Las imágenes que se vieron en los diversos medios de comunicación mostrando la devastación que dejó el terremoto que golpeó el centro de Italia, en agosto del 2016, son terribles. Localidades como Amatrice prácticamente desaparecieron del mapa. El Papa Francisco suspendió la tradicional catequesis del miércoles para orar, junto con los peregrinos de la plaza de San Pedro, por las víctimas y damnificados que dejó el movimiento telúrico.
Pero en medio de la desolación, la desconsolación y la tragedia ha surgido un hecho, que para muchos es signo de esperanza. Se trata de una estatua de la Virgen María que permaneció intacta tras el fuerte terremoto. La imagen fue inmediatamente compartida en Internet. En abril pasado, un signo similar había suscitado emoción (y polémica) en Ecuador, otro país fuertemente golpeado por un sismo. Ahí también una estatua de Nuestra Señora resultó intacta en medio de los escombros.
¿Podemos hablar de milagro? No necesariamente. El hecho puede ser interpretado como un signo de esperanza Hay una pregunta que queda sin respuesta ¿cómo es posible que esta representación de la Virgen, tan frágil, pudo resistir a temblores tan fuertes?
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