "Nosotros no estamos aquí para eso", y los hacen replegarse.
Y es que la multitud estaba allí, en la avenida Universidad, para acompañar, como ocurrió cinco años atrás, a la bancada de la Mesa de la Unidad Democrática al acto de instalación de la Asamblea Nacional, pero esta vez ya no como una minoría parlamentaria sino en posesión de la mayoría calificada de 112 diputados.
Auxiliados por los mismos manifestantes, que les indican cómo salir del atoramiento, una a una las motos buscan alejarse de la zona más densa de la multitud, pero antes de terminar la cuadra, el camión, en su retroceso, golpea a una moto y caen sus ocupantes. Entonces viene el gesto, quizás emblemático del período político que se abrió ayer para el país: el secretario general de Acción Democrática de Miranda, Gustavo Ruiz, ofrece su mano al uniformado. "No me puedo levantar, me duele", dice el GN. "Yo lo sé, te ayudo", respondió el dirigente.
A diferencia de como se organizó el acompañamiento hace un lustro, los manifestantes que atendieron la convocatoria de la MUD ayer no tuvieron pantallas de televisión para seguir las incidencias de lo que ocurría dentro del hemiciclo de diputados. Quizás por eso, no tuvieron motivos para permanecer en el lugar por tantas horas, hasta la finalización del evento, y la presencia de manifestantes fue movible, aunque suficiente. También el estado de sitio que imperó en los alrededores del centro histórico y la suspensión del servicio de Metro hasta cuatro estaciones de distancia desalentó la movilización popular.
No obstante, los múltiples colores que integran la coalición se hicieron visibles en las ropas y símbolos de los congregados y la gorra tricolor relució de nuevo en las calles del centro.
"¡Volvimos" ¡Volvimos!", gritaban unos. "¡Libertad!, ¡Libertad!", coreaban otros.
"¡Leopoldo, valiente, aquí está tu gente!", dijeron también en recordación del encarcelado líder.
Por minutos, la situación se torna tensa. Algunos de los militares bajan la mirada, otros se quedan congelados viendo al frente. Poco a poco se ven rodeados por la masa simpatizante de la Mesa de la Unidad Democrática, que fagocita a los vehículos de la GN.
De entre la multitud algunos comentan que "es una provocación", pero en verdad luce como un error. Los uniformados parece que no estaban bien informados de la barrera inamovible puesta a lo ancho de la calle. Imposible seguir adelante.
Mientras deciden qué hacer, un par de personas agitan los brazos en señal de amonestación e increpan en voz alta a los militares sobre las motos. Les echan en cara agresiones pasadas y ajenas. Les gritan: "¡Fuera!". Desde la misma multitud, otros llaman la atención a los exaltados: "Nosotros no estamos aquí para eso", y los hacen replegarse.
Y es que la multitud estaba allí, en la avenida Universidad, para acompañar, como ocurrió cinco años atrás, a la bancada de la Mesa de la Unidad Democrática al acto de instalación de la Asamblea Nacional, pero esta vez ya no como una minoría parlamentaria sino en posesión de la mayoría calificada de 112 diputados.
Auxiliados por los mismos manifestantes, que les indican cómo salir del atoramiento, una a una las motos buscan alejarse de la zona más densa de la multitud, pero antes de terminar la cuadra, el camión, en su retroceso, golpea a una moto y caen sus ocupantes. Entonces viene el gesto, quizás emblemático del período político que se abrió ayer para el país: el secretario general de Acción Democrática de Miranda, Gustavo Ruiz, ofrece su mano al uniformado. "No me puedo levantar, me duele", dice el GN. "Yo lo sé, te ayudo", respondió el dirigente.
A diferencia de como se organizó el acompañamiento hace un lustro, los manifestantes que atendieron la convocatoria de la MUD ayer no tuvieron pantallas de televisión para seguir las incidencias de lo que ocurría dentro del hemiciclo de diputados. Quizás por eso, no tuvieron motivos para permanecer en el lugar por tantas horas, hasta la finalización del evento, y la presencia de manifestantes fue movible, aunque suficiente. También el estado de sitio que imperó en los alrededores del centro histórico y la suspensión del servicio de Metro hasta cuatro estaciones de distancia desalentó la movilización popular.
No obstante, los múltiples colores que integran la coalición se hicieron visibles en las ropas y símbolos de los congregados y la gorra tricolor relució de nuevo en las calles del centro.
"¡Volvimos" ¡Volvimos!", gritaban unos. "¡Libertad!, ¡Libertad!", coreaban otros.
"¡Leopoldo, valiente, aquí está tu gente!", dijeron también en recordación del encarcelado líder.
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