El verdadero gigante de Venezuela
MARÍA MAS HERRERA | EL UNIVERSAL
lunes 7 de marzo de 2016 12:00 AM
El caos tomó la vida de los venezolanos como virus. Orden y caos se excluyen y se complementan en la teoría y sin bien, podría resultar fácil disertar esta idea para científicos y profesores, no lo es tanto en la práctica para los pobladores, donde el tiempo y las necesidades muestran su caduca y oportuna comparecencia.
Una de las características del caos es el azar y de éste se nos llenó la vida a todos en Venezuela. Es... un golpe de suerte cambiar la batería del carro, conseguir la comida, medicinas, pañales... y así. Pero la estrella mayor es cuando la puede contar después del atraco. La letanía pueril y empanizada en religión: "Gracias a Dios estoy vivo..., me quitaron... tal y cual, pero al menos no me asesinaron como una bestia salvaje en medio de la nada". ¿Podrá existir algo más caótico que semejante despropósito de país?... ¡NO! Todo ello se lo debemos a nuestros dirigentes... que en otro tiempo eran los políticos, pero que hoy han cambiado de elites. Cuando se desmadran los equipos acontece lo que sufrimos en Venezuela: el médico da la misa, el político reza, el policía llora, el cura adoctrina el pueblo y el uniformado..., vaya usted a saber que pasa... pero el resultado es caos en una sociedad que pierde los roles y las capacidades para hacer. Gerenciar o comandar un país (como les dé nota) requiere afinadas capacidades... Y de eso no hay, tampoco hay... por estas tierras acaloradas de realistas y patriotas.
¿Cuál es el resultado de la inmensa incertidumbre del caos? Se toman decisiones incorrectas a cada paso, desde pararse en la cola donde se acaba la comida cuando ya está a punto de llegar al triunfo de la mercancía en la bolsa, hasta transitar, infantilmente, a la hora y por la calle del pran trabajador incansable, je, je. ¡Bufo!
Son decisiones equivocadas en las que no logramos los objetivos... Frase célebre del siglo XX en la política criolla. Y como no triunfamos en nuestro propósito grande o nimio, llega el enojo y la gente se descoca rápido. Ira y asertividad son incompatibles en el reloj de la ciudadanía. Si a esto le añade un mapa valorativo débil, falta de moral, la consecuencia es..., bueno la locura que se vive en la Venezuela de hoy. He allí la pelotera de la cola, donde es fácil toparse, por ejemplo, con las mujeres más compuestas, no solo las panas del barrio profundo, dándose puñetazos como en el cuadrilátero de un ring de boxeo por una botellita de aceite o un enclenque pollo que más asemejase a una paloma. ¡Diosssss... cuánta pobreza...! ¿Y Luego qué?...
El momento de retirarse los zapatos al llegar a tierra segura y a lidiar con el estrés... así lo llaman ahora. Pero esa fuerza que le toma es una incógnita..., un regalito del caos, un coctel de varias emociones, sensaciones, ideas y... más, más..., que no puedo exponerlo todo porque es muy largo, pero resumo. Lo que resulta es "frustración". Señores hemos pisado la tierra de frustración donde usted no logró sus objetivos con las consecuencias que ello acarrea y allí comienza a desmadrársele la vida a pedazos de acuerdo al punto. A lo mejor se muere si se trata de la medicina clave. Lo que narro se repite en Venezuela todos los días con una frecuencia infinita. La resulta de no conseguir lo que necesitamos o deseamos es la rabia. ¡La ira, roja, rojita... un verdadero gigante! Cuando la ira toma a la sociedad su ámbito manifiesto es la violencia que como cáncer corre por el tejido social hasta incrustarse en su cuerpo, bailándole un joropo trancado en aquellos lugares donde está su debilidad. Hemos llegado a la enfermedad más atroz en Venezuela la que se obtiene cuando la ira se convierte en odio... Que horripilancia de legado y pensar que este monstruo de mil cabezas, difuso como virus, es la verdadera herencia de los dirigentes contemporáneos... ¡Lástima por Venezuela!... A tomar "ubicatel plus" y "anti-odio" por montones... las pepitas están dentro de usted. ¡Cuánta frustración de la escribana!
Profesora Universitaria
@josefinamas211
josefinamas986@gmail.com
Una de las características del caos es el azar y de éste se nos llenó la vida a todos en Venezuela. Es... un golpe de suerte cambiar la batería del carro, conseguir la comida, medicinas, pañales... y así. Pero la estrella mayor es cuando la puede contar después del atraco. La letanía pueril y empanizada en religión: "Gracias a Dios estoy vivo..., me quitaron... tal y cual, pero al menos no me asesinaron como una bestia salvaje en medio de la nada". ¿Podrá existir algo más caótico que semejante despropósito de país?... ¡NO! Todo ello se lo debemos a nuestros dirigentes... que en otro tiempo eran los políticos, pero que hoy han cambiado de elites. Cuando se desmadran los equipos acontece lo que sufrimos en Venezuela: el médico da la misa, el político reza, el policía llora, el cura adoctrina el pueblo y el uniformado..., vaya usted a saber que pasa... pero el resultado es caos en una sociedad que pierde los roles y las capacidades para hacer. Gerenciar o comandar un país (como les dé nota) requiere afinadas capacidades... Y de eso no hay, tampoco hay... por estas tierras acaloradas de realistas y patriotas.
¿Cuál es el resultado de la inmensa incertidumbre del caos? Se toman decisiones incorrectas a cada paso, desde pararse en la cola donde se acaba la comida cuando ya está a punto de llegar al triunfo de la mercancía en la bolsa, hasta transitar, infantilmente, a la hora y por la calle del pran trabajador incansable, je, je. ¡Bufo!
Son decisiones equivocadas en las que no logramos los objetivos... Frase célebre del siglo XX en la política criolla. Y como no triunfamos en nuestro propósito grande o nimio, llega el enojo y la gente se descoca rápido. Ira y asertividad son incompatibles en el reloj de la ciudadanía. Si a esto le añade un mapa valorativo débil, falta de moral, la consecuencia es..., bueno la locura que se vive en la Venezuela de hoy. He allí la pelotera de la cola, donde es fácil toparse, por ejemplo, con las mujeres más compuestas, no solo las panas del barrio profundo, dándose puñetazos como en el cuadrilátero de un ring de boxeo por una botellita de aceite o un enclenque pollo que más asemejase a una paloma. ¡Diosssss... cuánta pobreza...! ¿Y Luego qué?...
El momento de retirarse los zapatos al llegar a tierra segura y a lidiar con el estrés... así lo llaman ahora. Pero esa fuerza que le toma es una incógnita..., un regalito del caos, un coctel de varias emociones, sensaciones, ideas y... más, más..., que no puedo exponerlo todo porque es muy largo, pero resumo. Lo que resulta es "frustración". Señores hemos pisado la tierra de frustración donde usted no logró sus objetivos con las consecuencias que ello acarrea y allí comienza a desmadrársele la vida a pedazos de acuerdo al punto. A lo mejor se muere si se trata de la medicina clave. Lo que narro se repite en Venezuela todos los días con una frecuencia infinita. La resulta de no conseguir lo que necesitamos o deseamos es la rabia. ¡La ira, roja, rojita... un verdadero gigante! Cuando la ira toma a la sociedad su ámbito manifiesto es la violencia que como cáncer corre por el tejido social hasta incrustarse en su cuerpo, bailándole un joropo trancado en aquellos lugares donde está su debilidad. Hemos llegado a la enfermedad más atroz en Venezuela la que se obtiene cuando la ira se convierte en odio... Que horripilancia de legado y pensar que este monstruo de mil cabezas, difuso como virus, es la verdadera herencia de los dirigentes contemporáneos... ¡Lástima por Venezuela!... A tomar "ubicatel plus" y "anti-odio" por montones... las pepitas están dentro de usted. ¡Cuánta frustración de la escribana!
Profesora Universitaria
@josefinamas211
josefinamas986@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario