La “Constituyente” de Maduro
Venezuela no necesita de otra Constituyente. Lo que sí reclama es que se supere la hegemonía despótica, depredadora, envilecida y corrupta que aún impera. Y en eso anda luchando el país, sin mirar hacia atrás y con la esperanza en un futuro radicalmente distinto
Así con comillas, porque la llamada “Constituyente Comunal” es un adefesio jurídico y político que no tiene nada que ver con lo que significa una verdadera Constituyente, y no sólo en términos teóricos sino conforme a lo que establece la propia Constitución de 1999.
Por definición, todo lo que provenga de Maduro y los suyos, tiene por propósito principal el tratar de mantenerse en el poder, por las malas o las peores. Y eso incluye, obviamente, la convocatoria de esta supuesta Asamblea Constituyente. Pero el tema tiene una arista que debe destacarse. La “Constituyente” del predecesor, la de 1999, tenía por finalidad publicitaria “refundar la República” por los siglos de los siglos…
Tanto fue así, que cuando el predecesor quiso cambiar por completo la Constitución aprobada por esa Constituyente, no se atrevió a convocar otra, sino que prefirió optar por la vía de la “reforma constitucional”.
El que ahora Maduro apele al expediente Constituyente, significa por una parte, estamparle un RIP a la Constituyente de 1999, y por esa misma razón, significa que la presión interna y externa a la que está sometido es tan intensa, que incluso está dispuesto a sacrificar la gran bandera publicitaria de Chávez, con tal de continuar en Miraflores.
En otras palabras, sacrificar hasta la figura del predecesor, a fin de conseguir un tiempo más al frente de la hegemonía. ¿Lo logrará? Parece que no. La abrumadora mayoría del país no se ha dejado engatusar con ese tema de hora undécima. Hasta el general Padrino López ha colocado matices al asunto, y el “promotor local” de ese adefesio, Hermann Escarrá, ha dado declaraciones equívocas al respecto.
A finales del siglo XX, la propuesta Constituyente de Chávez contó con un gran apoyo. Tanto que los que nos opusimos a esa iniciativa fuimos considerados –al menos por un tiempo— como una especie de marcianos, absolutamente desconectados de la realidad nacional. Ahora, 18 años después, se ha volteado la tortilla de una manera notoria. Ni siquiera el oficialismo está unido alrededor de la “Constituyente” de Maduro, y el conjunto de la nación la rechaza por la calle del medio.
Venezuela no necesita de otra Constituyente. Lo que sí reclama es que se supere la hegemonía despótica, depredadora, envilecida y corrupta que aún impera. Y en eso anda luchando el país, sin mirar hacia atrás y con la esperanza en un futuro radicalmente distinto.
flegana@gmail.com
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