"Debemos dar por gracia lo que recibimos de Dios"
Renso Salinas superó la adicción a las drogas y su situación de calle
A sus 47 años de edad, Renso Salinas, asegura ser un hombre nuevo, cree que Dios ha obrado en él al ungirlo con la fuerza de voluntad para dejar atrás la perdición: el crack, la cocaína y las drogas, un camino que le arrebató en el año 2004 el control de su vida y que lo dejó en situación de calle por varios años. Una experiencia amarga que lo expuso al peligro, el maltrato público y la mendicidad a la que están subordinados quienes duermen sobre cartones y se resguardan sobre los pisos húmedos de las plazas.
Renso estuvo a la intemperie hasta 2009 y sin mayor rumbo que el de la próxima dosis de droga. Deambulaba ansioso entre plaza Caracas, Chacao y otros tantos espacios de la ciudad, donde hizo las veces de carretillero, cumplía algunos mandados y pernoctaba dopado. Fue precisamente en una de las tantas calles de Chacao, cuando un desconocido lo alimentó y le ofreció cobijo en la Casa de Acogida y Rehabilitación Padre Machado, en el barrio San Andrés de El Valle.
Es allí donde, a su juicio, pudo resurgir de lo más bajo: la indigencia, los recurrentes pensamientos de muerte y la dejadez con que se echó a la calle cuando decidió migrar a Caracas desde su natal Barinas. Para él lo más paradójico fue haber sucumbido ante ese mundo, pese a su experiencia como director del centro de rehabilitación Desafío a la Vida, en San Casimiro.
Con apoyo psicológico, la asistencia de especialistas y el crecimiento en la fe, Renso dejó en el olvido los vicios y se declara sano. Actualmente colabora en la misma casa hogar que le dio albergue. Y ayuda a unas 150 personas en situación de calle, a quienes les dan de comer tres veces por semana y les facilitan el aseo personal, vestido y apoyo en el área de lectoescritura.
“Hoy me repito, Señor dame de beber de esa agua, de tu palabra y voluntad para que no tenga más sed. He entendido que debemos dar por gracia lo que recibimos por gracia y misericordia de Dios”, afirma y sueña con una fundación para ayudar a personas con problemas de consumo.JM
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