Ni el gas ni ballenas asustaron a los abuelos
Los adultos mayores tenían la decisión de tumbar cualquier obstáculo; empujaron a PNB que los rociaron. “Ya basta de documentos; llevamos 10 y Saab calla. Queremos respuesta”, reclamó el diputado Arnoldo Benítez
A la 1:00 de la madrugada el gobierno colocó contenedores en los accesos a Las Mercedes y Bello Monte, bajo la custodia del Sebin, para evitar que la gente, en especial los abuelos, tomara ayer la autopista Francisco Fajardo y llegaran a la Defensoría del Pueblo. La medida, lejos de intimidar, fue ignorada por los ciudadanos, de la tercera edad, que igual se concentraron en la plaza Brion, de Chacaíto, provenientes del oeste y este de Caracas, y que retaron a la autoridad policial. “Vamos a pasar. ¡Fuera, fuera, fuera!”, gritaron cientos de adultos mayores a los funcionarios de la PNB, que trataron de persuadirlos para que se quedaran en el bulevar.
A las 10:00 am Protección Civil retiró los contenedores, casualmente, en las vías alternas hechas por el Ministerio de Infraestructura para agilizar el tránsito, pero que han servido de vías de escape cuando la GNB reprime en la Fajardo.
En Chacaíto, los mayores no solo celebraban la caída de los “muros de la dictadura”, sino que estaban felices porque veían como llegaban más, a pesar de la lluvia, sus achaques o limitaciones, como José Luis Rodríguez, de 53 años de edad, y otras dos abuelas, de 77 y 95 años, que andaban en sillas de ruedas. Las mujeres marcharon con una Bandera Nacional, usada el 23 de enero de 1958 cuando cayó la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.
La primera escaramuza se presentó en la avenida principal de El Bosque cuando intentaron dirigirse a la avenida Libertador. Fueron rociados con gas pimienta. “Quiero que miren arriba sin miedo, que den el primer paso, que sean las mujeres policías que bajan sus armas”, rogó María Corina Machado, pero la orden de la PNB era: “No tienen permiso, no pasan”, pues ahora Libertador es “zona de seguridad”.
Uno de los que fue agredido con el gas, Jesús Martínez, de 69 años de edad, debe ser operado de la columna, pero lo regresaron a su casa porque en el hospital no cuentan con los insumos. “Estoy pasando hambre, pero lucho para sacar a esta dictadura, a este comunismo”.
La amenaza no melló el ánimo, así que los “jóvenes mayores” se fueron por el bulevar de Sabana Grande. El gas pimienta volvió a aparecer en la avenida Abraham Lincoln. “No hagas eso; pueden ser tu abuela o tu madre”, les advertían los presentes. Allí permanecieron 20 minutos y forzaron el cordón de la PNB.
Los diputados Arnoldo Benítez e Ismael León hablaron con los jefes policiales, entre ellos el oficial Ogreidy Chacón, quien es el enlace de la PNB con los organizadores de las marchas, y se acordó pasar hasta Los Cedros, en la Libertador. “Sí se puede, sí se puede”, “¡Viva Venezuela, carajo!”, fue como festejaron los abuelos mientras iban por las avenidas Casanova y Libertador. Sin embargo, al frente del centro comercial estaba la muralla de la PNB. No pudieron pasar, pero, al menos, pudieron hablar con un enviado de la Defensoría del Pueblo, quien esperaba la entrega de un documento.
“No venimos a entregar nada. Ya basta. Van 10 documentos y no pasa nada. Queremos respuestas”, reclamó Benítez, presidente de la Subcomisión de Pensionados y Jubilados de la Asamblea Nacional, al funcionario a quien mostró una carta de fecha 24 de mayo. No obstante, León dijo que consignaron un documento al delegado de la Defensoría, en cuyo contenido demandan respetar la Constitución, la vida, elecciones y derechos de los pensionados y jubilados.
Sonia Pacheco, de la Federación de Pensionados y Madres por la Vida, cuestionó al gobierno: “Los derechos no se negocian. Quieren prohibirnos caminar por Libertador y que no votemos. Este es un gobierno hambreador”.
El gobernador de Miranda, Henrique Capriles, se presentó a las 12:44 pm; habló con los policías y no pudo hacerles entender que violaban la Constitución al impedir el tránsito. “No hay que insistir en el defensor como persona (Tarek William Saab), pero sí en la Defensoría como institución. Él está más ocupado de ir al gimnasio que de los ciudadanos. No le importa dejar a nuestros adultos mayores frente a un escudo de la PNB, que no tengan medicinas ni les alcance la pensión”, expresó.
Luego, a la 1:20 pm le lanzaron gas pimienta para que se fuera. Al igual que los jóvenes, los adultos mayores no tuvieron miedo a gases, ballenas, ni policías, y corearon: “¿Quiénes somos? Los abuelos. ¿Qué queremos? Libertad, libertad”.
Ante la traba, los manifestantes tomaron la parte baja de la Libertador y, por más de dos horas y a pesar de la lluvia, trancaron la vía, recolectaron dinero para “los escuderos”, mientras la PNB permanecía vigilante. Más tarde, un grupo se fue a la Fajardo y aprovechó que había tránsito y colocaron una gandola en plena vía.
Los testimonios
En la caminata hasta Los Cedros hubo mucha bullaranga, gritos, consignas y ánimo para repartir. Algunos iban con sus muletas, otros poco a poco superando sus dificultades físicas. Nunca manifestaron cansancio en los 1,84 kilómetros que recorrieron.
Marvis Antón, de 56 años de edad, quería llegar a la tercera edad con estabilidad económica, pero la pensión no le alcanza ni para una semana de comida. “Tengo un año que no encuentro las medicinas para la tensión. Estoy cansada de levantarme a las 4:00 am, ir a una farmacia y salir con las manos vacías. Estoy cansada de llegar a los supermercados y ver a los policías y guardias nacionales como salen equipados, y nosotros con las manos vacías. Estoy cansada de ver a mi pueblo como llora por hambre, como los niños registran la basura para comer”.
Josefina Moreno, de 68 años de edad, y Carmen Araujo, de 76 años, iban juntas. Son gochas y luchan por sus hijos y nietos. “No queremos que se vayan. Queremos que luchen”.
Francisco Riveros. Profesor universitario
“He visto morir a muchos de mis estudiantes y eso es intolerable. Queremos elecciones libres lo antes posible. No podemos seguir viviendo en un país en dictadura que no deja que los muchachos se desarrollen. Debemos salir a la calle y lograr el cambio que todos anhelamos”.
Wilfredo Corniel.Párroco de la iglesia de San Miguel Arcángel
“Quiero que se respeten los derechos de los ciudadanos, que se respete nuestra Constitución. Tenemos que defenderla. Basta de tanta violencia, de tanta impunidad, de tanto dolor. Hay escasez de alimentos, escasez de medicinas, cada vez hay más violencia en las calles. Necesitamos cambiar este modelo de país”.
Raúl Amiel. San Nicolás de Caracas
“Pedimos respeto a la Constitución, elecciones generales ya y respeto a la Asamblea Nacional. Este gobierno debe cesar en sus funciones. Es ineficaz. Nos tiene a toda la población en la miseria, con hambre, sin medicamentos y nos ha reprimido como nunca. Desgraciado el militar que dispare contra su pueblo”.
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