Consigna: “Déjenos trabajar decentemente y con dignidad”
A continuación se presenta en primer lugar el relato de una persona que, de manera jocosa, describía lo que sucedía en las afueras de un abasto cualquiera de Venezuela. Y en la segunda parte, se comparten algunos comentarios expresados en la cuenta Twitter @tipsaldia.
Parte I: Se acabó el aceite ¡pero llegó el papel! Se rumorea que van a sacar la leche. Aquí mismo en la terraza del abasto A venden el paquete de cuatro rollos del papel muy “barato”. Una señora muestra la “máxima felicidad” que se le refleja en su cara: lleva dos bolsas grandes de las negras repletas de papel sanitario. Otra señora llega con el “chisme” de que hay leche en polvo en el abasto B, y no hay cola. Mientras que un señor comenta: En el abasto C hay harina de trigo, desodorante y café del “bueno”. A lo que el rumor se propaga a la velocidad de la luz, un “batallón” de motorizados sale vía el abasto B. Definitivamente, el ambiente social es heterogéneo: se mezclan diferentes culturas y “estratos”.
Mientras todo esto está ocurriendo, sacan en el abasto A las compotas. Una ambulancia pasa a toda velocidad hacia la ruta del abasto B: parece que uno de los motorizados colisionó con el monumento de los “futbolistas”. Ahora las personas optan por balancearse en las puertas del abasto A. No se sabe quiénes están más aburridos, si los que atienden en el puesto de tequeños, la tienda de bisutería o quien está escuchando un juego de ajedrez por radio. Por otro lado, una familia con veinte personas se vino a las adyacencias del abasto, comentan que ante la crisis y no poder aprovechar al máximo el decreto no laboral decidieron hacer la cola y “pasar un rato agradable”: narraba el señor mientras los nietos se “tiraban” en un carrito de compras por la pendiente del abasto.
Ahora se observa a otro señor hablando por teléfono y discutiendo con su esposa acerca de que por culpa de ella no le alcanzó el dinero, y que apenas logró comprar dos pollos. Sin embargo, el hombre decide tomarse un café con leche grande y un par de alfajores. Pero en este instante, llega el entretenimiento de la cola dado que un grupo de payasitas divierten a la gente con su espectáculo: una parte de ellas realiza la cola, y la otra desarrolla su rutina; sin embargo, aclaran que no les den dinero, sino que les colaboren con un rollo de papel, dos compotas o una bolsa de alitas de pollo. Se comenta que en otro sector donde funciona este abasto dos jovencitas discuten acaloradamente motivado a que a una de ellas se le “olvidó” la “carcasa del iPhone que combinaba con sus zapatos”.
Parte II: Doloroso y lamentable el terremoto que conmociona a Ecuador. Pero en Venezuela se sufre una tragedia a diario debido al “tsunami”: Estudiar + Trabajar + Producir + Revocar = Reivindicar la Dignidad Humana de los venezolanos. Este 1° de mayo una de nuestras consignas: “Déjenos trabajar decentemente y con dignidad”. En Venezuela se promociona el sistema monopólico del “bachaqueo”: privilegio que tienen algunas personas para imponer precios en perjuicio de la sociedad. La “elasticidad precio de la demanda” de los productos de primera necesidad es del tipo inelástica: así suba su precio la demanda no cae en el mismo porcentaje. La teoría de las “expectativas racionales” tuvo vigencia en los años ochenta (siglo XX): hoy la “irracionalidad” se impone.
El marxismo crítica el capital porque se apodera de la plusvalía del trabajo: en Venezuela se destruye a ambos. Antes: “La inflación subía por el ascensor y los salarios por la escalera”. Hoy: “...Los salarios en el inframundo”; quiebra económica + descapitalización patrimonial + crisis humanitaria = f (absurdo gubernamental, complicidad). Escuché a dos jóvenes: “Estoy contento por empezar en la universidad porque me darán el subsidio de transporte”. La declaración de emergencia de las instituciones no es para coartar derechos, sino para exigir su cumplimiento sin excusas. La presión debe ser continua, unificada y coordinada exigiendo producción, trabajo digno y “salario mínimo vital” (Art. 91 CRBV).
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