El gobierno de los más corruptos
No deja de ser absurda y curiosa la situación. Se reúne un grupo de colegas y ante ellos llega uno que tiene su negocio hecho un desastre. Nada le ha salido bien. Todo le ha resultado terriblemente mal. Pero este fracasado llega a la reunión de colegas y amigos con una suerte de fórmula mágica, como si nada hubiera pasado, a decirles lo que hay que hacer para lograr el éxito. No deja de ser disparatado porque, si usted fracasó en su gestión, ¿qué es lo tiene que enseñarle a los demás?
Así, más o menos, es como se ha presentado Nicolás Maduro en la IV Cumbre de la Celac. El Correo del Orinoco reseña: “En la Cumbre el mandatario venezolano planteó la necesidad de diseñar estrategias conjuntas para superar en bloque las dificultades económicas”. Algo así como decir ayúdenme, porque sólo no puedo y en bloque sí podemos. ¿Pero en qué lo pueden ayudar si no son responsables de la catástrofe que el propio Maduro desató? ¿Por qué han de seguirle sus consejos?
Mientras el presidente está en Quito tratando de dar lecciones en una materia en la que no puede enseñar absolutamente nada, la imagen de su gobierno se hace añicos en el exterior. El gran titular de El Nacional hoy: “Venezuela encabeza la lista de corrupción de América Latina. Ocupa el puesto 158 de los países en los que los dirigentes no rinden cuentas, no se castiga el soborno y está extendida la impunidad por la poca independencia judicial”. El gobierno de Maduro está empatado con Haití y sólo por encima de Afganistán, Corea del Norte y Somalia.
Hablando de la corrupción, aquí hay un dato interesante: “En el 2010 el gobierno aseguró que la construcción del acueducto Metropolitano de Valera contaba con 450 millones de dólares del Fondo Chino. En el 2014 Nicolás Maduro prometió asignarle 33 millones de bolívares extra para terminarlo. En 2016 se constata que la obra no se hizo.” El dinero lo manejó el gobernador de Trujillo Henry Rangel Silva, quien, como recordarán, está en una de estas listas del gobierno de Estados Unidos con agraves señalamientos en su contra; es general retirado del Ejército y fue Ministro de la Defensa. Al respecto hoy titula El Tiempo, en Valera: “El acueducto de Valera no fue más que una bandera electorera”. Primero por parte de Hugo Chávez y luego por parte de Nicolás Maduro. Valga esto como un mero ejemplo.
Ahora, ya que estamos hablando de la imagen internacional del gobierno. Cuando se habla de la crisis humanitaria a la que se está enfrentando Venezuela, según el criterio del diario Vea y de altos voceros del oficialismo: “La Asamblea Nacional lo que busca con esta declaratoria (de crisis humanitaria) es la injerencia gringa”, tal y como lo afirmó Saúl Ortega, diputado del PSUV, quien, además, calificó de exagerada la decisión aprobada por el parlamento.
Ayer lo decíamos, la muerte, por lo visto, no les duele. Y así, mientras les parece exagerada la declaratoria y mientras la Ministra de Salud, la señora Melo, declara que estamos haciendo un consumo irracional de medicinas, leo esta nota en El Nacional: “Nancy Pino, de 66 años de edad, fue ingresada en terapia intensiva del HUC después de presentar síntomas de zika y paralización de las extremidades. Médicos solicitaron 35 frascos de inmunoglobulina para tratarla, pero la familia sólo encontró 15. Es el segundo fallecido por la enfermedad este año”.
Señores ministros y diputados del oficialismo, con la muerte no se juega.
Y a manera de posdata, ya que mencionamos a los ministros, por fin apareció la señora Iris Varela, después de un largo silencio tras el escándalo de la balacera en Margarita. Para ella el gran titular de El Nuevo País: “Mayor descaro. La Ministra de Asuntos Penitenciarios aseguró ayer que la cárcel de San Antonio en Margarita está pacificada, y que las armas que se ven en el video estaban en el penal desde la IV”.
Por mera decencia y respeto a uno mismo, esto no merece comentario.
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