Revista Time: ¿Crees que los políticos son malos en EE UU? Bienvenido a Venezuela
El artículo escrito por John Otis repasó los acontecimientos políticos que han ocurrido en el país en los últimos meses
8 DE NOVIEMBRE 2016 - 11:41 AM
John Otis, colaborador de la revista Time, publicó un artículo en este medio sobre la crisis que atraviesa Venezuela en todos los ámbitos y de cómo el recién anunciado diálogo entre gobierno y oposición podría facilitar beneficios legales o incluso el exilio al presidente Nicolás Maduro y su entorno.
"Las calles han sido el hogar de decenas de manifestaciones contundentes contra Maduro, quien desde su elección de 2013 tras la muerte del líder revolucionario Hugo Chávez ha llevado a este país rico en petróleo, a su peor crisis económica en décadas. Hay escasez de alimentos básicos, como la harina, pasta y aceite de cocina", dice parte del texto en el que también se reseñan problemas como la delicuencia y el poco poder adquisitivo.
Aquí el artículo completo:
Su economía está en caída libre, sus ciudadanos están tomando las calles para exigir la destitución del gobierno y el país no puede ni siquiera organizar un partido de fútbol internacional sin que las cosas se salgan de control. Ante esto, el presidente Nicolás Maduro respondió la semana pasada lanzando un nuevo programa de radio llamado “La Hora de la Salsa”, en el que insultó a la oposición mientras cantaba y bailada por todo el estudio junto a su esposa. Maduro continuó el estreno de su programa con un inverosímil discurso en el que declaró que “ni con elecciones ni con balas” la oposición ganaría el control del Palacio de Miraflores.
Para los líderes de la oposición que recientemente acordaron participar en las conversaciones mediadas por el Vaticano con el gobierno, el comportamiento de Maduro es una clara señal de que tiene pocas intenciones de negociar en serio o de hacer concesiones para ayudar a sacar a Venezuela de su declive político y económico. Tampoco es que la oposición -a menudo fracturada- esté en mejor forma, la decisión de suspender temporalmente las protestas masivas en las calles y de sentarse a negociar, ha dividido aún más a la coalición de partidos opositores. Algunos dirigentes aseguran que Maduro está tratando de ganar tiempo e insisten en que la única manera de enfrentar su gobierno, cada vez más autoritario, es movilizando a multitudes de personas enojadas en las calles, día tras día.
“Cada vez que el gobierno siente la presión, en casa o en el extranjero, insta a las conversaciones. Y en todas las oportunidades que se ha dado ese escenario, el Ejecutivo ha violado todos los acuerdos a los que llegaron”, dijo María Corina Machado, ex congresista que encabeza un partido de la oposición de derecha que no está participando en las negociaciones.
LA PEOR CRISIS EN DÉCADAS
Las calles han sido el hogar de decenas de manifestaciones contundentes contra Maduro, quien desde su elección de 2013 tras la muerte del líder revolucionario Hugo Chávez ha llevado a este país rico en petróleo, a su peor crisis económica en décadas. Hay escasez de alimentos básicos, como la harina, pasta y aceite de cocina. En las afueras de Caracas, las panaderías generan largas colas de personas para comprar pan a precio regulado. Venezuela se acerca cada vez más a la hiperinflación. Su moneda, el bolívar, se ha derrumbado, con su billete de más alta denominación valiendo cerca de 6 centavos. La delincuencia va en aumento.
Las encuestas muestran que la mayoría de los venezolanos quieren que Maduro se vaya pronto. Pero las autoridades electorales leales al presidente suspendieron una elección de destitución que fue diseñada para juzgar el mandato presidencial. Eso trajo tensiones a un punto de ebullición, con la oposición amenazando con llevar a cabo una simbólico juicio político contra Maduro en el Congreso y convocando una marcha hacia el palacio presidencial. Maduro llamó a sus simpatizantes a resguardar el edificio y defender la revolución.
Finalmente, el Vaticano convenció a ambos bandos de sostener negociaciones a corto plazo. Thomas Shannon, subsecretario de Estado para Asuntos Políticos, también instó al diálogo tras pasar tres días en Caracas y reunirse con Maduro y políticos de la oposición. Shannon llamó al diálogo “un esfuerzo de buena fe para encontrar una salida pacífica a la situación de estancamiento político”.
Shannon advirtió además que, la ausencia de negociaciones, puede generar que las protestas callejeras se tornen violentas. Similar a las manifestaciones que tuvieron lugar en 2014, cuando los enfrentamientos entre personas y las fuerzas de seguridad le quitaron la vida a más de 40 personas. Pero Shannon también reconoció que es Maduro quien “tiene la llave” para el éxito o el fracaso del diálogo. El presidente venezolano mantiene un firme control sobre las fuerzas armadas, el sistema judicial y otras instituciones que serían los principales actores de la transición política. Además, el gobierno suma más de 100 presos políticos a los que la oposición exige liberar.
“LOS VENEZOLANOS NO PUEDEN ESPERAR MESES”
Para continuar el diálogo, el gobierno debe estar dispuesto a realizar concesiones importantes en los próximos días, dijo Henrique Capriles, un ex candidato presidencial de la oposición. Él y otros negociadores han fijado un plazo hasta el 11 de noviembre para que el gobierno presente un plan de liberación de todos los presos políticos y se restablezca el referendo revocatorio o unas nuevas elecciones presidenciales. La oposición también exige reorganizar el Tribunal Supremo y otros organismos gubernamentales que deberían ser independientes. “Los venezolanos no pueden esperar meses para que se realicen estos cambios”, dice Capriles.
Phil Gunson, un analista del Grupo Internacional de Crisis ubicado en Caracas, dice que si Maduro se toma en serio las conversaciones, podría ayudar a evitar un levantamiento popular y abrir la puerta hacia una transición pacífica del poder. Por ejemplo, un acuerdo de reestructuración de las elecciones presidenciales del próximo año podrían dar a Maduro y a su círculo interno -que incluye a funcionarios señalados por corrupción, tráfico de drogas o violaciones de derechos humanos- tiempo para negociar beneficios legales o incluso el exilio.
Sin embargo, en una entrevista transmitida el domingo por la televisora estatal, el ex vicepresidente Diosdado Cabello dijo que las elecciones anticipadas no estaban en la mesa de negociación. “Ahora se habla de elecciones generales”, dijo, hablando de las conclusiones de la primera reunión. “No sé de dónde sacan eso, bajo qué ilusión están hablando. Eso no es verdad. No se ha planteado”.
Si el gobierno se niega a ceder, los líderes de la oposición dicen que van a paralizar el país con más protestas.
“A lo largo de la historia del mundo se ve que el poder del pueblo puede funcionar cuando se tiene el liderazgo adecuado y unidad nacional”, dice Machado. “Estamos enfrentando a una dictadura así que tenemos que tener gente en las calles.”
John Otis, colaborador de la revista Time, publicó un artículo en este medio sobre la crisis que atraviesa Venezuela en todos los ámbitos y de cómo el recién anunciado diálogo entre gobierno y oposición podría facilitar beneficios legales o incluso el exilio al presidente Nicolás Maduro y su entorno.
"Las calles han sido el hogar de decenas de manifestaciones contundentes contra Maduro, quien desde su elección de 2013 tras la muerte del líder revolucionario Hugo Chávez ha llevado a este país rico en petróleo, a su peor crisis económica en décadas. Hay escasez de alimentos básicos, como la harina, pasta y aceite de cocina", dice parte del texto en el que también se reseñan problemas como la delicuencia y el poco poder adquisitivo.
Aquí el artículo completo:
Su economía está en caída libre, sus ciudadanos están tomando las calles para exigir la destitución del gobierno y el país no puede ni siquiera organizar un partido de fútbol internacional sin que las cosas se salgan de control. Ante esto, el presidente Nicolás Maduro respondió la semana pasada lanzando un nuevo programa de radio llamado “La Hora de la Salsa”, en el que insultó a la oposición mientras cantaba y bailada por todo el estudio junto a su esposa. Maduro continuó el estreno de su programa con un inverosímil discurso en el que declaró que “ni con elecciones ni con balas” la oposición ganaría el control del Palacio de Miraflores.
Para los líderes de la oposición que recientemente acordaron participar en las conversaciones mediadas por el Vaticano con el gobierno, el comportamiento de Maduro es una clara señal de que tiene pocas intenciones de negociar en serio o de hacer concesiones para ayudar a sacar a Venezuela de su declive político y económico. Tampoco es que la oposición -a menudo fracturada- esté en mejor forma, la decisión de suspender temporalmente las protestas masivas en las calles y de sentarse a negociar, ha dividido aún más a la coalición de partidos opositores. Algunos dirigentes aseguran que Maduro está tratando de ganar tiempo e insisten en que la única manera de enfrentar su gobierno, cada vez más autoritario, es movilizando a multitudes de personas enojadas en las calles, día tras día.
“Cada vez que el gobierno siente la presión, en casa o en el extranjero, insta a las conversaciones. Y en todas las oportunidades que se ha dado ese escenario, el Ejecutivo ha violado todos los acuerdos a los que llegaron”, dijo María Corina Machado, ex congresista que encabeza un partido de la oposición de derecha que no está participando en las negociaciones.
LA PEOR CRISIS EN DÉCADAS
Las calles han sido el hogar de decenas de manifestaciones contundentes contra Maduro, quien desde su elección de 2013 tras la muerte del líder revolucionario Hugo Chávez ha llevado a este país rico en petróleo, a su peor crisis económica en décadas. Hay escasez de alimentos básicos, como la harina, pasta y aceite de cocina. En las afueras de Caracas, las panaderías generan largas colas de personas para comprar pan a precio regulado. Venezuela se acerca cada vez más a la hiperinflación. Su moneda, el bolívar, se ha derrumbado, con su billete de más alta denominación valiendo cerca de 6 centavos. La delincuencia va en aumento.
Las encuestas muestran que la mayoría de los venezolanos quieren que Maduro se vaya pronto. Pero las autoridades electorales leales al presidente suspendieron una elección de destitución que fue diseñada para juzgar el mandato presidencial. Eso trajo tensiones a un punto de ebullición, con la oposición amenazando con llevar a cabo una simbólico juicio político contra Maduro en el Congreso y convocando una marcha hacia el palacio presidencial. Maduro llamó a sus simpatizantes a resguardar el edificio y defender la revolución.
Finalmente, el Vaticano convenció a ambos bandos de sostener negociaciones a corto plazo. Thomas Shannon, subsecretario de Estado para Asuntos Políticos, también instó al diálogo tras pasar tres días en Caracas y reunirse con Maduro y políticos de la oposición. Shannon llamó al diálogo “un esfuerzo de buena fe para encontrar una salida pacífica a la situación de estancamiento político”.
Shannon advirtió además que, la ausencia de negociaciones, puede generar que las protestas callejeras se tornen violentas. Similar a las manifestaciones que tuvieron lugar en 2014, cuando los enfrentamientos entre personas y las fuerzas de seguridad le quitaron la vida a más de 40 personas. Pero Shannon también reconoció que es Maduro quien “tiene la llave” para el éxito o el fracaso del diálogo. El presidente venezolano mantiene un firme control sobre las fuerzas armadas, el sistema judicial y otras instituciones que serían los principales actores de la transición política. Además, el gobierno suma más de 100 presos políticos a los que la oposición exige liberar.
“LOS VENEZOLANOS NO PUEDEN ESPERAR MESES”
Para continuar el diálogo, el gobierno debe estar dispuesto a realizar concesiones importantes en los próximos días, dijo Henrique Capriles, un ex candidato presidencial de la oposición. Él y otros negociadores han fijado un plazo hasta el 11 de noviembre para que el gobierno presente un plan de liberación de todos los presos políticos y se restablezca el referendo revocatorio o unas nuevas elecciones presidenciales. La oposición también exige reorganizar el Tribunal Supremo y otros organismos gubernamentales que deberían ser independientes. “Los venezolanos no pueden esperar meses para que se realicen estos cambios”, dice Capriles.
Phil Gunson, un analista del Grupo Internacional de Crisis ubicado en Caracas, dice que si Maduro se toma en serio las conversaciones, podría ayudar a evitar un levantamiento popular y abrir la puerta hacia una transición pacífica del poder. Por ejemplo, un acuerdo de reestructuración de las elecciones presidenciales del próximo año podrían dar a Maduro y a su círculo interno -que incluye a funcionarios señalados por corrupción, tráfico de drogas o violaciones de derechos humanos- tiempo para negociar beneficios legales o incluso el exilio.
Sin embargo, en una entrevista transmitida el domingo por la televisora estatal, el ex vicepresidente Diosdado Cabello dijo que las elecciones anticipadas no estaban en la mesa de negociación. “Ahora se habla de elecciones generales”, dijo, hablando de las conclusiones de la primera reunión. “No sé de dónde sacan eso, bajo qué ilusión están hablando. Eso no es verdad. No se ha planteado”.
Si el gobierno se niega a ceder, los líderes de la oposición dicen que van a paralizar el país con más protestas.
“A lo largo de la historia del mundo se ve que el poder del pueblo puede funcionar cuando se tiene el liderazgo adecuado y unidad nacional”, dice Machado. “Estamos enfrentando a una dictadura así que tenemos que tener gente en las calles.”
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