¿Un gran engaño?
Jorge Sánchez Meleán /Economista /sanchezmelean@hotmail.com, 8-1-2017
Solo se tomarán decisiones políticas cuando el Presidente lo ordene. Si ello es así, el diálogo es un gran engaño nacional e internacional que no tiene sentido alguno
Venezuela inicia el año 2017, en medio de la más grave crisis institucional de su historia contemporánea. La institucionalidad de un país no es otra cosa que el conjunto de instituciones y organizaciones políticas y sociales, procedimientos legales,principios y valores éticos que condicionan la conducta de su sociedad. D. North premio Nobel de Economía 2003, define a las instituciones, como las reglas de juego que condicionan las interacciones humanas. En Venezuela,después de 17 años de un régimen que se denomina “revolucionario” se ha destruido su institucionalidad y se ha falsificado su historia.
En consecuencia, mecanismos como la mesa de diálogo no funcionan, a pesar de las buenas intenciones de algunos mediadores o actores. Es necesario, que los mediadores, pongan bien claro sobre la mesa, el asunto fundamental de la crisis venezolana: la naturaleza y los alcances de la institucionalidad de la sociedad y el Estado venezolano.
Habría que solicitarle el régimen que defina con claridad meridiana asuntos como los siguientes: ¿Cuál es ontológica y axiológicamente el modelo del Estado venezolano que reconoce? ¿Es el fundamentado en el paradigma democrático-liberal de la Constitución de 1999, que ha prevalecido en el constitucionalismo venezolano desde 1811, o es el que se viene conformando al margen del derecho, por el proceso de alteración de la estructura y principios de esta, para dar origen a una Constitución de hecho, concebida en función de un modelo socialista marxista? ¿Es la Constitución de 1999 meramente nominal, siendo la real la “Constitución sociológica“que propende al socialismo, expresada en el denominado Plan de la Patria? ¿A cuál Constitución obedecen las acciones y decisiones del Poder Judicial y del resto de los poderes en Venezuela?
Mientras estas cosas no se discutan y aclaren en la mesa de diálogo,con participación determinante de los mediadores, no tendrán sentido las instituciones y organizaciones políticas y sociales, los procedimientos legales,los principios y los valores éticos que condicionan la conducta de la sociedad. Todo seguirá igual, pues el régimen solo se atendrá a la Constitución sociológica y no a la formal de 1999. Y con base a ello, se prescindirá del Poder Legislativo,no se reconocerá la separación e independencia de los poderes, y no habrá elecciones de ninguna naturaleza. Solo se tomarán decisiones políticas cuando el Presidente lo ordene. Si ello es así, el diálogo es un gran engaño nacional e internacional que no tiene sentido alguno.
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