Dimensión desconocida
Por supuesto que se reconoce que las ciberamenazas son realidades atroces del siglo XXI, pero que no se torne eso como argumento para más opresión sobre los venezolanos; más bien que la ciberseguridad apalanque más libertades y capacidades para los habitantes de esta patria
El tema de la ciberseguridad se abrió lacerante con el denominado “DolarToday”, un dólar innombrable que no hace falta nombrarlo sino sentirlo en términos demoledores, como lo cataloga el gobierno, en referencia a su influencia sobre los precios de los bienes y consumos de una economía dolarizada por su naturaleza importadora de prácticamente todo. Por si esto fuera poco, el pasado viernes 2 de diciembre el país fue objeto de un poder de fuego digital y directo sobre la capacidad de consumo de muchos venezolanos: se trató de la falla masiva en puntos de venta, hecho que fue catalogado de “deliberado” y “criminal” por el Presidente Maduro, quien además acusó como responsable a la empresa Credicar. Y además, el caos cibernético se prolongó a lo largo de ese día con otro ataque proveniente del exterior, el cual según el presidente de la Cantv, se desarrolló con el propósito de buscar una dirección IP de Pdvsa, afectando el internet Aba.
Al respecto de esos eventos, quiero hacer las siguientes consideraciones, sostenidas en el refrán de que “el que está picado de culebra, cuando ve un bejuco salta”, inevitable actitud ante un gobierno que tiene ínfulas totalitarias. Sobre todo esto, quiero recordarles a mis lectores que hace apenitas unos días, ¡qué casualidad!, el director general de Conatel, Andrés Eloy Méndez, manifestó que su organismo tiene el propósito de presentar prontamente una propuesta legislativa, algunas normativas y providencias cuya finalidad radica en que el próximo año se “regule el uso de las redes sociales y el internet en general”. Con esta referencia, es clara la intención del gobierno en acoplarse con aspiraciones controladoras del Ciberespacio, cuestión cuyo principal modelo internacional es China, una sociedad acérrimamente capitalista que se complementa con un régimen político que no sabe de democracia, y que a través de su Presidente, Xi Jinping, en la segunda Conferencia Mundial de Internet en ese país, manifestó la estrategia de una centralización de lo que ellos denominan la “gobernanza doméstica” de Internet, que contempla esfuerzos más amplios para controlar y censurar el flujo de información en línea.
Y vean la cosa, yo también estoy de acuerdo con el debate sobre el Ciberespacio, pero no con los propósitos totalitarios de los chinos ni de Maduro. Considero que esos temas hay que darle un apropiado centro político, y al respecto, coincido en que también debe plantearse un paquete legislativo para equilibrar y ponderar la libertad social e individual con la necesidad verídica de la seguridad colectiva. Yo si quiero escuchar a una clase política, atrasada en los dos bandos, con una disposición de superar sus descuidos, y que comiencen a hablar de cosas como software malicioso, fallos de seguridad, y las implicaciones tecnológicas del ciberespacio sobre nuestra soberanía y sobre nuestro desarrollo económico y social.
En esos términos, quiero hacer un llamado de atención sobre la ausencia de una agenda política sobre esas dimensiones, que se corresponda con un contenido exhaustivo, amplio y jerarquizado; más aún, cuando se tiene en cuenta de que el gobierno tiene “un plan”, y con eso no estoy afirmando o negando de plano la veracidad de lo expuesto por la vocería gubernamental sobre los hechos puntuales que afectaron la cotidianidad tecnológica del viernes 2 de diciembre y sobre el caso del dolartoday.
Por supuesto que se reconoce que las ciberamenazas son realidades atroces del siglo XXI, pero que no se torne eso como argumento para más opresión sobre los venezolanos; más bien que la ciberseguridad apalanque más libertades y capacidades para los habitantes de esta patria.
Vallejobelis3@gmail.com
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