Enero a todo vapor
Ya se largó el mes de enero cuyos resultados, desde la contabilidad del gobierno, seguramente serán colocados en la columna del “haber”. Todo positivo, todo ganancioso
Ya se largó el mes de enero cuyos resultados, desde la contabilidad del gobierno, seguramente serán colocados en la columna del “haber”. Todo positivo, todo ganancioso. Si lo midiéramos solamente desde la perspectiva mediática, parecería que ha sido un período de intensa acción revolucionaria, que esta gente no descansó durante esos 31 días en pro del progreso y de la búsqueda de soluciones para la felicidad de los venezolanos. Qué gran gobierno, señoras y señores.
Un sucinto recuento nos recordará que hubo un espectacular cambio de gabinete, una masiva movilización antiimperialista, se anunció el relanzamiento de los CLAP, hubo nuevas decisiones del TSJ contra la AN, se mantuvo el enroque de gobernadores hacia el gabinete, se llevó un nuevo ícono de la revolución al Panteón Nacional, pero sobre todo no se dijo ni ñé de un cronograma electoral, no se cumplió ninguno de los acuerdos de la mesa de diálogo y con todo y eso la Celac nos volvió a extender otra carta de buena conducta. Mejor imposible.
Todo hubiera sido perfecto a no ser porque el lunes 30 circularon fuertes rumores de que al diputado Diosdado Cabello le había dado un infarto, aunque gracias a Dios no fulminante. Luego se dijo que todo no había pasado de un desvanecimiento, un simple yeyo, producto de una baja de azúcar. Extraño porque en su casa la debe haber en escala industrial. El prominente jerarca escarlata aclaró enseguida que nada de eso era cierto, que él le sigue entregando cada resongo suyo a la revolución y que el pueblo lo sabe, pero era demasiado tarde: la bola, cierta o falsa, ya había hecho las delicias de los tuiteros del escualidismo, detestables camorreros del teclado, deseándole toda clase de males cada vez que respire un chino. Ingratos.
Pero demos un vistazo con mayor detenimiento a este enero del 2017. En verdad, el nuevo gabinete no ha levantado mayores expectativas y menos con esas figuras de octavo debut como Elías y Adán. Las milicias mediáticamente dejan mucho que desear, con esos guerreros de obesidad mórbida o con la piel apergaminada sobre los huesos. Los CLAP son relanzados una vez al mes, pero todos los días hay cierre de calles de gente hambrienta pidiéndole que le manden la bolsita de comida. Los gobernadores que han dejado en su cargo para irse a la corte de Maduro son figuras marchitas que nadie va a echar de menos en sus estados. Hubo una gran procesión para llevar a Fabricio Ojeda al Panteón, pero ya hay quien se ha encargado de desmitificar episodios de la vida del personaje que no concuerdan con la fábula revolucionaria.
De manera que los verdaderos dividendos obtenidos por la descocada revolución estuvieron más que en lo hecho, en lo que dejaron de hacer: no reconocer a la AN, no cumplir los compromisos del diálogo y hacerse los locos con el cronograma electoral.
Maduro se desvivió agradeciendo la mención de la Celac sobre el diálogo en Venezuela. Pero debería también percatarse que en el documento final, en materia de conservación y preservación de la democracia, le zumbaron este regalito: “la celebración de elecciones libres, transparentes, informadas y sustentadas en el sufragio universal y secreto, como expresión de la soberanía del pueblo, la participación ciudadana, la justicia social y la igualdad, la lucha contra la corrupción, así como el respeto a todas las libertades públicas reconocidas en los instrumentos internacionales”. Enunciados que al régimen le dan vahídos.
TALCUALDIGITAL
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