LAS MADRES, LAS MÁS
AFECTADAS POR LA DIÁSPORA
14 de mayo de
2017 | 1
Algunas lo asumen con tristeza, otras con resignación,
sentimientos ambiguos y pocas con alegría
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Este
domingo en el país se conmemora el Día de las Madres; pero también,
en esta ocasión, lo harán con inmenso dolor, pues muchas de ellas tienen hijos
ausentes y las de aquellos asesinados, heridos, desaparecidos, detenidos,
torturados, sometidos al aislamiento y vejados por la vesania gubernamental y
por la impunidad del hampa común.
Ante la ausencia de muchos
jóvenes que han decidido emprender un nuevo camino lejos de estas fronteras,
las monaguenses anhelan tenerlos consigo en tan importante fecha, ellas quieren
que sus hijos se vayan; que estén fuera del país: lejos, donde sea. Se las
arreglarán para lidiar con la nostalgia. Quizás los verán un par de veces al
año, no más (“porque además el rollo de las aerolíneas y la escasez de divisas
lo complica todo”).
Pero ellas así lo prefieren, que
emigren porque –consideran- acá no tienen mucho futuro. Lo explican así: Es
mejor que estén en otro país, donde puedan surgir, porque acá no tienen
seguridad y la crisis económica limita la posibilidad de que se establezcan con
éxito, de crecer profesionalmente, de tener una familia, de emprender proyectos
propios, de tener mejor calidad de vida. Y aunque dicen tener eso muy claro,
cuando hablan del tema se les hace un nudo en la garganta que les imposibilita
hablar.
“¿Tú crees que para una madre es
fácil? Por instinto uno siempre los va a querer tener cerca. Pero lo prefiero
lejos, pero vivo y con posibilidades”, dice Rosa Brito, su hijo hace 10 meses
decidió como oportunidad de vida Perú, donde se estableció con un buen empleo,
además le ayuda económicamente. Todas las semanas mantiene contacto con él a
través de las redes sociales, agregó.
“Mucha tristeza para mí, que no
esté conmigo este día tan especial”, con voz temblorosa, expresó.
La inseguridad se considera el
principal causante de que los chamos “huyan”; Carmen Hernández, madre
monaguense, comentó, “por ser cuatro veces atracado y en oportunidades intento
de secuestro, mi hijo decidió congelar el semestre de ingeniería en sistemas, y
emprender en Colombia con dos empleos, ayudarse él y también a su familia”. Su
esperanza es que vuelva al país que lo vio crecer, para estar unidos como
familia nuevamente.
Por su parte, buscando su
crecimiento profesional los dos hijos de María Cohen, ya no se encuentran en el
país, el mayor en Chile y el menor en Colombia, pero le alienta que se estén
desarrollando en las actividades que escogieron. “Prefiero que estén en el
exterior aunque los extrañe, por la inseguridad y también para que surjan profesionalmente,
obteniendo lo que en Venezuela no podrán, mayores reivindicaciones en su campo
laboral. Me duele pero sé que están mejor”, expresó.
Gracias a las redes sociales, estas mujeres pueden comunicarse con sus hijos y saber que están bien.
Gracias a las redes sociales, estas mujeres pueden comunicarse con sus hijos y saber que están bien.
“Me siento tranquila y satisfecha que estén
buscando su rumbo”
Desde hace diecisiete años la
hija de Ernestina Herrera partió de Venezuela, pues se relacionaba a su
profesión que aquí daba pocas posibilidades, como lo es el arte, Francia fue la
visión futurista, el país del arte y la belleza.
“A los nueve meses de su partida
yo estaba en un avión rumbo a París, la noche que ella se fue no dormí, eran
siete horas de diferencia y yo esperaba al lado del teléfono su llamada, a los
cinco años de haberse ido estaba volando a Berlín, Alemania donde ella vivió
cinco años” detalló Herrera. Gracias a su única hija pudo conocer en su momento
toda Europa. “He tenido satisfacciones que creía reservadas a las películas
como saborear vino con queso en un tren que rodeaba Francia y ver la campiña
francesa o visitar el Museo de Salvador Dalí en la frontera entre Francia y
España”. Cada año viajaba a reunirse con ella, pero la situación país es otra.
“Me hace mucha falta, es mi única hija, pero estoy tranquila porque sé que está
bien, sobre todo ahora, llegue una semana después de su parto, no la pude
acompañar en el mismo, no encontré vuelo”, detalló. Mantiene comunicación con
ella por lo menos una vez a la semana, “creo que no se equivocó ella ni yo al
permitirle cumplir sus sueños, ella fue futurista, supo buscar su espacio y yo
la crié con esos fines: decidida, emprendedora, echada pa`lante, ahora es
excelente madre, encontró su compañía que nunca la abandonará, su hijo”.
Además de su hija tiene al nieto
mayor fuera de estas fronteras, en España, José Alejandro, “convencí a su papá
que lo dejara ir, le dije que no se equivocaría. No sé si serán cosas de genes
o de ADN como dice otro de mis nietos, pero mi hija y mis nietos tienen una
vena de inmigrante, mi madre era española, debe ser eso”. Herrera aseguró
sentirse “tranquila y satisfecha de que estén buscando su rumbo”.
Si tu hijo quiere emigrar dale alas para volar
El síndrome del nido vacío, la
triste alegría de emigrar, padres huérfanos, en fin son muchas las formas como
se ha intentado traducir en pocas palabras los sentimientos que invaden a los
padres venezolanos cuando sus hijos deciden emigrar. Algunos lo asumen con
tristeza, otros con resignación, sentimientos ambiguos y pocos con alegría. De
acuerdo con la sociólogo Belinda Núñez, las madres alientan a sus hijos para
que se marchen del país. -No solo ellas los apoyan: “También hay padres,
abuelos, tíos, hermanos que los impulsan, que los ayudan a conseguir y
considerar opciones”, agrega Núñez.
Saim G. Reyes
EL PERIÓDICO DE MONAGAS
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