La Estancia y Guacamayal estarían en emergencia por sedimentación, según Colegio de Ingenieros del estado Anzoátegui. Por su parte, el Ministerio de Ecosocialismo y Aguas aseguró que cuatro embalses estarían en emergencia
El año 2015 fue el más caliente del que se tiene registro en el último siglo. Esto a propósito de tres factores: la ubicación geográfica de Venezuela en la zona intertropical del mundo, la sequía durante tres años consecutivos que ha registrado un déficit de 43% en las lluvias y el asentamiento de fenómenos climáticos como El Niño, que ha acentuado el problema desde octubre pasado.
Como consecuencia, los niveles de los reservorios de agua a nivel nacional se han reducido.
Según el propio Ministerio de Ecosocialismo y Aguas, de los 108 embalses, al menos 18 se encuentran en estado de emergencia. Entre ellos figuran: Clavellinos, en Sucre; La Estancia, El Cují, El Andino y Vista Alegre, en Anzoátegui.
A su vez, esto ha generado acentuación en el racionamiento de agua e incluso en el servicio eléctrico. A nivel nacional, las empresas privadas que consuman energía superior a los 100 kilovatios deberán autoabastecerse durante cuatro horas al día por la reducción de ocho metros de la represa del Guri, la cual genera el mayor porcentaje de hidroelectricidad que abastece al país.
En la región, el suministro de agua se maneja por horarios. En la zona norte, puede variar de cuatro hasta doce horas diarias. Al sur, los habitantes pueden durar hasta cuatro días sin el líquido. Sin embargo, las ciudades más afectadas son las que se encuentran al oeste, donde el suministro es cada 20 o 25 días. Sin contar las poblaciones que ni siquiera tienen acceso al sistema de tuberías, calculado en 8%.
Sin embargo, quedan expectativas por lo que se pudo haber hecho en 36 años para evitar el panorama de racionamiento y crisis que padece ahora la población, pues fue en 1980 cuando se construyó el último acueducto en la entidad: El Cují. Desde entonces, no existe un proyecto que plantee la paliativa del problema con nuevas inversiones.
El Cianz pidió la custodia del Canal de Caratal. Advierten que podría contaminarse
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Solamente en los primenos 13 años de gestión del expresidente Hugo Chávez, y con la bonanza económica de más de 100 dólares por cada expendio de barril de petróleo, alianzas opositoras contabilizaron que habían sido regalados más de 82 millardos de billetes verdes a 26 paises, entre ellos Cuba, Bolivia y Argentina.
Esto sin contar los 25 mil millones de monera extranjera que durante 2014 el entonces ministro de Planificación y Finanzas, Jorge Giordani, admitió que se habían perdido. Con tan abultado caudal monetario, la calculadora se quedaría corta al estimar todas las inveriones que pudieron hacerse en el sistema de contención, potabilización y distribución de aguas venezolanas.
Para el presidente del Colegio de Ingenieros de Anzoátegui (Cianz), Freddy López, esta sido la principal causa de la sequía. Aunque no niega que toda la región está padeciendo de cambios climáticos, se pregunta por qué no se almacenó el agua durante las temporadas de invierno pasadas. Serían incalculables la cantidad de miles de millones de litros que se perdieron en la desembocadura de los ríos a los océanos.
Recuerda que desde hace 27 años han habido proyectos que se quedaron en letras impresas sobre papel mal gastado, pues ninguno de ellos se puso en marcha. Tal es el caso de dos nuevos embalses que habían propuesto para la zona rural de Sotillo en La Corcovada y Botalón.
El primero de ellos fue derogado por la entonces ministra de Ambiente, Yubirí Ortega, luego de que se asentara una comunidad en la zona que debió haber estado protegida por el estado. Del segundo, nada se sabe desde su anuncio en 2009.
“Las inversiones no se han hecho. Hay mucha ineficiencia en el Ministerio. Sino es la guerra económica, es la guerra de El Niño. Ahorita es que hay falta de presupuesto, pero antes no. Se pudo haber evitado todo esto. Los embalses se construyen para que en sequía tengamos reservas”, rechazó López.
Por su parte, la presidenta regional de la Hidrológica del Caribe en la región, Beatriz Marcano, admitió que durante la gestión de expresidente Hugo Chávez y el ahora mandatario Nicolás Maduro, no se encargaron de construir ningún embalse. Sin embargo, asegura que ampliaron la capacidad de las plantas para producir mayor cantidad de agua potable. Dice que pese a que hay racionamiento, se producen seis mil litros por segundo en el estado de casi dos millones de habitantes.
Juan González
Juan González
Afirma que hasta ahora se ha incrementado 35% la cobertura de hogares a los que les surten a través de tuberías. Aunque también acepta que existe gran porcentaje de pérdida por grietas y botes.
“A nivel internacional es aceptable 30%, pero (nosotros) estamos por encima de eso. Las pérdidas no solo están en las calles, también están en los hogares”, afirma.
Para solventar las mermas, nació el proyecto de la Sala de Gestión Comunitaria del Agua.
Según asiente la presidenta, en un mes estaría en funcionamiento, lo que serviría como monitoreo ciudadano para denunciar la existencia de fugas y tomas ilegales.
Crisis de sequía
En cuanto al mantenimiento de los acueductos ya existentes, es tan o más importante que la inversión en nuevas estructuras. De hecho, es este otro de los causantes de los niveles críticos en las presas, pues el presidente del Cianz asegura que luego de haber construido las estructuras, nunca más se vigilaron.
Salvo en el año 2004, cuando el Fondo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, en conjunto con el entonces Ministerio de Ambiente, hicieron inspecciones en 25 embalses a nivel nacional.
Además, este instituto determinó que La Tigra (en Boca de Uchire) y Turimiquire (que se encuentra en Sucre, pero que abastece también a Anzoátegui) se encuentran en zonas sísmicas. Aunado a esto, la mayoría estos reservorios tienen hasta 53 años de haber sido construidos. Sin un mantenimiento y monitoreo constante, la sedimentación provocaría su colapso.
Juan González
Juan González
Tal es el caso de La Estancia, el cual aporta 250 litros por segundos. Construido hace 49 años en Aragua de Barcelona, actualmente se encuentra sedimentado y en emergencia según el Colegio de Ingenieros. En principio, fue incluido en los reservorios con niveles críticos que hizo público el ministerio. Sin embargo, la presidenta de Hidrocaribe niega que este se encuentre en emergencia.
Pese a esto, los trabajadores aseguraron que el nivel del agua se ha reducido al menos tres metros. Según estudios oficiales que les facilitaron a los operadores, faltarían 3,2 millones de metros cúbicos de disminución para que llegaran a nivel de sequia total. Es por esto que las compuertas para drenar el agua hacia la planta están abiertas a 15 centímetros, de lo contrario aseguran que se observaría solo tierra.
Además, la maleza cubre 30 metros de lo que antes era líquido. Y aunque el personal dice que efectivamente el agua tiene cierto porcentaje de contaminación porque las personas arrojan desperdicios al embalse, “no es el grado que dice la gente”.
Pero la Ley de Aguas establece los embalses como áreas bajo la protección del Estado. Condiciona un radio de trescientos metros sobre el centro de cualquier cuerpo de agua como espacio destinado a la custodia para vigilar la calidad del recurso, la flora y fauna.
Por lo que casos como el de Santa Clara, al oeste de la entidad, tampoco deberían ocurrir.
Según el Cianz, ganaderos que están alrededor de acuífero se conectan al tanque para abastecerse de la poca agua que queda. En realidad, desde hace aproximadamente 30 años no se utiliza este reservorio como fuente directa. El alcalde del municipio Píritu, Fabio Canache, aclaró que la planta potabilizadora toma el suministro directamente del caudal del río Unare.
Aunque así se dificulta el tratamiento del agua por no pasar a través de filtros, el proyecto que proponía conectar una tubería del caudal hasta el tanque aún no se ha ejecutado. La promesa de Petróleos de Venezuela fue comenzar las labores en diciembre. Pero hasta ahora no hay manifestación de tener disposición para su desarrollo.
Lo que agrava la crisis de agua que padece la zona es que, según los cálculos que hizo el alcalde en varios recorridos, al río Güere le queda alrededor de un mes para que se seque totalmente. Esto afectaría a mil 600 familias de la parroquia rural San Francisco y Santa Fe.
Es por eso que ha pedido la inspección del caudal para verificar si existe obstrucción o es consecuencia de los fenómenos meteorológicos. Canache recordó que como paliativa están desarrollando pozos de aguas profundas. Con la construcción en Capachal, sumarían tres que abastecen a las comunidades foráneas.
En el caso de Vista Alegre, en el municipio McGregor, la presidenta de Hidrocaribe, Beatriz Marcano, aclaró que este embalse, de capacidad inicial de 46 millones de metros cúbicos, ahora sirve al área agropecuaria. Sin embargo, no se atrevió a especificar los niveles actuales de este, ni de ningún otro acuífero. Para esto El Norte también se intentó concretar una cita con el coordinador del Ministerio de Ecosocialismo y Aguas del estado, Edgar Mata, pero aseguró no estar autorizado por la central en Caracas.
Juan González
Juan González
Emergencia en Guacamayal
En el embalse Guacamayal, municipio Carvajal, Marcano admitió que redujeron 50% la extracción, por lo que adecuaron los ciclos de distribución a 36 horas hacia Valle Guanape y Guanape, en Bruzual. Esto en la búsqueda de generar un colchón por si las lluvias se retrasan hasta mayo. Aunque no especificó el porcentaje de reducción del caudal de agua, aseguró que este ha sido el más afectado en la región.
Pese al hermetismo en las cifras, el Secretario Ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática en el municipio, René Rivas, estima que el volumen que presenta podría alcanzar para menos de 60 días. Culpa a la sedimentación y el olvido del mantenimiento oportuno por parte de las autoridades.
Por este sector también pasó el río de la indiferencia. A pesar de que por el lugar transita el ganado libremente y hay casas a menos de los metros establecidos, Rivas asegura que ni las autoridades, ni el alcalde Franklin Guillen han protegido el reservorio.
Aunque no especificó cuántos, Rivas comentó que hace algunos años se aprobaron recursos para desarrollar otro estanque que le hiciera el equilibrio a la demanda de más de 20 mil habitantes. La obra se quedó en movimientos de tierra porque resultó ser una zona no apta por su alta temperatura.
En Bruzual, el concejal Alejandro Marín propuso decretar en estado de emergencia la parroquia Guanape, donde más de tres mil habitantes han sido afectados porque –según dice- el agua no llega por tubería sino por apenas tres cisternas públicas que distribuyen el líquido. Pero hasta ahora la principal autoridad municipal, Maico Marrero, no se ha manifestado.
Aunque Hidrocaribe asegura llevar un control de cada comportamiento de estas cuentas, el Cianz dilucida que de continuar la centralización de las acciones, y la falta de mantenimiento e inversión, en 10 años Anzoátegui estaría en una crisis grave de escasez de agua. Pues, como está comprobado científicamente, los problemas meteorológicos continuarán comportándose ciclícamente.
Tal como pasó en la década de los 50, cuando en Caracas los hombres debían afeitarse el rostro con el único jugo diario que les permitían comprar. Para aquel entonces, la crisis del embalse La Mariposa -ubicado en Miranda- solo permitiría llorar agua para 16 días.
Ampliación en Caratal
Después de años de que el Colegio de Ingenieros pidiera la ampliación del Canal de Caratal, la presidenta de Hicrocaribe, Beatriz Marcano, informó que a finales de marzo el préstamo de un capital chino-coreano desarrollará la toma lateral del río Neverí para pasar de los tres mil litros por segundos a los seis mil litros por segundos que se distribuyen a las plantas de El Rincón y José Antonio Anzoátegui. El traspaso de la ejecución, que duraría tres años y que en principio le pertenecía a Pdvsa, se debió a falta de recursos. Sobre la protección del sitio, Marcano informó que es tarea del Ministerio.
Archivo
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Sucre entre los estados más afectados
Entre los estados en emergencia se encuentran Sucre, y por consecuente, Nueva Esparta.
Ambas entidades son surtidas a través del embalse Clavellinos, en el municipio Ribero.
En enero pasado, el gerente de producción de Hidrocaribe, Félix Campos, informó que solo quedaría un caudal para abastecer a más de un millón 500 mil habitantes durante solo dos meses.
La presidenta de la corporación, Beatriz Marcano, admitió la crisis y reveló que este acuífero estaría menos de 280 metros sobre el nivel del mar, faltando menos de 10 metros para llegar a cota muerta.
Pero en realidad este acuífero viene siendo noticia desde el año 2013, cuando se advirtió el descenso de sus aguas. Sin embargo, la muestra de recuperación de menos de cinco puntos porcentuales, según estadísticas oficiales durante 2014, generó esperanzas que acabaron por no ser preventivas ante el declive vertiginoso durante 2015.
Aunque se bombardearon las nubes para intentar producir lluvias durante octubre pasado, Marcano admite que este proceso dio poco resultado en el lugar.
Es esta la razón por la que ahora Margarita solo recibe agua una vez a la semana durante 24 horas. De mil litros por segundos, solo mandan 500. Hacia Carúpano el envío se redujo 60 % y el 20 % de su población lo recibe a través de cisternas que se abastecen del líquido a través de 10 pozos de aguas profundas que hay en la entidad y que surten apenas 15 litros por segundo.
Katherine Carrizales
katherine.carrizales@gmail.com