El extraño caso de Vladimir Padrino López

LA OPINIÓN DECarlos Ramírez López@carlosramirezl3

 
 
 
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EL NACIONAL,25 DE MAYO DE 2017 12:10 AM

¿Vidas paralelas?

I

El ministro de guerra que tenía Hitler en la peor etapa de su inhumana ferocidad era un general de nombre Wilhelm Keitel quien –entre otras– ejecutó órdenes terribles dentro del macabro plan de la “solución final” contra los judíos. Las reseñas históricas refieren que este hombre era un autómata en la ejecución de las órdenes que recibía al punto de que el Führer decía que era su “perro fiel” y que por ello los otros ministros se mofaban refiriéndolo con motes como “el general sí señor”, “lacayo”, “león de goma”. Se dice que el cargo se le dio por recomendación del poderoso general Heinrich Himler para usarlo como testaferro “para amparar numerosas órdenes especialmente detestables”.

Adolf Hitler llegó al primer cargo ejecutivo de Alemania, el de canciller, tras una carrera de violencia verbal y también material, en medio de un caos generado por malas ejecutoria de los partidos de la democracia lo cual explotó incorporándose a un pequeño partido donde rápidamente se granjeó el liderazgo absoluto, al punto de que le cambió el nombre de “Partido Obrero Alemán” a “Partido Nacional Socialista Obrero Alemán” que se popularizó como “Partido Nazi”, con el que presionó a las instituciones de la democrática Constitución de Weimar. Hitler fue encarcelado tras un intento de golpe denominado “el Putsch de Múnich” y rápidamente fue indultado, todo lo cual solo le aumentó popularidad.

Se hicieron frecuentes las diatribas físicas y verbales contra el régimen, se atacaba fieramente a todos quienes se le oponían, al punto de que en las sesiones del Parlamento sus diputados asistían vestidos con el uniforme nazi y a las puertas hostigaban a quienes les adversaban; aquello llegó a su clímax con el histórico episodio del “incendio del Reichstag” del que acusó a los comunistas y con ello obtuvo la primera Ley Habilitante que se conoció en el mundo denominada “Ley de Plenos Poderes” para que él, Hitler, ya nombrado en el primer cargo ejecutivo de la república, el de canciller, asumiera el control dictatorial con el que llevó a la Segunda Guerra Mundial.

Para terminar este apretadísimo resumen destacamos que el antes citado ministro de Guerra Wilhelm Keitel cambió las estructuras, la ideología y la finalidad de las fuerzas armadas para hacerlas un brazo armado del Partido Nazi. Este general Keitel fue juzgado en el histórico proceso judicial de Núremberg y al final, sentado en el banquillo en aquel proceso, acusado directamente por el fiscal como autor de crímenes contra la humanidad, alegó en su defensa el cumplimiento de órdenes superiores, lo cual le fue rechazado, se le condenó a morir en la horca y fue ejecutado el 16 de octubre de 1946.

II

Hugo Chávez era un muchacho de una barriada pobre que se enroló como cadete y tocado por la agrupación comunista Liga Socialista en la que militaba su hermano Adán; en una carrera vertiginosa, intento golpista, fugaz prisión e indulto por medio, se hizo líder fundador de un pequeño partido denominado “V República” con el que llegó a presidente gracias a la descomposición del cuadro político atribuido a las cúpulas partidistas entonces dominantes, y en meteórica ruta hacia el establecimiento de un régimen totalitario introdujo la politización de la Fuerza Armada infiltrándola por el régimen cubano, y a su muerte nos dejó el legado de Nicolás Maduro, quien nombró a Vladimir Padrino López en la cartera de Defensa.

Chávez se valió de la Constitución entonces vigente para llegar a ser presidente, rápidamente la cambió por otra mediante sucesivos actos violatorios del régimen democrático, y en una fulgurante maniobra constituyente acabó con el Parlamento, con la Corte Suprema, con todo el entramado institucional para sustituirlo arbitrariamente por otro que le asegurara la permanencia en el poder hasta la muerte, hecho antes del cual nos dejó su legado personificado en Nicolás Maduro.

III

Vladimir Padrino López forma parte de aquel legado, llegó de la mano del general Jorge Luis García Carneiro, quien lo proponía como ministro pero se impuso Cilia Flores con su amiga la vicealmirante Carmen Meléndez; sin embargo, Maduro mantuvo a Padrino como opción y lo nombró comandante del Centro Estratégico Operacional (CEO), antes llamado Cufan. Vladimir Padrino se hizo asiduo visitante de La Habana comprometiéndose a fondo con los Castro al punto de que cerró acuerdos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba (FAR) y con los movimientos guerrilleros colombianos a los que instaló en la sede del Ministerio de la Defensa para proceder a un cambio a fondo de la organización táctica militar de los cuatro componentes de la FAN, así como los planes de seguridad y defensa, todo con la excusa de que lo que existía era una forma establecida por el imperio norteamericano. Esos son los antecedentes del arribo de Vladimir Padrino al cargo de ministro y desde donde ha desarticulado el concepto de independencia de militancia partidista, de obediencia y disciplina propios de la institución. Muchos militares fueron dados de baja por no estar de acuerdo con su obscena entrega de la soberanía nacional.

Finalmente cabe acotar sobre el paralelismo entre las vidas del general de Hitler y este general de Maduro que los crímenes de lesa humanidad, la matanza de seres humanos, la crueldad, la perversión de la fuerza armada de un país, no tiene excusa, ni siquiera las de haber actuado bajo órdenes superiores. Al final la justicia llega donde tiene que llegar.

IV

¿Cuál será el final de esta remembranza macabra de vidas paralelas? ¿Responderá Vladimir Padrino por sus crímenes; por ser directamente responsable del masivo asesinato de venezolanos que reclaman por libertad. Por haber pervertido a la institución armada entregando sus directrices y fines al castro-comunismo. Por la grosera corrupción en la que está involucrado con los dineros públicos en la compra de armas. Por poner las armas de la República al servicio de una banda del narcotráfico internacional? ¿O invocarás órdenes superiores, ah, Vladimir Padrino?