Planificación infecunda
Los gobiernos han actuado solo cuando es imperativo solucionar crisis, nunca para evitarlas. Como ejemplos las autopistas del Este y a Prados del Este, la Cota Mil y la avenida Libertador que fueron actuaciones para remediar, no para prevenir o estimular. Contrastan el estudio Rotival (1939) que propuso soluciones entre Los Caobos y el Guarataro y la cuasi cuadrícula vial sobre toda el área comprendida entre Petare y Antìmano que propuso el Ministerio de Obras Públicas en 1936. De haber sido impuesta a las urbanizaciones, otra sería la ciudad.
VICTOR ARTÍS | EL UNIVERSAL
sábado 5 de marzo de 2016 12:00 AM
Las Leyes de Indias ordenaban una planificación urbana con resultados inmediatos para crear asentamientos desde donde avanzar a nuevos territorios.
Durante la Colonia, Caracas, confinada entre El Avila, El Guaire y Los Caobos, se extendió lentamente hacia Chacao. Antìmano, Petare, Baruta y otros caseríos aledaños. La Caracas petrolera es un imán que por concentrar poder y dinero, no cesa de atraer población en procura de oportunidades para progresar y en consecuencia, se ha consumido todo el espacio existente,
Sin intervención del sector público, es decir, sin planificación, el desarrollo de lo situado al norte de El Guaire se debe a proposiciones privadas. Las avenidas en Maripérez, Los Caobos, La Florida, La Castellana, Altamira, El Marques y La Urbina, fueron iniciativas de urbanizadores y en ellas las autoridades se limitaban a "aceptar". Tenían un rol pasivo. Lo mismo ocurrió hacia el Sur con El Cafetal, Chuao, Prados del Este, La Lagunita, Los Chaguaramos, El Paraíso, Santa Mónica y Colinas de Bello Monte.
Los gobiernos han actuado solo cuando es imperativo solucionar crisis, nunca para evitarlas. Como ejemplos las autopistas del Este y a Prados del Este, la Cota Mil y la avenida Libertador que fueron actuaciones para remediar, no para prevenir o estimular. Contrastan el estudio Rotival (1939) que propuso soluciones entre Los Caobos y el Guarataro y la cuasi cuadrícula vial sobre toda el área comprendida entre Petare y Antìmano que propuso el Ministerio de Obras Públicas en 1936. De haber sido impuesta a las urbanizaciones, otra sería la ciudad.
Este panorama lleva a percibir la planificación urbana como un mero aceptar hechos cumplidos y a pensar que sin ella Caracas no hubiera sido muy diferente. En efecto, los planes urbanos ofrecen soluciones, pero por planificar sin consideración sobre los recursos para ejecutar, no hay seguridad en cuanto a resultados. Es una actividad cómoda y libre de errores porque si los planes no se cumplen, los culpables son otros. El objetivo principal, detectado años atrás, más que conducir el crecimiento y la evolución de las ciudades, es producir libros y documentos rimbombantes, nada humildes. Esto será apropiado como ejercicio académico pero en el mundo real, nuestras ciudades son tan mediocres que algunas rozan lo irremediable; como ejemplo los servicios públicos, los equipamientos y el transporte que son deficitarios y se corrigen con retardo. Con nuestros rígidos criterios sobre zonificación y sin legislación para renovar, será muy cuesta arriba que pobladores y empresarios apoyen propuestas de mejoría urbana.
Una ocupación de tierras sin ordenamiento vinculante está ocurriendo en las ochenta y cinco mil hectáreas de la Zona Protectora del Area Metropolitana de Caracas, cuyo Reglamento a cargo del Ministerio del Ambiente, pauta una capacidad aproximada de un millón de habitantes y disposiciones tan contradictorias con las características de los terrenos, que es casi imposible obtener autorizaciones.
Lo real son invasiones que dejan barrios anárquicos y lotificaciones carentes de servicios y de equipamientos que generan barrios clase media. Ningún organismo asume la responsabilidad de dirigir este crecimiento imparable. No hay planificación, pero si la hubiera, seguramente seguiría siendo infecunda por no producir frutos, no preña....
vartisg@gmail.com
Durante la Colonia, Caracas, confinada entre El Avila, El Guaire y Los Caobos, se extendió lentamente hacia Chacao. Antìmano, Petare, Baruta y otros caseríos aledaños. La Caracas petrolera es un imán que por concentrar poder y dinero, no cesa de atraer población en procura de oportunidades para progresar y en consecuencia, se ha consumido todo el espacio existente,
Sin intervención del sector público, es decir, sin planificación, el desarrollo de lo situado al norte de El Guaire se debe a proposiciones privadas. Las avenidas en Maripérez, Los Caobos, La Florida, La Castellana, Altamira, El Marques y La Urbina, fueron iniciativas de urbanizadores y en ellas las autoridades se limitaban a "aceptar". Tenían un rol pasivo. Lo mismo ocurrió hacia el Sur con El Cafetal, Chuao, Prados del Este, La Lagunita, Los Chaguaramos, El Paraíso, Santa Mónica y Colinas de Bello Monte.
Los gobiernos han actuado solo cuando es imperativo solucionar crisis, nunca para evitarlas. Como ejemplos las autopistas del Este y a Prados del Este, la Cota Mil y la avenida Libertador que fueron actuaciones para remediar, no para prevenir o estimular. Contrastan el estudio Rotival (1939) que propuso soluciones entre Los Caobos y el Guarataro y la cuasi cuadrícula vial sobre toda el área comprendida entre Petare y Antìmano que propuso el Ministerio de Obras Públicas en 1936. De haber sido impuesta a las urbanizaciones, otra sería la ciudad.
Este panorama lleva a percibir la planificación urbana como un mero aceptar hechos cumplidos y a pensar que sin ella Caracas no hubiera sido muy diferente. En efecto, los planes urbanos ofrecen soluciones, pero por planificar sin consideración sobre los recursos para ejecutar, no hay seguridad en cuanto a resultados. Es una actividad cómoda y libre de errores porque si los planes no se cumplen, los culpables son otros. El objetivo principal, detectado años atrás, más que conducir el crecimiento y la evolución de las ciudades, es producir libros y documentos rimbombantes, nada humildes. Esto será apropiado como ejercicio académico pero en el mundo real, nuestras ciudades son tan mediocres que algunas rozan lo irremediable; como ejemplo los servicios públicos, los equipamientos y el transporte que son deficitarios y se corrigen con retardo. Con nuestros rígidos criterios sobre zonificación y sin legislación para renovar, será muy cuesta arriba que pobladores y empresarios apoyen propuestas de mejoría urbana.
Una ocupación de tierras sin ordenamiento vinculante está ocurriendo en las ochenta y cinco mil hectáreas de la Zona Protectora del Area Metropolitana de Caracas, cuyo Reglamento a cargo del Ministerio del Ambiente, pauta una capacidad aproximada de un millón de habitantes y disposiciones tan contradictorias con las características de los terrenos, que es casi imposible obtener autorizaciones.
Lo real son invasiones que dejan barrios anárquicos y lotificaciones carentes de servicios y de equipamientos que generan barrios clase media. Ningún organismo asume la responsabilidad de dirigir este crecimiento imparable. No hay planificación, pero si la hubiera, seguramente seguiría siendo infecunda por no producir frutos, no preña....
vartisg@gmail.com
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