El Beato Manuel González García, quien murió el 04 de enero de 1940, es una figura destacada de la Iglesia española. Las dos características sobresalientes de su espiritualidad son la devoción al Santísimo Sacramento y a la Virgen María.
Fue ordenado sacerdote en 1901. La visión de un sagrario abandonado le marca profundamente y desde ese momento se dedica a la difusión de la devoción eucarística, proclamando por todas partes esta frase que repitió hasta su muerte "¡Jesús está ahí. No le abandonéis!"
En 1910, se dirigió a un grupo de mujeres piadosas y les dijo: "permitidme (...) pediros su atención y su ayuda al más abandonado de todos los pobres: el Santísimo Sacramento! Por amor a María Inmaculada y por amor al Sagrado Corazón tan mal recompensado, les pido que se conviertan en las Marías de estos tabernáculos abandonados."
Se refiere a las tres "Marías" que estaban al pie de la Cruz. Así nació la “Obra por los Calvarios-Tabernáculos" en un espíritu de reparación como la Virgen María, San Juan y las Santas Mujeres, que se mantuvieron fieles a Jesús en el Calvario.
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