Iván Freites: El gobierno convirtió a Pdvsa en un “comité del Psuv”
El líder sindical explicó que los trabajadores están rezagados en materia laboral y de derechos. Indicó que un trabajador promedio gana en la industria apenas 10 dólares
Iván Freites, secretario general del Sindicato de Trabajadores Petroleros y Gasíferos del estado Falcón (Stpgf), conoce desde hace más de 25 años la industria petrolera venezolana. Durante la última década vio la decadencia de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y es uno de los principales denunciantes de lo que ocurre dentro de la estatal.
En entrevista exclusiva para El Nacional Web, Freites aseguró que la industria petrolera nacional tuvo niveles de aceptación muy importantes en el ámbito mundial desde 1976, a pesar de que no se creía en el exterior que los venezolanos pudiesen gerencia Pdvsa. La situación fue tan positiva que la empresa llegó a ser reconocida como la primera petrolera en el mercado internacional.
“El desempeño de Pdvsa comenzó a ser negativo a partir de 1999 con la llegada del ex presidente Hugo Chávez al poder y la posterior modificación de la Ley de Hidrocarburos, despidos masivos y desinversión en las refinerías. Esto llevó a la industria nacional a una situación de deterioro que la tiene prácticamente paralizada”, dijo.
Freites explicó que el gobierno convirtió a Pdvsa en un “comité del PSUV”, en el que la seguridad no existía y se eliminó la meritocracia que era un beneficio de los trabajadores petroleros.
“Había empleados que comenzaron como limpiadores y llegaron a ser vicepresidentes. Eso se acabó en estos años”, comentó.
La petrolera que peor paga
El líder sindical explicó que Pdvsa pagaba a un empleado promedio una media de 2.100 dólares mensuales en 1999. Sin embargo, esos mismos trabajadores ahora ganan apenas 10 dólares debido a una política de deterioro del salario que se inició con las administraciones chavistas en la empresa.
“Un trabajador petrolero gana en promedio entre 3.000 y 15.000 dólares. Estamos totalmente rezagados en materia salarial”, indicó Freites.
Los problemas salariales son mucho más complicados cuando las empresas petroleras trabajan de manera mixta (con trabajadores venezolanos y extranjeros). Freites explicó que a los nacionales les pagan en bolívares y a los de otros países en dólares, lo que representa, según su criterio, una discriminación laboral muy grave.
Los empleados de Pdvsa también deben lidiar con problemas de agua potable y falta de alimentos con contenido nutricional en los comedores, el sindicalista explicó que Venezuela retrocedió casi un siglo en derechos laborales.
“Petróleos de Venezuela no cumple ni siquiera con el agua potable para los empleados. A veces les sirven en los comedores arroz con lentejas. Muchos trabajadores perdieron hasta 12 kilos de peso. En algunos casos les piden que no vayan a trabajar y se queden en casa ante la falta de energía para realizar las labores”, dijo.
Corrupción generalizada
Las actividades delictivas dentro de Pdvsa no se resumen solamente en los altos directivos de la empresa, muchos de ellos apresados por el Ministerio Público. En muchos casos los empleados incurren en hechos ilícitos como cambiarle los cauchos nuevos a las gandolas que transportan gasolina y otros derivados con la intención de revenderlos en el mercado informal.
“El gobierno no está en capacidad de recuperar la industria petrolera nacional. Los niveles de corrupción de Pdvsa son generalizados. Desde el obrero hasta el máximo gerente”, aseguró el sindicalista.
Freites rechaza inculpar únicamente a Rafael Ramírez, ex presidente de la compañía, de la situación de la empresa. Aseguró que muchos de los que se encuentran en el gobierno también tienen responsabilidad de lo que ocurre en Pdvsa.
“Nicolás Maduro fue director externo de Pdvsa, por ejemplo ¿Ahora es que se viene a dar cuenta que Rafael Ramírez es un corrupto? Hasta hace tres meses se daban las manos. No toda la culpa es de Ramírez”, enfatizó.
Caída alarmante de la producción
De acuerdo con el sindicalista, la crítica situación de las refinerías y la falta de mantenimiento e inversión en la empresa motivaron a la baja en los niveles de producción. Otro de los factores fue el aumento de la nómina y la pérdida de capital humano.
“Nosotros teníamos un mercado internacional que solíamos abastecer y se perdió. Ahora todo en las refinerías está apagado y desmantelado, cuando antes se escuchaba el ruido ensordecedor de los motores todo el día. Si nosotros queremos recuperar las refinerías tenemos que hacer una evaluación y una inversión que supera los 100 millardos de dólares”, explicó Freites.
El experto en materia petrolera recordó que en 2002 se producían 3,4 millones de barriles diarios de petróleo en el país y la nómina de trabajadores era de apenas 40.000 empleados. Ahora, con 143.000 trabajadores y la producción es de apenas 300.000.
“En el año 2000 producíamos 72 barriles por trabajador, ahora apenas son 12. Vamos a tener que invertir en capital humano para recuperar la operatividad y producir los lubricantes y la gasolina que antes se hacían en el país”, dijo.
Freites criticó que el gobierno pretende culpar a las sanciones internacionales de lo que ocurre con Pdvsa; a su juicio, los problemas vienen desde antes de ser impuestas. “Toda esta situación es un hecho sistematizado por el gobierno que desmanteló la industria y dejó a los trabajadores sin derechos”.
Víctimas en el olvido
En 2012 ocurrió uno de los accidentes más críticos en la industria petrolera. El bloque de almacenamiento CRP 23 ubicado en la refinería de Amuay explotó luego de una acumulación de gas propano. Aquel incidente dejó 55 muertos y 156 heridos.
A casi 6 años del siniestro, Freites explicó que el gobierno no ha cumplido con lo prometido a las personas afectadas, así como tampoco a los trabajadores de esa refinería.
El sindicalista mantiene una posición de optimismo con el sector petrolero del país. Confía en que pronto haya un cambio político que permita repotenciar la industria incrementando la producción petrolera, a fin de abastecer el mercado venezolano de gasolina y otros derivados.“Pdvsa ni siquiera le garantiza la vida al trabajador”, sentenció.
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