Shakespeare: Un genio siempre vigente
Alexis Blanco. PANORAMA, 24-4-2016.
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“¡Sepan, señoras y señores, damas y caballeros, que Shakespeare jamás conoció el mar”, recita un declamante alucinado frente al legendario Teatro El Globo, edificado a orillas del mítico río Támesis en Londres, en 1599 y que se incendió totalmente la noche del 29 de junio de 1613, cuando se representaba la obra Enrique VIII.
Las conflagraciones, las miserias y grandezas de las personas, los delirios y dislates del poder, los fenómenos inherentes al amor, los celos, la envidia, la codicia y todos los demás pecados capitales, aparecen urdidos y tramados con una preciosa orfebrería del lenguaje, donde el destino, ese “azar recurrente” que alude el poeta José Lezama Lima, ronda cada texto de William Shakespeare.
Por eso los apasionados hasta los tuétanos de su alma, como poseídos por la misma fuerza ontológica de los personajes que configuró “El Bardo” de Strattford upon Avon, recuerdan en esta última semana de abril, los 400 años del deceso de este dramaturgo, poeta y actor inglés.
En 140 naciones del planeta se han preparado sendos homenajes en conjunto, siendo Maracaibo la única ciudad del país donde, esta tarde, a las 3:00, en el Centro de Arte “Lía Bermúdez”, se cumplirá tal fiesta con carácter global. 150 ciudadanos artistas de la capital zuliana, congregados en una ceremonia concitada en honor de los respectivos padres de la lengua inglesa y castellana, leerán textos, interpretarán canciones de la época y establecerán como premisa fundamental un proceso de lectura que, en esencia, tiende a “la democratización de la obra shakespereana y cervantina”, según explica Roxana Montero, coordinadora literaria del referido centro cultural. El Teatro El Globo, de Shakespeare, redivivo y evocado en la insólita región del relámpago del Catatumbo, un tributo al arte de mostrar.
Shakespeare, “El Bardo”, escribió 37 obras de teatro aún representadas con una pertinencia absoluta dentro del contexto de las pasiones humanas. Ningún tema, sobretodo aquellos más polémicos y escabrosos, vale decir, universales, escapó a su portentosa mirada rebosante de sabiduría poética.
Coproductora de la lectura dramatizada de esta tarde en Maracaibo, Darimar García subraya la insoslayable influencia de Shakespeare en todos los escritores fundamentales del orbe. “Por eso nuestro homenaje cobra tanta importancia, porque en Venezuela ninguna otra ciudad ha dispuesto una conmemoración tan integradora de las artes como la que tendremos acá y que culmina con la proyección, con foro incluido, conducido por Javier Rondón y Margarita Figueroa, del film “Macbeth”, en el mismo espacio del Camlb”.
Mark Twain refrenda las palabras de la artista local: “Declaremos que la obra de Shakespeare no es de Shakespeare, sino de un contemporáneo suyo que se llamaba como él”.
Todas sus líneas exudan poesía, como en Ricardo Tercero:
“GLOSTER.- ¡Vuestra belleza fue la causa y el efecto! ¡Vuestra belleza que me incitó en el sueño a emprender la destrucción del género humano con tal de poder vivir una hora en vuestro seno encantador!
ANA.- ¡Si creyera eso, homicida, te juro que estas uñas desgarrarían la belleza de mi mejillas!
GLOSTER.- ¡Jamás soportarían mis ojos ese atentado a la hermosura! ¡No la ultrajéis mientras yo esté presente! ¡Me ilumina, como el sol ilumina el mundo entero! ¡Es mi vida, mi vida!
ANA.- ¡Que una negra noche entenebrezca tu día, y la muerte tu vida!.”.
Múltiples fuentes utilizó “El Bardo” para construir su dramaturgia, en la que no pocos han advertido la impronta heteróclita de los Bacon, Marlowe, Fletcher, de Vere, Florio, entre muchos otros. Tratados, ensayos, películas, obras musicales, festivales, premios y múltiples formas y dispositivos culturales exaltan su genio, al igual que el de Cervantes. Pero William triunfó en una ciudad juvenil. Nació y murió en Stratford upon Avon (26 de abril de 1564 - 3 de mayo de 1616). Esta última fecha aparece registrada bajo la determinación del calendario Juliano, vigente en la Inglaterra protestante, equivalente al 24 de abril, de acuerdo al calendario Gregoriano, que rige el transcurrir entre cristianos. “El Bardo” es patrimonio vivo.
Luis Astrana Marín, eximio traductor al español de la obra shakespereana, establece la aclaratoria pertinente: “Falleció, efectivamente, un 23 de abril, pero del calendario juliano, el anterior a la reforma llevada a cabo en 1582 por una comisión científica y pontificia dirigida por Gregorio XIII, que adelantó 10 días todas las fechas para corregir los errores del calendario juliano.
Por lo tanto, el dramaturgo vivió una época cruel, violenta y acosada por la muerte: en 1594, 15.000 londinenses cayeron víctimas de la peste. No es extraño que escribiera a gran velocidad. Ni que eligiera el teatro, esa forma de vida.
“Te ruego que recites el pasaje con soltura y de manera natural.
No cortes demasiado el aire con las manos, pues en el mismo torbellino de la pasión has de mostrar templanza y suavidad: que la acción responda a la palabra y la palabra a la acción, poniendo especial cuidado en no traspasar los límites de la sencillez de la naturaleza”. Todo este poeta está ahora aquí, nuestro, definitivo, cuatro siglos después, más lucido, genial, divino e inmortal.
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