La hora de la Salsa
El asunto es “tengo tanto poder que hago lo que me da la gana” “Nadie me puedo sacar de aquí”. Estoy tan blindado que puedo darme el lujo que, mientras Roma arde, yo me dedico a bailar Salsa
A ver. Alguien debe dirigir las actuaciones de Nicolás Maduro. Todo presidente tiene asesores y, en estos tiempos, salas situacionales. No trataré aquí si han sido acertadas o desacertadas tales directrices; pero, debo reconocer que lo del programa “La hora de la Salsa” me provocó, eso que Bertold Brecht afirmaba, debía generar el teatro en el espectador: Asombro.
¿Porque crear un programa llamado La hora de la Salsa? En realidad no tanto por el programa sino por el contexto. Un presidente con más del 80% de rechazo; una inflación acumulada de 1400%. A escasas horas de haber instalado una mesa de diálogo con la oposición; con la asistencia del representante Vaticano y tres ex presidentes; incluso, con la propia presencia del mismo Nicolás Maduro.
Con el anuncio, además; de que la MUD realizaría una marcha a Miraflores para entregarle la notificación de la Asamblea Nacional, de entablar un juicio de responsabilidad en su contra.
Cuatro escenarios me vinieron: En primer lugar, se trata de mostrar a Maduro como auténtico venezolano, caraqueño que, por supuesto baila salsa. No cabe duda; sí, nació aquí, mírenlo como baila Salsa… lleva el ritmo por dentro. Entonces es verdad, la verdad sentenciada por el TSJ.
En segundo lugar terminé cediendo ante Maquiavelo. El asunto es “tengo tanto poder que hago lo que me da la gana” “Nadie me puedo sacar de aquí”. Estoy tan blindado que puedo darme el lujo que, mientras Roma arde, yo me dedico a bailar Salsa. Despreocupado en absoluto, no solo de la crisis política, económica y social, tampoco de que se urda una conspiración, mucho menos de un golpe de estado. Que se sepa “No salgo ni con votos ni con balas”.
Luego me dije, el tipo esta tan ido de la realidad, trastocado y embebido del poder que sólo existen los precisos momentos en los cuales tiene el poder. Todo lo demás le importa un bledo, pues la razón histórica está de su lado. El pueblo lo sabe por revelación; la crisis es el éxodo para la tierra prometida.
Sin embargo, como soy venezolano, con tiempo suficiente para sobrellevar la desgracia y hasta reírme de ella me dije: ¡No vale! alguien con un proyectito intentando meterse unos cobres, le propuso ¡Epa Nicolás hazme la segunda para meterme una chamba! ¡Hasta cuando preocupación mi gente! Este pueblo necesita alegría. Así te distraes, distraes a la gente y pones a los opositores a romperse el coco con sus análisis ¡Date con la hora de la salsa!
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