Empresas cerrando y saqueadores andando

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Empresas cerrando y saqueadores andando

El Presidente de Fedecámaras advierte el cierre de más del 60% en todo el país

Otras han sido saqueadas y en algunos estados hasta en 95%

Los empresarios no creen en los anuncios del gobierno

Oliver Parra

-¿Cómo le ha pegado a Fedecámaras los sucesos contra los negocios?

-Nosotros consideramos un derecho legítimo manifestar de forma pacífica. En la medida en que nosotros sigamos manipulando la Constitución y los espacios democráticos que impiden la expresión de la manifestación de la voluntad popular, eso va a seguir generando una crisis política severa, que incide e impacta de una manera también severa en la economía y por ende, también va a impactar de una forma directa en todos los consumidores y ciudadanos venezolanos.

-Oí al presidente del Banco Industrial diciendo que 55 negocios habían sido saqueados.

-Han sido saqueados durante varios eventos una gran cantidad de negocios, o sea, esos 55 son los últimos que se reflejaron en los Valles del Tuy, los que se han reflejado en estas últimas situaciones de anarquía, pero acuérdate que venimos también de la destrucción de casi el 95% saqueado del comercio en el estado Bolívar y los hechos que hubo también en Cumaná.

-¿Los aumentos de salarios, cómo influyen en el trabajador y en el empresario?

-Tradicionalmente el gobierno, no solamente este, sino todos los gobiernos siempre han aprovechado para hacer algún tipo de anuncio en el tema salarial, a diferencia de otras oportunidades, existía antes el diálogo social tripartito. En este momento no hay un diálogo social tripartito en función de lo que son los convenios firmados por Venezuela, por el estado venezolano con la Organización Internacional del Trabajo, donde en condiciones de igualdad los sindicatos, los trabajadores y el gobierno nacional, se sientan a discutir todo lo que rige la materia de salarios mínimos y todo lo que rige la materia laboral.

-Hubo una reunión con el Ministro. ¿Quién la pidió?

-Fue solicitada por el ciudadano ministro Francisco Torrealba, pero son reuniones que básicamente parten simplemente de algún tipo de consultas.

-Hace poco hubo una feria llamada Venezuela Potencia, para demostrar lo que llamaría el gobierno la producción y productividad del país, el país productivo. ¿Fedecámaras no asistió a eso, no los invitaron?

-No, nosotros no asistimos, para nada.

-¿Y qué tal les pareció eso?

-Para nosotros era un show mediático del gobierno, no guarda, digamos, la forma de lo que son las tendencias mundiales de este tipo de eventos.

-Entregaron unos dólares a unos empresarios, no sé. ¿Para qué fueron esos dólares, qué te dijeron?

-Supuestamente están asignados.

-¿Están asignados, no los han entregado todavía?

-Habría que ver, porque aquí está pasando que el gobierno nacional muchas veces anuncia cosas, pero que luego no las cumplen y se van quedando en el tiempo, abandonadas allí.

-Ahora Francisco, ¿cómo vive entonces el empresario? ¿De qué vive a la hora de tener esa necesidad de las divisas? ¿Acude a los mecanismos que llaman los innombrables?

-No, no, no, con muchas dificultades vemos acciones titánicas, casi de héroes, por mantener y preservar sus puertas abiertas y mantener la mayor cantidad de puestos de trabajo activos, pero recuerda que con toda esta crisis económica que hemos tenido en todos estos últimos años, se ha perdido casi, más o menos el 60% del tejido empresarial del país al tejido industrial.

-¿60% de las empresas han cerrado o no existen?

-Sí, han cerrado por completo, en espera probablemente de tener un mejor país y unas mejores condiciones para que prospere la producción de los servicios.

-¿A qué cuenta llega General Motors?

-Ahora la cuenta de General Motors aumentará esa estadística, o esas cifras que no son oficiales.

-¿Y cuántos desempleos genera eso?

-En el caso de General Motors, se estima más o menos que afecta alrededor de unos 2 mil 700 empleos.

-¿Y en el caso de las otras empresas, el 60 por ciento que ha paralizado?

-Bueno, no, se han perdido muchos puestos de trabajo.

-¿Y a dónde van los trabajadores?

-A la economía informal. Y muchos se van a buscar mejores horizontes en el extranjero. Lo peor es que muchos jóvenes no están viendo futuro en el país y se están yendo. El proceso de descapitalización más fuerte que está teniendo el país y las empresas, es que nuestros trabajadores del futuro, nuestros jóvenes se están yendo del país a buscar mejores horizontes.

-Hace bastante tiempo, dos meses, no sé cuánto, el propio Presidente de la República hablaba de los nuevos mecanismos para acceder a dólares, el Dicom, o no sé qué cosa fue. ¿En qué paró eso?

-En nada, todavía estamos esperando por el Presidente y el Ejecutivo Nacional.

-¿Por qué ofrecen una cosa que no tienen?

-Porque existen unos conflictos muy fuertes entre el habla pragmática que existe dentro del gobierno, que existe gente que quiere y visualiza los problemas en función de la realidad del país, y hay otra ala radical que no permiten, que tiene entrampado al gobierno nacional y tiene al país prácticamente secuestrado en estos niveles de desabastecimiento y de pobreza y de pérdida de la estabilidad y del poder adquisitivo a todos los venezolanos por un tema ideológico que es una trampa incomprensible que existe.

-Está bien, pero la ideología los lleva a provocar una crisis en las proporciones de la escasez, desabastecimiento. ¿Eso no los perjudica a ellos?

-Absolutamente. Bueno, es lo que nosotros no comprendemos, nosotros no comprendemos cómo no se terminan de hacer, tener ese acto de humildad de decir ‘me equivoqué’. El Plan de la Patria no sirve para nada, el Plan de la Patria es el que ha generado el desabastecimiento, la pérdida de la estabilidad de los venezolanos, todas esas cosas.

-Pero están hablando que ya, yo no sé cuántos millones de venezolanos tienen Carnet de la Patria. ¿Tú no tienes?

-Bueno, yo no lo tengo.

-Los CLAP, por ejemplo, como empresario, ¿qué te sugiere eso?

-Es que el problema para nosotros no es de distribución, y los CLAP son un sistema de control del Estado para distribuir los alimentos del país. Lo mejor que puede hacer el Estado es crear las condiciones necesarias para que los venezolanos podamos ir todos los días a los supermercados, como lo hacíamos antes, en los abastos, en toda la red de quincallas, que iban los venezolanos a comprar los bienes y servicios ahí, sin pasar y recibir una bolsa del CLAP o una caja del CLAP.

-Está bien, pero, yo soy venezolano y me dan un carnet, pregunto, ¿qué beneficios tengo yo con este carnet?

-Tener el privilegio de recibir una caja de CLAP y eso no es permanente, porque de resto, ¿qué otros beneficios tienes? No tienes absolutamente ninguno.

-¿De dónde vienen los CLAP, esos tantos millones de CLAP que hay?

-Esa es la red de compras del gobierno, que compra esos productos importados que, además, hay que hacer la acotación, con cada kilo que se mete en esas cajas de CLAP que son compradas en México, en Colombia o en cualquier parte del mundo, con ese dólar para comprar ese kilo, poniéndolo a disposición de la industria venezolana, no solamente generas empleos, generas riquezas, sino que pudieras producir por lo menos cuatro o cinco veces, o cuatro o cinco kilos de ese mismo producto hecho en Venezuela. Entonces, esas son de las incongruencias que nosotros no vemos, el por qué el gobierno nacional insiste en seguir en esa ruta.

-¿Pero cómo controlas tú a una persona a la que no le rindes beneficios?

-Pero es que el control político es: si tú no me das el voto, si tú no me das lo que yo quiero, si tú no vas a las marchas, si tú no vas a las concentraciones que yo hago como gobierno, entonces no vas a tener derecho a la bolsa del CLAP mañana probablemente.

-¿Y tú crees que el pueblo venezolano se convence tan fácilmente por una bolsa de comida?

-Yo creo que no, podremos tener muchas necesidades, pero eso no es sostenible en el tiempo. Lo que sí es sostenible en el tiempo es que el gobierno nacional empiece a estimular la producción de bienes y servicios para generar empresas, para generar trabajo, en condiciones de trabajo decente, para generar la riqueza suficiente y el salario digno, que dignifique a la familia venezolana.